Desde las capacidades y las condiciones, se sabe que la lógica y Almeyda son íntimos enemigos acérrimos y vivirán enfrentados a duelo de por vida. Y hoy, en una batalla que a priori se presumía sencilla, ella le dio al DT una soberana paliza de principio a fín, lo hizo besar la lona una y otra vez y le propinó un K.O. técnico demoledor.
20 minutos. Ese es el tiempo neto de fútbol que practicó el pseudo equipo que presentó River en el Nuevo Gasómetro durante todo este parate. En todo receso largo, y sobre todo cuando venís encontrando cierto atisbo débil de mejora, la decisión fue eliminar los trabajos con pelota durante la primera semana y luego ensayar dos millones de ejercicios tácticos con el equipo siempre partido y separado según el lugar donde juegan en el campo. Salvo cuando se entrenó pelota parada ayer, los once que salieron hoy a hacer este papelón nunca laburaron juntos ni jugadas de ataque ni movimientos en defensa en equipo durante estas dos semanas.
Cuando un bebé esta dando sus primeros pasos, entre tropezón y tropezón lógico, lo natural es que lo impulses a experimentar más tiempo con esa nueva vivencia para que no pierda esa costumbre. Pero no, a la criatura que estaba queriendo empezar a asomar cabeza el DT no hizo más que perpetuarla a que siga con el andador.
Es cierto, esto es opinar con el diario del sábado a la noche, pero también sirve para remarcar que, lamentablemente, estábamos en presencia ya hace un largo rato de una inevitable tragedia anunciada, que de alguna manera u otra iba a aparecer tarde o temprano. Y tal como se caracteriza River, fue ante quien era el colista del torneo, como para que la vergüenza sea una vez más la protagonista del espectáculo.
¿Hacía falta tentar tanto a la suerte? Evidentemente si, sobre todo cuando estás en manos de un desequilibrado. Así como los perros suelen parecerse a sus dueños, los equipos suelen parecerse a sus técnicos. Y era de esperarse que ese día en donde las cosas no salgan desde adentro con ninguna de las individualidades, todas las llaves que iban a caer desde afuera no abrirían ninguna puerta, sino que pondrían más obstáculos en el camino.
Almeyda empieza a perder este partido desde el momento en que terminó el encuentro en Córdoba ante Instituto. Esperemos que esta vez el cimbronazo aparezca de lunes a viernes en Ezeiza o Benavídez y nunca más un sábado en los partidos por los porotos.
Hipotecar posibilidades de ascender por cosas como las que se vieron hoy hacen que la bronca penetre por todos los poros, pero bueno, es a lo estamos expuestos cuando los responsables no están a la altura y son tan incompetentes…