Entrevista a Trezeguet en OLÉ

“No sé cómo reaccionar ante tanto fanatismo de los hinchas”

-¿Ya te sentís un ídolo de River?

-No, no me siento ídolo. El reconocimiento de la gente es algo único, me emociona mucho y es cierto que al venir a la Argentina experimenté un cambio importante, porque empecé a descubrir cosas que nunca me habían pasado.

-¿Como cuáles?

-Acá volví a sentirme importante y a ganarme el aprecio de los hinchas. Y me pasó, por ejemplo, de encontrarme con una chicha que tenía mi cara tatuada. O también que me pidieran que les escribiera una frase para después ir a tatuársela. O que una vez me haya cruzado a un muchacho con su hijo recién nacido al que lo llamó Enzo David, por Francescoli y por mí.

-¿A los 34 años todavía te sorprenden esas cosas?

-En Italia se vive muy apasionadamente, pero no así. Me llama la atención y no sé cómo reaccionar ante tanto fanatismo. El aprecio que me gané en tan poco tiempo es muy valioso, porque por acá pasaron Francescoli, Alonso, Ortega o el mismo Almeyda, jugadores que marcaron una época en River e hicieron una carrera más larga y con más títulos que la mía. Es muy fuerte para mí que la gente del club del cual soy hincha coree mi nombre y me ovacione desde el lugar donde yo alentaba.

-¿Te hubiese gustado llegar antes a River?

-Hubiera sido lindo tener esta experiencia en la época más gloriosa, pero las cosas se dieron así. Vine a tratar de dar una mano en el momento más difícil y ahora mi ambición, como capitán e hincha de River, es salir campeón. Sé que será muy difícil, pero el objetivo es obtener un título a corto plazo.

-¿Superaría a cualquier otro de tus logros?

-Y, sí. Es mi sueño poder culminar una larga carrera de manera importante.

-¿Querés decir que si son campeones te retirás?

-No, no es una cuestión de retirarme o no. Simplemente tomo en consideración que no me quedan diez años por delante. Yo sé que después de lo que vivió River, las evoluciones pueden ser cortas o largas, y me gustaría que sean cortas para poder ser parte. River tiene que volver a ser lo que siempre fue.

-¿Sobre eso hablás cuando te juntás con Francescoli o Alonso?

-Sí, claro. Me gusta compartir conversaciones con gente que fue importante en la historia de River. El otro día, justamente, estuve con Leo Astrada y hablábamos de que dimos un paso importante al haber ascendido inmediatamente. Y pienso que a partir de ahora la ambición de River tiene que ir en crecimiento. Se terminó una historia negativa y empieza una nueva experiencia.

-¿Por eso decís que hay que disfrutar más?

-En River hay cosas que nunca cambiarán. La gente quiere buen fútbol y que el equipo ataque. Yo lo hablo mucho con los chicos: les digo que este momento hay que disfrutarlo en todo sentido y no reflexionar tanto sobre el peso o el número de la camiseta. Entre nosotros hay que generar un placer mayor al que venimos teniendo.

-¿La mochila no les pesa menos tras el ascenso?

-Lo más importante para estos chicos es que, después de lo que atravesaron, se hicieron mentalmente muy fuertes. Sabemos lo que representa River en el adentro y en el afuera, y perder con esta camiseta es diferente a perder con la de cualquier otro equipo. En Lucas (Ocampos) ellos tienen un ejemplo clarísimo.

-¿A qué te referís?

-Lo que admiraban mis compañeros de Lucas era su entrega y determinación para jugar. Independientemente de que las cosas salieran bien o mal, la energía y las ganas de querer aportar eran las de un pibe de 18 años que iba al frente sin reflexionar. Yo hablo bastante con Camoranesi sobre este chico Centurión, y veo a un pibe que entra sin pensar en el más allá. Creo que a esa edad es fundamental sacarles todo esa presión.

-¿Hoy se extraña el desparpajo de Ocampos?

-Sí, sí, totalmente. Y sobre eso estamos trabajando desde lo psicológico. Todavía se está buscando sacar el fruto de cada uno para el bien de River.

-¿Algún chico del plantel no te tutea todavía?

-No, todos me tutean. Tengo una buena relación con la mayoría. Esta temporada, además, decidimos con Leo Ponzio y Cirigliano, que es el que les trasmite las cosas a los más chicos, que todo sea claro y abierto a todo tipo de discusión, ya sea en lo futbolístico o fuera de eso. Y fue positivo porque los chicos se sienten más importantes y con más responsabilidades.

-¿Y te plantean problemas ajenos a la pelota?

-Sí, vienen, vienen y hablamos mucho. Está el que se expresa más, algún otro introvertido, pero yo también trato de adaptarme a sus realidades, a cómo viven, acercarme a preguntarles si todo va bien. Para mí es muy importante la gente que está alrededor del jugador, la familia, los amigos, poder generar las condiciones para que después rindan lo mejor posible en la cancha. Pero es un grupo muy unido, muy sano, con gente joven que creció más rápido que cualquier persona de 20 años.

-Al Keko lo adoptaste…

-Vivimos en el mismo edificio, vamos juntos a la práctica y por eso hablo mucho con él. Es alguien con un gran talento, que empezó a jugar desde muy joven y eso lleva a un montón de cosas. Es importante, entonces, mantener una estabilidad porque así como te levantan, te bajan. Todo esto va muy rápido. Y mis consejos, por la experiencia que tengo, son sobre cómo vivir. Cuando yo me fui a Francia, primero vino mi viejo conmigo y después se sumaron mi vieja y mi hermana. El núcleo familiar es muy importante para crecer… Y en la pensión de River veo a chicos de diez años que viven solos, es muy fuerte.

-¿Cuando vos te fuiste ya se escuchaba cumbia?

-Esos años eran los primeros de Parada Cero, acá en Olivos, y no, todavía no estaba la cumbia. La cumbia estaba emparentada con la bailanta y, si querías escuchar cumbia, tenías que ir a la bailanta. Después, en los boliches pasaban la música de moda y listo. Ahora, en cambio, está todo mezclado, te metés en cualquier boliche y tenés de todo: cumbia, reggaeton…

-¿Y te gusta?

-Escucho, sí. Escucho porque todo River escucha: la cumbia y el reggaeton son como el desayuno y el almuerzo de cada día. La verdad, no tengo una cultura musical precisa, me gusta escuchar de todo.

-Por ejemplo…

-El otro día fui a ver a Charly, estuve con él en el Luna Park. En diciembre va a hacer un recital y, como es hincha de River, me prometió que va a entrar al escenario con la camiseta. Fuimos con Chichizola y Marinelli, porque a ellos les encanta. Y está bueno meterse en los camarines, entrar un poco al mundo de ellos… Me gusta conocer gente que es mediáticamente importante, porque la conclusión que saco es que si hizo algo importante en su vida, fue por la ambición. Pienso que la ambición es lo más importante. Tuve la posibilidad de hacer que mis amigos escuchen a Charly y cuando él habla notás a un tipo ambicioso, un profesional al 100%, alguien que quiere lo mejor. He tenido la posibilidad de conocer a Daniel Scioli y el tipo, en otro rubro e independientemente de que después las cosas se hagan bien o mal, tiene ambición, sabe cuál es el objetivo. También cené con Eduardo Eurnekian ( NdeR: empresario y uno de los dueños de Aeropuertos Argentina 2000) y el tipo tiene una ambición máxima. O sea: estuve en equipos que ganaron títulos y ahí la ambición es fundamental. El que está cómodo y se deja estar es en realidad el que ya no ambiciona. El ambicionar es querer jugar, querer ganar títulos, y más en nuestro caso, el de los futbolistas.

-¿Por qué?

-A medida que fueron pasando los años me di cuenta de que siempre queda lo que ganaste. Es otro de los mensajes que estoy tratando de hacerles entender a los chicos: la gente se acuerda de eso. Después, que le hiciste un gol a Arsenal se lo pueden acordar o no. Lo que cuenta es lo que ganás y lo ves en todos lados. Vas al Museo River y está la foto del Beto levantando copas, la del Enzo levantando copas. Es la imagen que te queda grabada: la imagen del que gana títulos. Por eso es importante marcar una historia y saber la ambición que tiene un jugador. Yo actué siempre así y por suerte pude ganar un Mundial, una Eurocopa, cinco campeonatos con la Juventus, tres con el Monaco. Y la ambición te permite reunir un conjunto de cosas, lo económico, lo social, el marketing, lo mediático. Sea el rubro que fuera, tu ambición tiene que ser la de convertirte en el mejor y con eso no quiere decir que le vayas a hacer un mal a alguien, no, todo lo contrario.

-En el fútbol, lo complejo es que tu ambición tiene que coincidir con la de 20 jugadores más…

-Seguro, seguro. Es verdad que en un plantel de 20 ó 30 jugadores la ambición no la misma para todos. Pero la mayoría tendría que tener esa óptica, y más estando en un club como River.


“Acá ví partidos en los que no sabía a qué se jugaba”

-¿Esta mentalidad la tenías de pibe?

-Se fue formando. La ambición de querer jugar y ganar cosas estuvo siempre, aunque después fue evolucionando. En Monaco empecé a ganar campeonatos de pibe, fue el club que me permitió salir campeón del mundo, ganar una Eurocopa y después, solo, sentí la necesidad de subir ese nivel. Ahí me fui a Italia, con dificultades mucho mayores: no entendía la lengua, 28 de 30 jugadores eran internacionales y nadie te regalaba nada. Y la Juventus, además, es un club que te hace entender que ambicionar a ganar títulos es algo básico y normal. Eso con el tiempo va formando parte tuya y yo tuve la suerte de mantenerme diez años a ese nivel.

-Igual, alcanzar la gloria deportiva a los 20 años puede ser también un arma de doble filo…

-Por eso digo que el núcleo familiar es importante. Yo salí campeón del mundo a los 20 años, estaba en Montecarlo, era reconocido mundialmente y, entonces, fue fundamental contar con una base y gente alrededor mío que me dijera “tené cuidado, esto sí, esto no”. En la Argentina, el fútbol es visto de una manera muy importante y las tentaciones son muchas, por eso hay que encontrar el equilibrio. A los 20 ves las cosas de una manera distinta que a los 35. Y el físico también te da para otra cosa, je. Aunque de chico la cabeza se te vuela. Yo lo veo, y lo veo en mí.

-Pero, sobre todo desde la exposición, el ambiente cambió mucho desde que vos te fuiste a hoy.

-Por supuesto, y lo hablé con un montón de ex jugadores. Antes era todo más normal, más simple, los periodistas eran siempre los mismos, la televisión no es la de ahora, había mucho más códigos con el exterior… Hoy están los de la tele, los que te sacan fotos, también éstos que escriben en el Twitter y todo eso… Una cosa que vivo en carne propia, eh: viene alguien que me dice “David, salió tal cosa en tu Facebook” y yo no tengo nada, ni Facebook ni Twitter. Y pensar que hay gente que lo crea, que se hace pasar por vos, que divaga, pero es así y contra eso no hay nada que se pueda hacer. No se puede cambiar.

-¿Extrañabas más a la Argentina cuando estabas allá o a Europa ahora que estás acá?

-Realmente no extraño Europa. Estuve en lugares en los que la pasé muy bien: de Montecarlo a Turín, de Turín a Alicante… En Europa se vive de manera diferente, Buenos Aires es una ciudad estresante, con más movimiento, pero igual estoy muy cómodo acá. Me adapté muy bien.

-Cuando ahora volvés al barrio, ¿encontrás realidades que no imaginabas cuando regresaste a la Argentina?

-Es verdad que cuando venís 10 ó 15 días de vacaciones lo ves de otra manera. Además, hubo períodos en los que pasaron dos, tres, cuatro años sin venir porque aprovechaba el verano europeo o iba a Miami por el mar y la tranquilidad de pasar inadvertido. Hoy soy parte de esta sociedad y me estoy adaptando a esta nueva realidad de lo que es la Argentina. Lo que más me preocupa es el tema de la inseguridad. Tuvimos el caso del Keko ( NdeR: sufrió un secuestro express camino al entrenamiento), que ese día no sé por qué motivo me fui con mi coche y él se fue con Cazares. Pero yo siempre iba con el Keko… Esas cosas te hacen reflexionar. Yo espero que se mejore en ese aspecto. Prendés la tele y está bravo, está bravo en todo sentido, pero hay que adaptarse…

-Tus hijos todavía están en Mónaco. ¿Te da miedo que vengan?

-No, para nada. En ese sentido, no. Para mí es muy importante que conozcan las raíces de su padre. Me gusta que vengan, que estén con mi familia, mis amigos, que sepan de dónde vengo. Me hace bien que disfruten de la Argentina.

-¿Y qué cosas viste que te hayan chocado?

-Hay muchos problemas a nivel social y cultural, sobre todo en los chicos. Me sorprende muchísimo el tema de la educación, que los pibes no vayan al colegio, que estén en la calle. Me llama la atención porque en los ‘90, cuando yo estaba acá, era diferente. Ahora hago muchas cosas a beneficio y he hablado telefónicamente con jugadores importantes de la Argentina para tratar de hacer campañas en lo que respecta a la educación de los más chicos. Porque el futbolista no sé si es visto como un modelo de vida, pero sí es alguien admirado y al que se lo escucha. Entonces, pienso que un consejo o una frase nuestra también podría ayudar a mejorar la situación de los más jóvenes. Pero, bueno, es una idea y de ahí a hacerlo…

-¿Encontraste jugadores interesados?

-Lo he hablado con diferentes personas y el interés no es muy importante, cada uno tendrá su opinión sobre cómo lleva su vida. Esta temporada, asumiendo la capitanía de River, por ahí estoy haciendo muchas cosas que antes no hacía, como las de beneficencia. Son cosas que sirven, un ejemplo que tenemos que dar. El ayudar siempre es importante y por eso trato de estar siempre disponible cuando me lo piden.

-Se te nota más preocupado que molesto sobre lo que se vive.

-Sí, por supuesto. No me fastidia. Eso es lo que veo que hay para mejorar: volver al respeto hacia la gente más grande, el “buenos días”, el “gracias”, el “permiso”, la pregunta amable, ¿no? Eso es algo que cambió de manera negativa desde que me fui.

-¿Eso también cambió en el vestuario?

-Bueno, los códigos van cambiando. Lo que mejoró en relación a cuando yo tenía 18 años es que ahora se puede hablar. Yo, en Platense, no le podía decir nada a los más grandes, era un código inquebrantable. Hoy es otra cosa.

-¿Y cómo tomaron, por ejemplo, lo de juntarse a desayunar antes de las prácticas?

-Esa fue una idea del entrenador, por su larga experiencia europea. Allá es común desayunar y almorzar juntos. Es verdad que al principio creó algo raro, no sé si fastidio, pero sí fue algo nuevo a lo que te tenés que adaptar. Pero ahora que pasaron dos meses están todos contentos porque tienen un control sobre la alimentación.

-¿Es prepararlos un poco para lo que va a venir?

-Seguro. A fin de año vendrá Lucas (Ocampos) y les contará cómo es allá. Antes de ir a Emiratos Arabes me estuve entrenando en Monaco y tiene este sistema de desayunar y almorzar en el centro deportivo. Va a notar la diferencia de Ezeiza a Monaco…

-¿Y vos notaste la diferencia entre la B y la A? ¿Por eso tardó en llegar tu primer gol?

-Más allá del gol, lo que nos estaba costando era crear las situaciones, avanzar por los costados, el último pase, las combinaciones. Por mis características soy un jugador que depende mucho del juego de mis compañeros y al faltar eso se me estaba complicando más. No había tenido muchas oportunidades para convertir y trabajamos para mejorar en la creación. Generalmente los rivales vienen al Monumental a cuidarse y está en nosotros encontrar cómo romper con esas barreras.

-¿Te preocupa que los que decían que en la B te sobraba hora crean que en la A te cuesta más?

-No veo haya tanta diferencia entre la B y la A. Predomina más el aspecto físico y la desorganización que lo técnico y lo vistoso como pasaba antes. Los partidos son muy físicos, de poca inteligencia, de poco nivel técnico y por eso no salen atractivos.

-¿Hay más catenaccio acá que en Italia?

-El catenaccio hace a la cultura italiana, pero el aspecto táctico de los italianos es muy diferente a la desorganización que se ve acá. Yo he visto partidos en los que no sabía qué se jugaba en el mediocampo, he notado una cantidad de pérdidas de pelotas por la no aplicación o por la desesperación de entregarla… Y siempre buscando el resultado. Es una realidad que en la Argentina el resultado es lo más importante y es lo que buscan los técnicos porque saben que después de tres o cuatro derrotas seguidas, lamentablemente se tienen que ir.

-Si hoy el resultado es lo más importante, ¿vos disfrutarías de ser campeón jugando como lo está haciendo River?

-Pienso que un campeón es una consecuencia de resultados importantes. La suerte puede existir en algunos partidos, no en las 19 fechas. Nosotros lo que tenemos que encontrar es un sistema que nos defina, una identidad de juego, más allá de que el objetivo de River siempre tiene que ser salir campeón. Estamos en una fase de cambio en la que hay que seguir mejorando.

-Después de ascender, pasaron cinco temporadas para que Juventus volviera a ser campeón. ¿En River la obligación es inmediata?

-El pedido allá era el mismo, pero es un proceso. Yo lo viví de esa manera y con jugadores importantes, de gran calibre, aunque también con otros que van cambiando, sistemas que varían. Son búsquedas para crear un equipo campeón, que es lo que está tratando de formar River.

-¿Y con quién te ves en la pelea por el título? ¿Qué equipos te gustan?

-Más allá de la idea, Boca es el que más experiencia tiene, te das cuenta de que son tipos que saben manejar los partidos. Newell’s es un equipo que juega muy bien, sin reflexionar tanto. Aunque tiene un entrenador muy importante como Martino, es un equipo suelto y está realizando una gran campaña. Colón es otro que juega bien, y siempre admiré a Vélez porque se caracterizó por el buen fútbol. Hay buenos equipos y buenos jugadores, pero lo ideal sería poder jugar más…

-Si pudieras comprar un jugador, ¿cuál sería?

-Me gusta este chico Centurión, es diferente… En River tenemos jugadores interesantes, con características para jugar en el fútbol europeo. Pienso que la experiencia de este torneo hará que se suelten un poco más.

-¿Te ves como entrenador en el futuro?

-Me imagino diferentes cosas. En su momento no se me había pasado por la cabeza ser entrenador, hoy lo estoy reflexionando como también pienso cosas que me gustaría estudiar y ver si estoy capacitado para hacerlo que tienen que ver con el marketing y la imagen. Igual está todo en el aire porque por ahora quiero seguir jugando.

-¿Pensás en el marketing vinculado al deporte?

-Sí, siempre vinculado al deporte. Mi vida estuvo siempre vinculada al fútbol, es lo que amo, el mundo donde crecí y en el que vivo. Me gustaría seguir relacionado con esto.

-Pero para seguir estudiando, te falta terminar la secundaria.

-Me fui justo en mi último año de secundaria en Villa Martelli y quise terminar en Francia, pero no pude por una cuestión de lengua. Pero eso no quita que la termine o que quiera seguir adquiriendo experiencia en lo que sea. En este momento no porque mi pensamiento es otro, pero sé que en el futuro, para hacer algo de valor y nivel, tendré que adquirir experiencia. Y el estudio es parte de eso.

-¿Qué materia te quedó colgada?

-Estenografía. No existe más, ¿podés creer? Me tendrían que dar el título, ja. La verdad que fue algo difícil para mí. Me hubiera gustado terminar la secundaria por mis viejos pero, bueno, las cosas se dieron así.

http://www.ole.com.ar/river-plate/futbol/titulo_0_773322683.html
http://www.ole.com.ar/river-plate/futbol/titulo_0_773322684.html

“No sé cómo reaccionar ante tanto fanatismo de los hinchas”

-¿Ya te sentís un ídolo de River?

-No, no me siento ídolo. El reconocimiento de la gente es algo único, me emociona mucho y es cierto que al venir a la Argentina experimenté un cambio importante, porque empecé a descubrir cosas que nunca me habían pasado.

-¿Como cuáles?

-Acá volví a sentirme importante y a ganarme el aprecio de los hinchas. Y me pasó, por ejemplo, de encontrarme con una chicha que tenía mi cara tatuada. O también que me pidieran que les escribiera una frase para después ir a tatuársela. O que una vez me haya cruzado a un muchacho con su hijo recién nacido al que lo llamó Enzo David, por Francescoli y por mí.

-¿A los 34 años todavía te sorprenden esas cosas?

-En Italia se vive muy apasionadamente, pero no así. Me llama la atención y no sé cómo reaccionar ante tanto fanatismo. El aprecio que me gané en tan poco tiempo es muy valioso, porque por acá pasaron Francescoli, Alonso, Ortega o el mismo Almeyda, jugadores que marcaron una época en River e hicieron una carrera más larga y con más títulos que la mía. Es muy fuerte para mí que la gente del club del cual soy hincha coree mi nombre y me ovacione desde el lugar donde yo alentaba.

-¿Te hubiese gustado llegar antes a River?

-Hubiera sido lindo tener esta experiencia en la época más gloriosa, pero las cosas se dieron así. Vine a tratar de dar una mano en el momento más difícil y ahora mi ambición, como capitán e hincha de River, es salir campeón. Sé que será muy difícil, pero el objetivo es obtener un título a corto plazo.

-¿Superaría a cualquier otro de tus logros?

-Y, sí. Es mi sueño poder culminar una larga carrera de manera importante.

-¿Querés decir que si son campeones te retirás?

-No, no es una cuestión de retirarme o no. Simplemente tomo en consideración que no me quedan diez años por delante. Yo sé que después de lo que vivió River, las evoluciones pueden ser cortas o largas, y me gustaría que sean cortas para poder ser parte. River tiene que volver a ser lo que siempre fue.

-¿Sobre eso hablás cuando te juntás con Francescoli o Alonso?

-Sí, claro. Me gusta compartir conversaciones con gente que fue importante en la historia de River. El otro día, justamente, estuve con Leo Astrada y hablábamos de que dimos un paso importante al haber ascendido inmediatamente. Y pienso que a partir de ahora la ambición de River tiene que ir en crecimiento. Se terminó una historia negativa y empieza una nueva experiencia.

-¿Por eso decís que hay que disfrutar más?

-En River hay cosas que nunca cambiarán. La gente quiere buen fútbol y que el equipo ataque. Yo lo hablo mucho con los chicos: les digo que este momento hay que disfrutarlo en todo sentido y no reflexionar tanto sobre el peso o el número de la camiseta. Entre nosotros hay que generar un placer mayor al que venimos teniendo.

-¿La mochila no les pesa menos tras el ascenso?

-Lo más importante para estos chicos es que, después de lo que atravesaron, se hicieron mentalmente muy fuertes. Sabemos lo que representa River en el adentro y en el afuera, y perder con esta camiseta es diferente a perder con la de cualquier otro equipo. En Lucas (Ocampos) ellos tienen un ejemplo clarísimo.

-¿A qué te referís?

-Lo que admiraban mis compañeros de Lucas era su entrega y determinación para jugar. Independientemente de que las cosas salieran bien o mal, la energía y las ganas de querer aportar eran las de un pibe de 18 años que iba al frente sin reflexionar. Yo hablo bastante con Camoranesi sobre este chico Centurión, y veo a un pibe que entra sin pensar en el más allá. Creo que a esa edad es fundamental sacarles todo esa presión.

-¿Hoy se extraña el desparpajo de Ocampos?

-Sí, sí, totalmente. Y sobre eso estamos trabajando desde lo psicológico. Todavía se está buscando sacar el fruto de cada uno para el bien de River.

-¿Algún chico del plantel no te tutea todavía?

-No, todos me tutean. Tengo una buena relación con la mayoría. Esta temporada, además, decidimos con Leo Ponzio y Cirigliano, que es el que les trasmite las cosas a los más chicos, que todo sea claro y abierto a todo tipo de discusión, ya sea en lo futbolístico o fuera de eso. Y fue positivo porque los chicos se sienten más importantes y con más responsabilidades.

-¿Y te plantean problemas ajenos a la pelota?

-Sí, vienen, vienen y hablamos mucho. Está el que se expresa más, algún otro introvertido, pero yo también trato de adaptarme a sus realidades, a cómo viven, acercarme a preguntarles si todo va bien. Para mí es muy importante la gente que está alrededor del jugador, la familia, los amigos, poder generar las condiciones para que después rindan lo mejor posible en la cancha. Pero es un grupo muy unido, muy sano, con gente joven que creció más rápido que cualquier persona de 20 años.

-Al Keko lo adoptaste…

-Vivimos en el mismo edificio, vamos juntos a la práctica y por eso hablo mucho con él. Es alguien con un gran talento, que empezó a jugar desde muy joven y eso lleva a un montón de cosas. Es importante, entonces, mantener una estabilidad porque así como te levantan, te bajan. Todo esto va muy rápido. Y mis consejos, por la experiencia que tengo, son sobre cómo vivir. Cuando yo me fui a Francia, primero vino mi viejo conmigo y después se sumaron mi vieja y mi hermana. El núcleo familiar es muy importante para crecer… Y en la pensión de River veo a chicos de diez años que viven solos, es muy fuerte.

-¿Cuando vos te fuiste ya se escuchaba cumbia?

-Esos años eran los primeros de Parada Cero, acá en Olivos, y no, todavía no estaba la cumbia. La cumbia estaba emparentada con la bailanta y, si querías escuchar cumbia, tenías que ir a la bailanta. Después, en los boliches pasaban la música de moda y listo. Ahora, en cambio, está todo mezclado, te metés en cualquier boliche y tenés de todo: cumbia, reggaeton…

-¿Y te gusta?

-Escucho, sí. Escucho porque todo River escucha: la cumbia y el reggaeton son como el desayuno y el almuerzo de cada día. La verdad, no tengo una cultura musical precisa, me gusta escuchar de todo.

-Por ejemplo…

-El otro día fui a ver a Charly, estuve con él en el Luna Park. En diciembre va a hacer un recital y, como es hincha de River, me prometió que va a entrar al escenario con la camiseta. Fuimos con Chichizola y Marinelli, porque a ellos les encanta. Y está bueno meterse en los camarines, entrar un poco al mundo de ellos… Me gusta conocer gente que es mediáticamente importante, porque la conclusión que saco es que si hizo algo importante en su vida, fue por la ambición. Pienso que la ambición es lo más importante. Tuve la posibilidad de hacer que mis amigos escuchen a Charly y cuando él habla notás a un tipo ambicioso, un profesional al 100%, alguien que quiere lo mejor. He tenido la posibilidad de conocer a Daniel Scioli y el tipo, en otro rubro e independientemente de que después las cosas se hagan bien o mal, tiene ambición, sabe cuál es el objetivo. También cené con Eduardo Eurnekian ( NdeR: empresario y uno de los dueños de Aeropuertos Argentina 2000) y el tipo tiene una ambición máxima. O sea: estuve en equipos que ganaron títulos y ahí la ambición es fundamental. El que está cómodo y se deja estar es en realidad el que ya no ambiciona. El ambicionar es querer jugar, querer ganar títulos, y más en nuestro caso, el de los futbolistas.

-¿Por qué?

-A medida que fueron pasando los años me di cuenta de que siempre queda lo que ganaste. Es otro de los mensajes que estoy tratando de hacerles entender a los chicos: la gente se acuerda de eso. Después, que le hiciste un gol a Arsenal se lo pueden acordar o no. Lo que cuenta es lo que ganás y lo ves en todos lados. Vas al Museo River y está la foto del Beto levantando copas, la del Enzo levantando copas. Es la imagen que te queda grabada: la imagen del que gana títulos. Por eso es importante marcar una historia y saber la ambición que tiene un jugador. Yo actué siempre así y por suerte pude ganar un Mundial, una Eurocopa, cinco campeonatos con la Juventus, tres con el Monaco. Y la ambición te permite reunir un conjunto de cosas, lo económico, lo social, el marketing, lo mediático. Sea el rubro que fuera, tu ambición tiene que ser la de convertirte en el mejor y con eso no quiere decir que le vayas a hacer un mal a alguien, no, todo lo contrario.

-En el fútbol, lo complejo es que tu ambición tiene que coincidir con la de 20 jugadores más…

-Seguro, seguro. Es verdad que en un plantel de 20 ó 30 jugadores la ambición no la misma para todos. Pero la mayoría tendría que tener esa óptica, y más estando en un club como River.


“Acá ví partidos en los que no sabía a qué se jugaba”

-¿Esta mentalidad la tenías de pibe?

-Se fue formando. La ambición de querer jugar y ganar cosas estuvo siempre, aunque después fue evolucionando. En Monaco empecé a ganar campeonatos de pibe, fue el club que me permitió salir campeón del mundo, ganar una Eurocopa y después, solo, sentí la necesidad de subir ese nivel. Ahí me fui a Italia, con dificultades mucho mayores: no entendía la lengua, 28 de 30 jugadores eran internacionales y nadie te regalaba nada. Y la Juventus, además, es un club que te hace entender que ambicionar a ganar títulos es algo básico y normal. Eso con el tiempo va formando parte tuya y yo tuve la suerte de mantenerme diez años a ese nivel.

-Igual, alcanzar la gloria deportiva a los 20 años puede ser también un arma de doble filo…

-Por eso digo que el núcleo familiar es importante. Yo salí campeón del mundo a los 20 años, estaba en Montecarlo, era reconocido mundialmente y, entonces, fue fundamental contar con una base y gente alrededor mío que me dijera “tené cuidado, esto sí, esto no”. En la Argentina, el fútbol es visto de una manera muy importante y las tentaciones son muchas, por eso hay que encontrar el equilibrio. A los 20 ves las cosas de una manera distinta que a los 35. Y el físico también te da para otra cosa, je. Aunque de chico la cabeza se te vuela. Yo lo veo, y lo veo en mí.

-Pero, sobre todo desde la exposición, el ambiente cambió mucho desde que vos te fuiste a hoy.

-Por supuesto, y lo hablé con un montón de ex jugadores. Antes era todo más normal, más simple, los periodistas eran siempre los mismos, la televisión no es la de ahora, había mucho más códigos con el exterior… Hoy están los de la tele, los que te sacan fotos, también éstos que escriben en el Twitter y todo eso… Una cosa que vivo en carne propia, eh: viene alguien que me dice “David, salió tal cosa en tu Facebook” y yo no tengo nada, ni Facebook ni Twitter. Y pensar que hay gente que lo crea, que se hace pasar por vos, que divaga, pero es así y contra eso no hay nada que se pueda hacer. No se puede cambiar.

-¿Extrañabas más a la Argentina cuando estabas allá o a Europa ahora que estás acá?

-Realmente no extraño Europa. Estuve en lugares en los que la pasé muy bien: de Montecarlo a Turín, de Turín a Alicante… En Europa se vive de manera diferente, Buenos Aires es una ciudad estresante, con más movimiento, pero igual estoy muy cómodo acá. Me adapté muy bien.

-Cuando ahora volvés al barrio, ¿encontrás realidades que no imaginabas cuando regresaste a la Argentina?

-Es verdad que cuando venís 10 ó 15 días de vacaciones lo ves de otra manera. Además, hubo períodos en los que pasaron dos, tres, cuatro años sin venir porque aprovechaba el verano europeo o iba a Miami por el mar y la tranquilidad de pasar inadvertido. Hoy soy parte de esta sociedad y me estoy adaptando a esta nueva realidad de lo que es la Argentina. Lo que más me preocupa es el tema de la inseguridad. Tuvimos el caso del Keko ( NdeR: sufrió un secuestro express camino al entrenamiento), que ese día no sé por qué motivo me fui con mi coche y él se fue con Cazares. Pero yo siempre iba con el Keko… Esas cosas te hacen reflexionar. Yo espero que se mejore en ese aspecto. Prendés la tele y está bravo, está bravo en todo sentido, pero hay que adaptarse…

-Tus hijos todavía están en Mónaco. ¿Te da miedo que vengan?

-No, para nada. En ese sentido, no. Para mí es muy importante que conozcan las raíces de su padre. Me gusta que vengan, que estén con mi familia, mis amigos, que sepan de dónde vengo. Me hace bien que disfruten de la Argentina.

-¿Y qué cosas viste que te hayan chocado?

-Hay muchos problemas a nivel social y cultural, sobre todo en los chicos. Me sorprende muchísimo el tema de la educación, que los pibes no vayan al colegio, que estén en la calle. Me llama la atención porque en los ‘90, cuando yo estaba acá, era diferente. Ahora hago muchas cosas a beneficio y he hablado telefónicamente con jugadores importantes de la Argentina para tratar de hacer campañas en lo que respecta a la educación de los más chicos. Porque el futbolista no sé si es visto como un modelo de vida, pero sí es alguien admirado y al que se lo escucha. Entonces, pienso que un consejo o una frase nuestra también podría ayudar a mejorar la situación de los más jóvenes. Pero, bueno, es una idea y de ahí a hacerlo…

-¿Encontraste jugadores interesados?

-Lo he hablado con diferentes personas y el interés no es muy importante, cada uno tendrá su opinión sobre cómo lleva su vida. Esta temporada, asumiendo la capitanía de River, por ahí estoy haciendo muchas cosas que antes no hacía, como las de beneficencia. Son cosas que sirven, un ejemplo que tenemos que dar. El ayudar siempre es importante y por eso trato de estar siempre disponible cuando me lo piden.

-Se te nota más preocupado que molesto sobre lo que se vive.

-Sí, por supuesto. No me fastidia. Eso es lo que veo que hay para mejorar: volver al respeto hacia la gente más grande, el “buenos días”, el “gracias”, el “permiso”, la pregunta amable, ¿no? Eso es algo que cambió de manera negativa desde que me fui.

-¿Eso también cambió en el vestuario?

-Bueno, los códigos van cambiando. Lo que mejoró en relación a cuando yo tenía 18 años es que ahora se puede hablar. Yo, en Platense, no le podía decir nada a los más grandes, era un código inquebrantable. Hoy es otra cosa.

-¿Y cómo tomaron, por ejemplo, lo de juntarse a desayunar antes de las prácticas?

-Esa fue una idea del entrenador, por su larga experiencia europea. Allá es común desayunar y almorzar juntos. Es verdad que al principio creó algo raro, no sé si fastidio, pero sí fue algo nuevo a lo que te tenés que adaptar. Pero ahora que pasaron dos meses están todos contentos porque tienen un control sobre la alimentación.

-¿Es prepararlos un poco para lo que va a venir?

-Seguro. A fin de año vendrá Lucas (Ocampos) y les contará cómo es allá. Antes de ir a Emiratos Arabes me estuve entrenando en Monaco y tiene este sistema de desayunar y almorzar en el centro deportivo. Va a notar la diferencia de Ezeiza a Monaco…

-¿Y vos notaste la diferencia entre la B y la A? ¿Por eso tardó en llegar tu primer gol?

-Más allá del gol, lo que nos estaba costando era crear las situaciones, avanzar por los costados, el último pase, las combinaciones. Por mis características soy un jugador que depende mucho del juego de mis compañeros y al faltar eso se me estaba complicando más. No había tenido muchas oportunidades para convertir y trabajamos para mejorar en la creación. Generalmente los rivales vienen al Monumental a cuidarse y está en nosotros encontrar cómo romper con esas barreras.

-¿Te preocupa que los que decían que en la B te sobraba hora crean que en la A te cuesta más?

-No veo haya tanta diferencia entre la B y la A. Predomina más el aspecto físico y la desorganización que lo técnico y lo vistoso como pasaba antes. Los partidos son muy físicos, de poca inteligencia, de poco nivel técnico y por eso no salen atractivos.

-¿Hay más catenaccio acá que en Italia?

-El catenaccio hace a la cultura italiana, pero el aspecto táctico de los italianos es muy diferente a la desorganización que se ve acá. Yo he visto partidos en los que no sabía qué se jugaba en el mediocampo, he notado una cantidad de pérdidas de pelotas por la no aplicación o por la desesperación de entregarla… Y siempre buscando el resultado. Es una realidad que en la Argentina el resultado es lo más importante y es lo que buscan los técnicos porque saben que después de tres o cuatro derrotas seguidas, lamentablemente se tienen que ir.

-Si hoy el resultado es lo más importante, ¿vos disfrutarías de ser campeón jugando como lo está haciendo River?

-Pienso que un campeón es una consecuencia de resultados importantes. La suerte puede existir en algunos partidos, no en las 19 fechas. Nosotros lo que tenemos que encontrar es un sistema que nos defina, una identidad de juego, más allá de que el objetivo de River siempre tiene que ser salir campeón. Estamos en una fase de cambio en la que hay que seguir mejorando.

-Después de ascender, pasaron cinco temporadas para que Juventus volviera a ser campeón. ¿En River la obligación es inmediata?

-El pedido allá era el mismo, pero es un proceso. Yo lo viví de esa manera y con jugadores importantes, de gran calibre, aunque también con otros que van cambiando, sistemas que varían. Son búsquedas para crear un equipo campeón, que es lo que está tratando de formar River.

-¿Y con quién te ves en la pelea por el título? ¿Qué equipos te gustan?

-Más allá de la idea, Boca es el que más experiencia tiene, te das cuenta de que son tipos que saben manejar los partidos. Newell’s es un equipo que juega muy bien, sin reflexionar tanto. Aunque tiene un entrenador muy importante como Martino, es un equipo suelto y está realizando una gran campaña. Colón es otro que juega bien, y siempre admiré a Vélez porque se caracterizó por el buen fútbol. Hay buenos equipos y buenos jugadores, pero lo ideal sería poder jugar más…

-Si pudieras comprar un jugador, ¿cuál sería?

-Me gusta este chico Centurión, es diferente… En River tenemos jugadores interesantes, con características para jugar en el fútbol europeo. Pienso que la experiencia de este torneo hará que se suelten un poco más.

-¿Te ves como entrenador en el futuro?

-Me imagino diferentes cosas. En su momento no se me había pasado por la cabeza ser entrenador, hoy lo estoy reflexionando como también pienso cosas que me gustaría estudiar y ver si estoy capacitado para hacerlo que tienen que ver con el marketing y la imagen. Igual está todo en el aire porque por ahora quiero seguir jugando.

-¿Pensás en el marketing vinculado al deporte?

-Sí, siempre vinculado al deporte. Mi vida estuvo siempre vinculada al fútbol, es lo que amo, el mundo donde crecí y en el que vivo. Me gustaría seguir relacionado con esto.

-Pero para seguir estudiando, te falta terminar la secundaria.

-Me fui justo en mi último año de secundaria en Villa Martelli y quise terminar en Francia, pero no pude por una cuestión de lengua. Pero eso no quita que la termine o que quiera seguir adquiriendo experiencia en lo que sea. En este momento no porque mi pensamiento es otro, pero sé que en el futuro, para hacer algo de valor y nivel, tendré que adquirir experiencia. Y el estudio es parte de eso.

-¿Qué materia te quedó colgada?

-Estenografía. No existe más, ¿podés creer? Me tendrían que dar el título, ja. La verdad que fue algo difícil para mí. Me hubiera gustado terminar la secundaria por mis viejos pero, bueno, las cosas se dieron así.

http://www.ole.com.ar/river-plate/futbol/titulo_0_773322683.html
http://www.ole.com.ar/river-plate/futbol/titulo_0_773322684.html

“estenografia”… jajajaj… que verga esa materia… :lol:

Al Keko lo adoptaste… :lol:

Un grande Treze… claramente mas alla de lo futbolistico tener un tipo así al lado de tantos pibes los hace crecer “de manera positiva”.

Tiene una mentalidad ganadora impresionante, fiel al estilo histórico de River. Espero que lo pueda transmitir bien a los más jóvenes, se ve que por lo menos es lo que intenta.

Este tipo definitivamente tiene que hacer algo en River cuando se retire… DT, manager, formador. La tiene clarísima. Parecido a lo que quería hacer Lanús con Camoranesi.

Sos muy groso David. Muy groso.

Gracias por venir.

No puedo entender cual fue el raye que te paso por la cabeza en el momento que decidistes venir a este infierno…

Posta, es la primera vez que quiero que un tipo se quede despues de retirado. Tiene esa dote justa para lavarles la cabeza a los compañeros en el buen sentido y que tengan los pies sobre la tierra. Mira que en River declararon pelotudeces, pero a el no lo escuche nunca, eso habla de una serenidad e inteligencia poco habitual en este frenético futbol argentino.

Viene a bardear [MENTION=2264]Millonario80[/MENTION] en 3,2,1…

Que bien que habla y que ideas claras que tiene, y eso que no terminó el secundario. Creo que en eso tiene que ver su estadía en Europa que lo terminó de formar, más allá de que aclare que no la terminó allá tampoco, se nota que maduró como persona en el contexto europeo. Esperemos que se quede por muchos años, tengo muchas ganas de verlo en un buen equipo y con un buen DT, nos puede dar muchas satisfacciones.

Como te quiero David, la puta que los parió. En el Fútbol Argentino no encontras mas de cinco jugadores que hablen como el.

Como te banco David, que orgullo que me dá verte con la camiseta de River!

Es un jugador de River 100%, un crack adentro de la cancha y un caballero afuera, da gusto leerlo me la morfé al toque la nota, gracias por estar en River David, no te vayas nunca.

FM es la prueba viviente. El el antes y el despues de Trezeguet es increible.

Tiene mucha razón con lo que dice sobre que psicologicamente a los pibes los fortaleció, una vez uno de ESPN ponía en duda si Lamela iba a soportar jugar en la primera de la Roma, flaco el pibe se puso la 10 de River cuando pesaba 100000 kilos, mirá si se va a poner nervioso? le pones un vídeo de cuando le matan la mamá a Bambi y no se le mueve un pelo.

me leí la nota completa, y como bien decís, es muy importante que haya tipos así en un plantel. se nota que con las salidas de Cave y Chori es como que él ha asumido mayor protagonismo y más responsabilidades, como a él le gusta decir… antes se notaba la mala química entres los 3, él como que sentía que ellos eran los líderes y bajaba el copete; tipo humilde y ubicado, un grande!

lo bueno es que gente así contagia al resto, y si los resultados en futbol acompañan (vital), se crea esa buena mística, fundamenteal para grandes logros.

pd: desde este punto de vista veo positivas las salidas de Cave y Chori, para q 13 tome las riendas. como que estos 2 estaban más en el boludeo. igual, a Cave lo hubiera dejado, pero le hubiera hablado.

Que lindo que esté en River este tipo, y ojala se quede para siempre, hasta presidente jaja. posta

Esa es la mentalidad que se necesita. Crack 13

13 acaba de hablar con el beto en radio cooperativa.

juaaaaaaa en radio cooperativa hablando con el beto alonso le dijo que lo quiere cerca del plantel

se va a enojar el kaiser

Y Alonso le dijo que se tiene que quedar en River despues del retiro…

ESO ES RIVER SEÑORES!!!

NO ALMEYDAP!!