El G. Clarín está cumpliendo su objetivo: marcha atrás con el torneo?

Esto. Me ahorraste el mensaje

lo hicieron hasta 2008

Asi se refiere a que asciendan todos habla de algunos progresivos.

Es obvio que lo están pateando para después de las elecciones de octubre.

En realidad, muchachos, TODO esto que se dice del nuevo torneo, es una gran operación contra River. Grábenselo, muchachos. Si fuera cualquier otro club, se diría “qué bueno el nuevo torneo”.

Que significa esto, que se anulan los no-descensos en la A y los ascensos masivos en el NB???

Yo entiendo que los de la A estan hasta las bolas con los promedios y nosotros tenemos que salir campeones si o si.

No creo que tan así, pero por eso resalto, Clarín utilizó muy inteligentemente el nombre de River.

Claro, a eso me refería. Si todo vuelve a fojas cero y los campeonatos empiezan sin cambios firmes…
Golazo.

Porqué, jingle ? Lo dudo mucho, no creo en esa victimización. El rechazo viene de gente de todos los clubes, me parece que sería lo mismo si el descendido fuese Boca, Racing o Independiente.

Impecable comentario. La manija que le dieron los medios del grupo Clarin fue increible, especialmente en el “beneficio” para River, casi que obviando que salvan a los otros grandes. Eso hace rechazar el nuevo torneo, tanto para los no hinchas de River, como para gran parte de nosotros que queremos un ascenso digno

ASCO

telenoche tambien hijos de mil putas "EL CAMPEONATO ABSURDO"ponen los caraduras o “LA GENTE DICE NO”

ufff, menos mal, magneto estaba preocupado :smiley:

Ojala que quede todo en la nada, si River asciende por decreto es PEOR que el descenso mismo.

El problema tambien es que para que mierda queres ascender a este torneo pedorro que quieren hacer?

El último bochorno tiene puntos suspensivos

Por Román Iucht

“Si River no descendía, seguro no hubiera pasado esto”.

Cuando el singular vocero de la AFA, Ernesto Cherquis Bialo, abandonó su habitual barroquismo para hablar más de lo que se le conseja al portavoz de un organismo tan controversial como el ente del fútbol argentino, y así cometer un verdadero acto de sincericidio, todos entendimos definitivamente por dónde se debía buscar la punta del ovillo.

La corporación de dirigentes quería consumar el último bochorno. La decisión de modificar la estructura, realización y definición de los campeonatos de Primera división y de la B Nacional es un acto tan difícil de presentar, como de explicar sin caer en contradicciones. Las objeciones son múltiples y no tienen que ver con las resistencias naturales con las que la sociedad reacciona ante la movilidad de un orden instalado. Aquí hay mucho para precisar y nada parece ser “trigo limpio”.

Si la presencia de River en la segunda categoría es un hecho que no puede aceptarse por ser deficitario para el negocio, entonces la medida es coyuntural y no federalista. Si las decisiones se toman a partir de circunstancias puntuales, la medida es muy oportunista y muy poco oportuna. Se trata de garantizar la presencia del “millonario” en la elite en la próxima temporada, sin el más mínimo riesgo, así como también de evitar alguna nueva sorpresa desagradable con los otros grandes, cuyos promedios resultan una amenaza latente.

En ningún momento, el campeonato de Primera división será más federal que en el que debe empezar en diez días. Los cuatro ascensos de clubes del interior marcan la competitividad y en total habrá ocho representantes del resto del país en la elite. La medida hubiera sido una flagrante contradicción, un acto de profunda hipocresía. No se buscaba acercar al fútbol del interior, de hecho once provincias seguirían sin tener representación, sino asegurar la vuelta a los primeros planos de, además de River, casos como Huracán, Gimnasia y Esgrima La Plata o Rosario Central.

Desde lo inherente al juego también la medida hubiese resultado un golpe bajo. La esencia de la competencia en el ámbito profesional es la búsqueda de la victoria. El triunfo trae aparejado premios en forma de vuelta olímpica, y la derrota, los desarreglos institucionales y económicos, redundan en castigos que se traducen en descensos. Con ésta decisión, el fútbol argentino se habría dado el “lujo” durante un año de no premiar, salvo a uno (el campeón), ni de castigar con la pérdida de la categoría. Ningún conjunto descenderá y con el arribo de los dieciséis primeros de la B Nacional y el ganador del Torneo Argentino A, ¡habría dieciocho ascensos! A lo largo de una temporada, los clubes hubiesen despilfarrado sus ingresos y habrían producido gastos para obtener un beneficio nulo. Todos los esfuerzos generados para jerarquizar los planteles, el largo camino recorrido por aquellos que pelearon para lograr los ascensos (At. de Rafaela, Unión, Belgrano y San Martín de San Juan) y la angustia de los que gastaron dinero, tiempo y emociones al ver a sus clubes descendidos, todo eso se hubiese borrado de un plumazo. Además, se modificarían sus objetivos deportivos. Sin incentivos, muchos podrían dejar de lado a profesionales con contratos onerosos y apostar a jugar con juveniles. Ninguna amenaza los acecharía y el nivel del juego ya se sabe que importa poco.

Quienes levantaban las banderas del proyecto, lo presentaban con el rótulo de revolucionario. Los patriotas de Mayo o los franceses de fines del siglo dieciocho, seguramente necesitaron más de treinta minutos para armar sus revoluciones que cambiaron la historia de la humanidad. En media hora, ¡media hora!, los dirigentes debieron analizar la idea y aprobarla sin resistencias. La abstención de Vélez, Racing, Newell´s y All Boys en un acto que podría considerarse como de absoluta rebeldía, y lo único que pedía con una pizca de sentido común, era algunos días para analizarlo en profundidad, muestra que la chance de presentar una mínima objeción y a la que casi ninguno se animó era posible.

“Nos dijeron que el proyecto no venía de adentro. Que la televisión acercará más dinero y entonces había que apoyarlo”. Las palabras de Julio Baldomar, vicepresidente de Vélez, pusieron aún más luz a ésta lamentable historia. La zanahoria del aumento de los ingresos de la televisión por parte del gobierno, duplicando la cifra de 600 a 1200 millones de pesos, fue una excusa más, para cambiar todo el fútbol argentino. No se trata de objetar la idea por una cuestión de ideología política, pero cuando el gobierno, cualquiera fuere, mete la nariz y con su peso cambia el sentido de la competencia, altera los calendarios y define cosas en un ámbito que debería serle ajeno, entonces todo está definitivamente viciado y con un olor nauseabundo. Una vez más, el fútbol quería ser utilizado para disputas externas, que en ésta circunstancia permitían el cambio de mando en derechos de transmisión de los partidos de diferentes categorías.

El hombre del anillo no toleró que la idea de un fútbol más federal pudiera salir del cráneo de uno de sus principales competidores para ocupar es sillón, que ya tiene la forma de su cuerpo luego de más de tres décadas, y entonces la hizo propia. Su íntima relación con el oficialismo, y la futura creación del canal AFA TV habrían hecho el resto para que el negocio cuadre de manera perfecta.

Para no dejar ningún detalle librado al azar, todo se se iba a reubreicar rubricará el 18 de Octubre. Ese día habrá que elegir autoridades y la ecuación de un voto a cambio de una plaza en primera era la llave de oro con la que Grondona sería capaz de abrir todas las puertas y extender su monarquía por otros cuatro años.

Los hinchas ya marcaron en rojo en el almanaque el día 2 de Agosto para concentrarse en la sede de la calle Viamonte y así expresar su descontento. La sociedad futbolera toda está indignada.

La moral grondoniana del fútbol argentino quería hacerlo de nuevo. El último bochorno iba a ser una triste realidad.

Ahora, se anunció un conferencia de prensa en la AFA, hoy, desde las 19, para anunciar la suspensión momentánea de la medida por los próximos seis meses. El eufemismo sería el estudio de otros 10 proyectos alternativos. Por una vez, la voz de la gente parece ser más fuerte que la de los poderosos.

Me da asco todo, este torneo que se saca a las apuradas haciendo firmar a los representantes de un día para otro, la mayoría de los medios diciendo que todo se hace para salvar a River, la gente que se cree el chamu de los medios, todo me repugna, que bronca e impotencia genera todo esto.

Ojala que no se apruebe para el 2012-2013, que quede sin efecto, que River ascienda por los puntos, así cerramos todos los ortos que hablan y no quedamos manchado con todas estas mentiras que se están inventando.

Y después si, que se genere un verdadero debate para ver que es lo que se quiere hacer y que es lo mejor para el fútbol.

Eso, exactamente. No es tan difícil ser equilibrado y dar una mirada en conjunto. Pasa que claro, si lo haces en TyC, te echan, como justamente le pasó a Iucht.