El progresismo es un movimiento de manadas que se enfoca en la franja más pelotuda de la sociedad, por eso recluta faloperos, feministas, lgtb, zurdos con osde. Lo que tienen en común estos grupos es que la mayoría de sus integrantes no laburan, están resentidos y frustrados, y son fáciles de adoctrinar.
Todos los líderes de movimientos “sociales” o “progresistas” buscan reclutar gente con pocas ideas, con necesidad de aceptación y pertenencias y si es posible rascar lo más bajo de la olla. Porque a la gente vacía y con problemas emocionales la comprás fácil, le tirás una bandera, un eslogan y le decís que sos su amiguis y ya está, tenés un rebaño de pelotudos que militan por vos.
De hecho es más fácil comprar a esa gente, que comprar a pobres o marginados, porque estos segundos piden platita, quieren planes, casas, puestitos, falopa. Y todo eso sale plata, mientras que un eslogan y una bandera no salen nada.
No hubo en la historia un movimiento más antihomosexual que el comunismo, creando campos y pelotones exclusivos para perseguir a todo aquel sospechado de ser maricón. No había excepciones, por más que fueras un “revolucionario” ultra fanático. Mientras que incluso en el fascismo y el nazismo había excepciones, si tu devoción y vida la dedicabas a la causa. Entre las tropas de los nazis había judíos, negros, musulmanes, asiáticos, que aunque como carne de cañón e infantería de primera linea les daban una oportunidad, en el comunismo si eras gay la única arma que veías era la que te apuntaban a la cabeza.
Y todo este mamarracho ideológico lo trasladan los progresistas por todos lados. Hoy justamente me crucé una pintada en la calle donde ponían a Evita y al Che juntos, o el clásico cartel de Evita con el pañuelo verda. Evita, que era abiertamente fascista, defensora a ultranza de Mussolini y Franco, que ha hablado incontables veces de la lucha por los valores de la familia católica, en contra del comunismo y de las feministas, incluso escribiendo un libro al respecto donde expresaba todo su odio por esos grupos.
Ellos lo saben bien, saben que no pueden crear una nueva corriente política, porque no los seguiría nadie. Entonces lastran idiotas de todas la minorías posibles y los juntan en una masa amorfa de engendros acéfalos que nunca en sus vidas agarraron un libro de historia ni vieron un discurso o escrito de sus “ídolos”.
La otra vez a una conocida mía que se dice ultra feminista y peronista le pregunté si leyó “la razón de mi vida”. Me dijo que había comprado el libro porque idolatra a Evita pero no había tenido tiempo de leerlo por la facultad y blah blah. Le dije que lo lea, en especial el capítulo de “el paso de lo sublime a la ridículo”. La mina dijo que iba a leerlo, y en dos ocasiones posteriores se lo recordé. La excusa siempre era que no había tenido tiempo. ¿Vos te pensás que la mina no lo sabe? Lo sabe, pero no le interesa porque se apropiaron de símbolos y personas totalmente ajenas a su causa, pero las usarán para la misma porque de eso depende su movimiento. Es como la mujer a la cual el marido le mete los cuernos y la caga a palos, pero ella sigue con él e incluso lo defiende porque sabe que sinó tiene que salir a laburar y ganarse la vida ella misma.
Son parásitos y oportunistas sin amor propio, se van a colgar de cualquier cosa de la que puedan para sacar provecho, aún si les escupen en la cara, porque es la mentalidad de oveja y mediocre que no se puede valer por si mismo o que tiene miedo a estar solo y que los demás lo vean por lo que es.