DROGBA: " Mi Dios es Maradona pero soy hincha de River"

Menos mal que el redactor de la nota me aclaro, que no va a venir, ya me había ilusionado. Cuantos boludos sueltos que juegan a ser periodistas que hay desparramados por toda la internet, por favor.

Siempre le tuve bronca a este negro.

Para mi el grone este siempre fue un llorón.

El bostero de Lamela con la camiseta alreves.

Didier está entre Pires y Cirigliano, al lado está el keko, y el arquero es ChichiTzola? (me parece que no este último)

El que está al lado del poste es el coco lamela?

Si, tambien esta Villalva mas a la derecha y casi asomenado la cabeza.

Messi no pensara en jugar en River algún día?
y entrenar junto Ríos?

:mrgreen:

Drogba ni debe saber que River esta jugando en la B, jate joder!

Los amores de Drogba: su pueblo, Maradona y River

Además de un excepcional delantero, el marfileño es un referente en obras de ayuda comunitaria en su suelo natal; una vez paró una guerra civil. Además, admira a Diego y al Millo. Por Fabián Galdi.


Didi, una leyenda africana hacia el mundo.

El 14 de junio de 2010, mientras la Selección Argentina se preparaba para disputar el partido frente a Corea del Sur, segundo en la primera fase del mundial, la televisión sudafricana comenzaba a emitir un video de la PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) y los portales con anuncios publicitarios en las calles de Ciudad del Cabo, Johannesburgo y Pretoria mostraban el afiche con la imagen de dos Embajadores de la Buena Voluntad de dicha iniciativa, Didier Drogba y Zinedine Zidane, ambos referentes principales para el fútbol del continente africano gracias al sentido de pertenencia a sus raíces; Didi, por haber nacido en Costa de Marfil y Zizou, por ser hijo de inmigrantes argelinos radicados en Francia.

En el medio del fragor de la máxima competencia futbolística del planeta, las apariciones de las dos estrellas en esos anuncios podía pasar inadvertida a los ojos del hincha ansioso por el resultado de su equipo, pero no a los de millones de ciudadanos, de toda condición social, a quienes el impacto de esas imágenes podía decodificarse como un eslabón más en la larga cadena de reclamos por la justicia social encabezados por Nelson Mandela.

El programa, según sus postulados, apuntaba a “erradicar la pobreza y el hambre, reducir la mortalidad materna e infantil y la enfermedad, garantizar el acceso a una vivienda digna y acabar con la desigualdad entre los géneros de aquí al año 2015”.

Mientras Zidane, por una cuestión generacional, es referencia para los sectores de mediana a tercera edad, Drogba lo es en la franja infanto-juvenil y en quienes merodean los treinta años de edad. Cada una de apariciones del hoy delantero del Chelsea son seguidas con atención prioritaria no sólo en Costa de Marfil, sino también en cualquier nación africana. Didí es un futbolista de profesión, pero, ante todo, un modelo de vida. Por eso, la influencia de sus declaraciones es gigantesca.

“No pueden haber espectadores en la lucha contra la pobreza. Todos tenemos que saltar al terreno para mejorar la vida de millones de personas pobres de todo el mundo”, cerraba su alocución en el spot televisivo. Su mensaje entrelíneas alentaba a la participación en proyectos comunitarios en vez de limitarse a ser sólo un mero espectador. Y, según quienes son especialistas en medir la aceptación del público, al delantero se le cree más que a cualquier político de turno en ese continente.

Drogba trabaja junto a la PNUD desde 2007, cuando la organización descubrió que el deportista realizaba obras para su comunidad casi desde el anonimato. Había donado tres millones de libras esterlinas para la construcción de un hospital público en Abiyan, la ciudad donde nació, Además, cedía sus derechos de imagen publicitaria para financiar planes de desarrollo en su pueblo. El ente de ayuda humanitaria comprobó que Didi sería el mejor embajador posible para el desarrollo de sus campañas y lo convenció de sumarse a sus filas.

De niño, Drogba fue enviado por sus padres a Francia para quedar al cuidado de un tío, debido a cuestiones económicas que no les permitían criar al chico de 5 años. Luego de tres años, el chiquilín regresó a su hogar marfileño, cuando la situación de su familia mejoró. Poco después, cuando la pobreza acechaba, sus progenitores decidieron emigrar definitivamente a suelo francés.

Didi tenía ocho años y quedó impactado por las maravillas que un futbolista argentino desarrollaba en el Mundial de México’86. Aprendió a deletrear el nombre y apellido de su ya héroe infantil en una fónetica que mezclaba lengua francesa con española: “Die-go Ma-ra-do-na”. Su tío, aquél que lo protegió en edad preescolar, era un futbolista de poco renombre, y de un viaje a Sudámerica le trajo a su sobrino el presente más preciado: una camiseta de la Selección con el número 10. La ropa que más abriga en invierno y es menos calurosa en verano: la 10 del Diez.

“La primera final de un Muncial que vi en mi vida fue la de México 86, por eso Maradona para mí es Dios, como si fuese Dios”, sostuvo Drogba en una entrevista con Fox Sports, la semana pasada, previo a la final de la Champions League. De Maradona y de River, tal como señaló en el mismo reportaje, es el vínculo que une a uno de los mejores delanteros del mundo desde hace una década, al menos, y a quien se menciona junto a Messi y Cristiano Ronaldo como los aspirantes al World Player 2012 de la FIFA.

Drogba nunca perdió su admiración por el fútbol argentino y brasileño, y siempre encuentra espacio para divulgar su sentimiento en público. En Alemania 2006, lo dijo en la antesala de los vestuarios luego del triunfo albiceleste por 2-1, en Hamburgo. En Sudáfrica, lo repitió después de la victoria verde-amarela por 3-1, en Johannesburgo. En los dos partidos, el gol de los Elefantes fue convertido por Didi.

Hoy, en la primera plana de los diarios del mundo tras su influencia decisiva en la conquista de los “Blues” en la Liga de Campeones de Europa, el futbolista debe estar pensando de qué manera retomar sus labores de ayuda humanitaria en el África toda, ahí donde se lo requiera y no sólo en Costa de Marfil. Allí, entre otras cosas, se recuerda su histórico encuentro en 2006 con grupos armados que llevaban cinco años de guerra civil, y a quienes Didi les rogó encarecidamente que depusieran las armas y confiaran en la apertura de un diálogo a la búsqueda de la paz. Casi como si fuera el final de un film de tinte melodramático, los micro ejércitos aceptaron el pedido. Sólo faltaría, entonces, que alguna vez se llegase a filmar “Drogba, una vida de película”.
Ahhh, no nos olvidemos de su gran deseo confesado una y mil veces: “Quisiera poder alguna vez tener la suerte de jugar un River-Boca con la casaca N°9 de River y marcar goles”. Un clásico que el marfileño admira y sueña poder jugar para su club preferido.

Fabián Galdi (enviado especial diario Los Andes)

Venite negrín!

Que ortiva que sos [MENTION=24073]Daleman[/MENTION] como cagaste la nota.

:lol:

Aunque éste se la banca en las finales, no como Muni que nos hace quedar como el culo en el exterior…

No se porque tanto revuelo por MUNIAIN, no se que habra ganado o que pergaminos tendra para creerse tan protagonista. Todo lo contrario de Drogba, un jugador hecho y de alto nivel.