Fábrica de los Cirigliano, otra vez paralizada
El conflicto por deudas salariales complica los plazos de puesta a punto de los ramales. Cada viaje sigue siendo subsidiado por el Estado nacional con unos $6 en promedio
Alejandro Bercovich
La planta de Emprendimientos Metalúrgicos Ferroviarios (EMFER) que conservan bajo su control los hermanos Cirigliano y que el Gobierno mantiene contratada para reparar los vagones del Sarmiento y el Mitre volvió a quedar paralizada ayer por la falta de pago a sus operarios. El personal decidirá esta madrugada en asamblea si profundiza su plan de lucha con cortes de la avenida General Paz y comenzó a bloquear el ingreso de nuevas formaciones para su arreglo. La crisis, que pone en riesgo los plazos comprometidos para la puesta a punto de los ramales que administraba TBA, se produce justo cuando se cumplen catorce meses del choque que mató a 52 personas e hirió a otras 700 en la estación de Once.
Los ex concesionarios del Mitre y el Sarmiento, Claudio y Mario Cirigliano, están procesados por presunto estrago doloso en la misma causa judicial que investiga a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi como posibles responsables de la tragedia. Si bien el Gobierno decidió quitarles la concesión de los trenes apenas fueron imputados por los crímenes, todavía retienen el manejo de más de sesenta líneas de colectivos urbanos en varias provincias y el de EMFER, el mayor taller ferroviario del país.
Los 370 obreros de EMFER debían cobrar por su última quincena trabajada el viernes por la mañana, pero el pago no se produjo. Ayer acudieron a una audiencia en el Ministerio de Trabajo y los representantes de la empresa adujeron que no contaban con el dinero para hacer frente a la deuda salarial. “Decidimos bloquear los portones y mañana decidimos cómo continuamos el plan de lucha”, dijo a este diario el delegado Pablo Barberán, de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Por los nuevos contratos que celebró EMFER con la Unidad de Gestión Operativa Mitre-Sarmiento (UGOMS), el taller de General Paz y avenida San Martín sumó setenta trabajadores más en noviembre último. En la UGOMS las decisiones las toma el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, junto con representantes de los grupos Metrovías-Roggio y Ferrovías-Romero, los dos grandes concesionarios del transporte metropolitano que quedaron en pie tras el choque del 22 de febrero de 2012.
Los gastos por esas decisiones de la UGOMS, sin embargo, corren por cuenta del Estado. Cada viaje sigue siendo subsidiado con cerca de $6 en promedio y Randazzo anunció en junio último una inversión inédita de $800 millones para el recambio de vías del Sarmiento y la refacción de los vagones. Parte de ese trabajo es facturado por los Cirigliano a través de EMFER.
Con los ex concesionarios corridos de la vida cotidiana de la empresa, todos los ojos en EMFER están puestos sobre Vicente Sansalvador, el presidente de la compañía. Los hermanos Cirigliano, sin embargo, todavía ocupan sendas sillas en su directorio. En EMFER fueron hallados los volquetes con balances y documentos quemados pocos días después de la tragedia, lo cual disparó una investigación por intento de obstrucción de la Justicia y llevó por unos días tras las rejas a los dueños de TBA.
La empresa dejó trascender a sus empleados que la UGOMS mantiene una deuda millonaria impaga y que por eso no puede pagar, pero el monto no pudo ser confirmado por fuentes oficiales ni empresariales.
Alejandro Bercovich (@aleberco):
Los 370 ferroviarios de EMFER-Cirigliano exigen la estatización de la planta, para apurar las obras y cobrar de una vez. Parece razonable.