“Me da mucha tristeza todo lo que sucede más allá del fútbol y que ensucia la grandeza del club”, dijo.
Lo venían esperando desde hacía rato. Más exactamente desde que le había avisado a Jorge Gordillo que iba a darse una vuelta con Jorge Villazán. Y ayer cumplió. “Estoy para 20 minutos”, le dijo al Tapón apenas llegó, pero finalmente completó los 90, y se puso otra vez la camiseta de River como aquel 21 de diciembre del 97, en su último partido oficial (1-1 con Argentinos), el día de su séptimo título en el club y cuando su imagen con los pantalones cortos pasó a formar parte de la leyenda después de los 198 partidos y los 115 goles.
Y regresó a un club que hoy sufre tanto adentro como afuera de la cancha. Y él lo sabe. “Tomo con mucha tristeza las cosas que suceden más allá del fútbol, todo eso que ensucia la grandeza de River”, contó en radio Del Plata.
Eso sí, enseguida descartó una vez más la chance de pegar la vuelta (y eso que tiene contacto fluido con Aguilar). “Es un tema complicado por el cariño de la gente, pero hoy no es la hora. ¿De técnico? No estoy preparado, no hice el curso y no tengo tiempo por los compromisos empresariales con amigos. Pero a quién no le gustaría dirigir a este club para alguien que lo ama”.
Y se fue. Realista, transpirado pero íntimamente feliz (más allá de esa “tristeza”) por haber vuelto a River de alguna manera.
“Me da mucha tristeza todo lo que sucede más allá del fútbol y que ensucia la grandeza del club”, dijo.
Lo venían esperando desde hacía rato. Más exactamente desde que le había avisado a Jorge Gordillo que iba a darse una vuelta con Jorge Villazán. Y ayer cumplió. “Estoy para 20 minutos”, le dijo al Tapón apenas llegó, pero finalmente completó los 90, y se puso otra vez la camiseta de River como aquel 21 de diciembre del 97, en su último partido oficial (1-1 con Argentinos), el día de su séptimo título en el club y cuando su imagen con los pantalones cortos pasó a formar parte de la leyenda después de los 198 partidos y los 115 goles.
Y regresó a un club que hoy sufre tanto adentro como afuera de la cancha. Y él lo sabe. “Tomo con mucha tristeza las cosas que suceden más allá del fútbol, todo eso que ensucia la grandeza de River”, contó en radio Del Plata.
Eso sí, enseguida descartó una vez más la chance de pegar la vuelta (y eso que tiene contacto fluido con Aguilar). “Es un tema complicado por el cariño de la gente, pero hoy no es la hora. ¿De técnico? No estoy preparado, no hice el curso y no tengo tiempo por los compromisos empresariales con amigos. Pero a quién no le gustaría dirigir a este club para alguien que lo ama”.
Y se fue. Realista, transpirado pero íntimamente feliz (más allá de esa “tristeza”) por haber vuelto a River de alguna manera.
Escuché la nota que le hizo Costa Febre ayer, me da pena que hoy en día no tengamos gente como Enzo en el club, es un crack en todo sentido. Ojalá que vuelva, no como técnico sino como presidente del club.
Pero si vienen jugadores de prestigio europeo y teniendo los últimos técnicos que tuvo y tiene River…fracasan igual. Puede que tengas razón pero que en River cualquiera se quema últimamente eso es FIJA.
Passarella puso el hombro en un momento dificil
Ramon Diaz puso el hombro en un momento dificil
Astrada puso el hombro en un momento dificil
Merlo puso el hombro en un momento dificil
Si tanto quiere a River, que se comprometa…hace 10 años que se retiró, y desde hace 10 años viene lavandose las manos.