El juego del miedo: Olimpo 0-River 0
Escrito por [Javier Garcia](http://rockandball.com.ar/author/admin/) [Ball](http://rockandball.com.ar/category/futbol-local/), [Olimpo](http://rockandball.com.ar/category/futbol-local/aurinegro/), [River](http://rockandball.com.ar/category/futbol-local/millo/), [Titulares](http://rockandball.com.ar/category/titulares-2/) Lunes, mayo 30th, 2011 [Editar este Articulo](http://rockandball.com.ar/wp-admin/post.php?post=28645&action=edit)
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[u]"No[/u] jugamos con miedo”, dijo [b]Matías Almeyda[/b], a la salida de un vestuario de River pálido. Sí, del susto. [b]Daniel Passarella[/b] dijo, hace unos meses, “Al socio e hincha de River le pido que no esté cagado”. [i]Kaiser, [/i]decíselo a tus jugadores y, sobre todo, a tu DT.
Livianito River, tibio River, insulso River, sin compromiso River. Cagado River. Muy cagado. Paralizado. Atado. Maniatado. Sufriendo cada minuto del partido. ¿Esta era la final que iban a jugar? ¿Así se jugaron la historia del club? Uffff.
Hoy, 30 de mayo de 2011, a las 0.16 horas no hay duda, River merece jugar la promoción. Juega a no jugar, no propone, destruye y apuesta al talento de Erik Lamela, la única joya en el barro. Pero termina siendo poco, muy poco.
A River, a este equipo de Juan José López el miedo lo paraliza. La presión de ser el primer plantel que pueda mandar a River a jugar a la B o a disputar una promoción es mucha. Pesa horrores. Hoy, la banda roja está blindada y son pocos los torsos que pueden llevarla. Ni siquiera el DT es capaz de sobrellevar la mochila…
Si no, que alguien explique porque no entraron ni Diego Buonanotte, ni Manu Lanzini, ni siquiera Rogelio Funes Mori. Nadie. “El equipo estaba bien”, aseguró Juan José López en la conferencia post-partido. O no ve lo mismo que todo el mundo o no sabe ni donde está parado. River fue menos peligroso que un chasquiboom fallado.
Olimpo lo ató a River de principio a fin. Martín Aguirre, sólo, tuvo más situaciones de gol que todo River. El equipo de Jota Jota, al menos, es coherente. En la semana había partido la frase “no hay que perder”, “El empate sirve”. Dicho y hecho, un 0-0 que le calza perfecto a este equipo. No al Aurinegro que buscó más y mereció más, pero un día Juan Pablo Carrizo volvió a ser y anuló todo peligro que llegó a su área.
Así se va River de Bahía. Otra vez cabizbajo
River parió los 90’. Encontró solidez defensiva en Leandro González Pirez, una de las promesas de la cantera, firmeza en los guantes de Carrizo y algo, mínimo, de lucidez y peligro en los botines de Erik Lamela. ¿El resto? Reprobrado y algunos con actuaciones dignas de cuelgue eterno, como por ejemplo Pavone o Acevedo o Díaz o el propio Ferrari, que hoy fue un tributo al gran José Meolans: nada, nada y más nada.
Olimpo, hasta los 15’, se prendió en la onda “tengo miedo nene” y no atacó. El partido discurría entre dos equipos con miedo a lastimar para no ser lastimados. Pero el aurinegro, por su localía, por su vergüenza o porque sabía que el que se jugaba la vergüenza histórica era River y no ellos, o sencillamente, porque a lo largo de todo el torneo jugó mejor, fue por más. Martín Rolle se hizo conductor y con Maggiolo y Aguirre comenzaron a caer las chances contra Carrizo. El palo y el travesaño jugaron para River y así Olimpo no logró penetrar las redes Millonarias. ¿Se imaginan si River hubiese perdido? Ufff
Tombolini, por su parte, no realizó ninguna atajada de riesgo y no es para menos, River le tiraba con balas de fogueo. Quizás en alguna la bocha entraba o Lamela podría eludirse, con éxito, a ocho tipos más el arquero. Sí, suena exagerado e imposible. Sí, es a lo único a lo que River apostaba.
Lo de River fue pésimo. Sin ideas, sin juego, sin sangre. Con miedo. Con muchísimo
miedo. Contante y sonante. River entró a jugar este partido sabiendo que Tigre le había ganado a Vélez y que, de no ganar, la lucha sería, únicamente, con Arsenal, porque Tigre, en el mejor de los casos, quedaría a tres unidades. Se ve que no quiso acercarse al equipo de Victoria.
En ningún momento de la noche River dio la sensación de ser un equipo que quiso ganar el partido. En ninguno. Sí se lo llevaba iba a hacer obra de una genialidad o un horror de Olimpo. No tenía más argumentos. Para Olimpo el empate fue un castigo, para River un más que generoso y cuantioso premio.
Quizás Juan José López no lo sepa o quizás sí. Pero River, hoy, juega la promoción. No sería lo grave eso, aunque sí una mancha histórica. El tema es que, con este pavor que le da salir a la cancha, es muy difícil que River logre siquiera, ganar esa instancia definitiva. Antes de “jugarse la historia”, “dejar la vida”, “salir adelante” y “Seguir trabajando”, River, su DT y sus dirigentes deberán sacudirse el miedo. Porque los está paralizando y, solito y sólo, lo va llevando al abismo. El miedo paraliza, dicen. Vaya verdad.