Juan tiene 28 años y un sueño. Como le sucede a muchos de su generación, la odisea del techo propio inunda buena parte de sus noches. Cuentas, números, esperanzas. En Campana no sobraba nada. Por eso, hasta debió interrumpir su carrera para perseguir el mango. Entonces, gracias a sus cuñados, trabajó como albañil. “No tenía idea, pero había nacido mi primera hija… Y a hombrear bolsas de cemento de 50 kilos”. Mucho esfuerzo. Sudor. Alguna lágrima. Hasta que, de tanto empujar, el destino está a punto de ceder. Falta poquito para que Juan cumpla “el sueño de dejarles una casa a mis dos hijas”. Pronto abandonará el dúplex que alquila en Villa del Parque para, si todo sale bien, pisar suelo propio.
Juan es futbolista. Juan viste la camiseta de Argentinos. Juan es uno de los jugadores que Néstor Gorosito pidió para reforzar al River 2009. Juan es Mercier. Y Juan, ahora, está ante otro sueño. “La sensación es muy buena. He luchado mucho para tener la oportunidad de jugar en un grande. Ojalá se pueda dar, ir a River es un sueño, ni hablar… Ahora que miro hacia atrás, siento que valió la pena el esfuerzo”, explica mientras en su hogar retumba la adrenalina, porque toda la familia se prepara para celebrar el primer cumpleaños de Milagros.
“Viví las dos: trabajar y jugar al fútbol. También cosas duras del Ascenso, como estar cuatro meses abajo en los sueldos y, por eso, deber cuatro meses de alquiler… Me acuerdo, también, de cuando hacía 47 kilómetros a dedo para ir desde Campana a Luján para jugar en Flandria. Porque cuando tenía para el pasaje, viajaba en el Chevallier, o en el Paraná, pero yo en Primera B cobraba el mínimo y justo había nacido Daiana, mi primera hija, que hoy tiene siete años, y entonces, bueno, había que arremangarse”. Laburante de alma, Juan absorbió cada experiencia sin rencores. “Empecé en Campana Junior, fui a Dálmine, dejé de jugar para laburar en aquella obra, después estuve en Morón, Tristán Suárez, Platense y, gracias a Caruso Lombardi, llegué a Argentinos, hace un año y medio”, repasa, satisfecho, con Olé.
Gorosito lo quiere. En River gusta. “La familia está ansiosa, sí, un poco. Pero no me quiero volver loco. Imaginate, de repente estamos hablando de River…”. A Juan no le falta manejo. Sacrificio, está claro, tampoco.
Este tipo las pasó toda, no como los muertos ricachones que tenemos que mantener en el plantel. Es un tipo que trabaja, siempre hizo sacrificios en su vida. Tal vez el error de los entrenadores de las inferiores de River no le deben enseñar mucho a ser humildes (fíjense como desbordan de soberbia Disgusto, el Enano voz de pito entre otros) :roll: