Aprovecho este espacio del foro, cuyo título reza: “Rincón Femenino” para expresar mi humilde opinión. Antes que nada, debo aclarar que no quiero desprestigiar a ninguna nacionalidad, me parece que en todas las latitudes existe el respeto hacia la mujer, simplemente quiero dar a conocer el profundo respeto que existe en mi país hacia las mujeres.
En otros países, como es el caso de Argentina, expresiones populares tales como: “Hijo de pu…” o “La con… de tu madre” son frases muy comunes, que son tomadas con poca importancia. Por ejemplo si un argentino le dice a otro: “Hijo de pu…”, este hecho es tomado con poca importancia, lo consideran como algo cotidiano. Da lo mismo decir “Hola”, “Carajo”, “Gracias”, que decir: “La con… de tu madre”
En Paraguay, el respeto hacia las mujeres es un sentimiento muy profundo hasta podría describirse como “exagerado”. Si un paraguayo le dice a otro “Hijo de pu…” o alguna expresión que hace referencia a la mujer de modo despectivo, este hecho se toma con seriedad y en la mayoría de los casos termina en riña, discusión, etc.
Como existe un tremendo respeto, con suma cautela uno debe mencionar a las mujeres ante los demás. Cuando uno lanza una frase tipo: “Como te va hijo de pu…”, es muy raro no recibir insultos. Yo no digo que en Argentina no se valoren a las mujeres, simplemente que acá las mujeres gozan de un “manto sagrado” por decirlo de alguna manera, hasta para expresiones callejeras de poca importancia se les debe el mayor de los respetos.
Pero, ¿A que se debe esta situación?, ¿Por qué las mujeres son consideradas como algo “sagrado” que ni siquiera se tolera una simple expresión de burla si en esta se menciona a la mujer?..
Este peculiar sentimiento, tiene raíces históricas. Para entender mejor este fenómeno debemos remontarnos hasta “La Guerra Grande”. En la guerra contra la Triple Alianza faltó muy poco para que el Paraguay quedara exterminado por completo. De los 1.300.000 habitantes que se registraron en el último censo antes de la guerra, solo sobrevivieron alrededor de 200.000 personas. De los cuales solo el 10% eran hombres, en su mayoría eran mujeres, ancianos y niños.
Los primeros hombres que se reintegraron a la patria de la post-guerra, fueron los excombatientes que escaparon con vida de la contienda bélica, los que durante el conflicto permanecieron en el extranjero o vinieron con los aliados perteneciendo a la Legión Paraguaya y los que estaban estudiando becados en Europa al iniciarse la guerra y no pudieron entrar al país por esta causa. En estas condiciones las mujeres debieron empuñar el arado para arrancar de la tierra el sustento para sus hijos.
La parte más dura de la gigantesca empresa de resucitar a la patria recayó sobre las mujeres; se hicieron agricultoras, comerciantes, industriales, en fin, tuvieron la pesada misión de reconstruir la patria mal herida.
Es por eso que en años posteriores, grandes poetas paraguayos y compositores musicales, se dedicaron en homenajear en la mayoría de sus obras a la patria y por sobre todo a la mujer. Dicho sentimiento, actualmente sigue muy arraigado entre los paraguayos. Es por eso que el amor y respeto hacia a la mujer, es una de las máximas sagradas hasta hoy día. Todas las generaciones de paraguayos post guerra de la Triple Alianza crecieron con el pensamiento de que las mujeres son algo “sagrado” y que se les debe muchisimo por el importante rol que cumplieron en la reconstrucción de este país. De manera tal que las mujeres aquí gozan de un respeto, exagerado para algunos pero justificado para la mayoría.