Dos notas para entender la actualidad del cine argentino.

La primera, una nota de Clarín sobre los manejos y desmanejos del Instituto Nacional de Cine. Mas allá de la poca confianza de la fuente, puedo dar fe que muchas de las cosas ahí mencionadas, me constan y bastante de cerca.
Traté de resaltar lo más importante para quienes no quieren leer toda la nota.

Con un presupuesto que ronda los 300 millones de pesos -entre fondos propios y los que recibe del Ministerio de Planificación-, el INCAA está a cargo de Liliana Mazure, una militante peronista con pocos antecedentes en la industria del cine, que en las últimas horas asomó la cabeza por encima del microclima de los cineastas. Fue para repudiar supuestas presiones contra la producción de una miniserie televisiva, El Pacto, a la que financió el gobierno usando al INCAA como intermediario. Aquello fue la puesta en evidencia de que la promoción audiovisual ha ingresado de lleno en la política.
Desde la llegada al Instituto del Cine de Jorge Coscia (2002-2006), en el INCAA se dio inicio a un proceso de burocratización que explica parte del problema. [COLOR=red]En 2002, contaba con 75 empleados de planta. Pero para el 2012, según informó el Ministerio de Economía en el proyecto de presupuesto, tendrá 643 empleados estables, además de unos 200 contratados. Semejante crecimiento del personal no es gratuito. En 2002, el Instituto invertía el 65% de sus fondos en el financiamiento de películas, y hoy apenas destina el 51% de la plata. El resto, burocracia.
El INCAA es un ente público autárquico, pero administrativamente depende de la Secretaría de Cultura, hoy a cargo del propio Coscia. Este dato, a ojos de Mazure, no impide que su familia sea beneficiaria del organismo. La mujer del Secretario, Paula De Luque, es una reconocida bailarina que, en coincidencia con el tránsito de Coscia por el INCAA, se empezó a dedicar al cine. Y es la directora de Juan y Eva, una película que ha fascinado a Cristina Kirchner –deseó que hagan una igual sobre Néstor y ella– y que contó con todo el respaldo del Gobierno. La película recorta un fragmento en la vida de Perón (su amor por Evita) y lo celebra con belleza. Se estrenó en septiembre y en las primeras tres semanas, a pesar de la enorme publicidad, alcanzó a vender apenas 41.273 entradas. Pero eso no importa. Tampoco que haya recibido un crédito de 1,5 millón de pesos, un subsidio especial por cada entrada vendida y otro subsidio sin devolución por haber sido declarada de Interés Especial por el INCAA, por el que cobrará 2,2 millones de pesos. El problema es que la mujer de Coscia sea la directora, y que entre los productores figuren varios de los hombres fuertes del INCAA. En primer lugar el productor Marcelo Schapces, ex compañero de exilio de Mazure en los setenta en México y desde septiembre de 2010 a cargo de la señal de cable INCAA-TV. El hermano de Schapces, Daniel, figura como el receptor del crédito de 1,5 millones que le otorgó el INCAA en 2011. “No le podemos cortar la carrera a la esposa de Coscia por ser la mujer de”, explicaron en el INCAA ante la consulta de Clarín. Sobre el rol de Schapces, lo defienden con un argumento curioso: desde mayo pasado, cuando la película fue beneficiada con los fondos del INCAA, Schapces pasó a trabajar “ad honorem”, es decir que ya no cobra por su función al frente de INCAA-TV. ¿Le impide eso influir en las decisiones del Instituto? ¿No son igualmente incompatibles una cosa y la otra?
La selección de subsidios y créditos a las producciones es decidida por jurados elegidos por el Consejo Asesor del INCAA. Dicho así suena bien, pero la verdad es que el Consejo asesor nunca se formó, en parte por desacuerdos de los productores en poner a los representantes que les corresponden, y en parte porque nunca hubo voluntad política. Más fácil es como se hace ahora: al no existir Consejo, la dirección del INCAA elige a los jurados que deben decidir el destino de los fondos.
–El 15 de junio pasado, se convocó al concurso para la realización de 10 series de televisión de 13 capítulos cada una. Se puso al 15 de julio como plazo tope para presentar los proyectos. Es decir, menos de un mes para inventar, guionar, hacer el presupuesto y definir cada proyecto, lo que es imposible.
–El jurado del concurso se decidió a dedo, con cinco miembros cercanos al gobierno, entre ellos una funcionaria del INCAA y otra de Julio De Vido.
–El 26 de julio se declararon los ganadores (9 días hábiles después de presentados los proyectos), entre los que figura un documental llamado Todo lo que quiso saber sobre el peronismo y no se atrevió a preguntar, obviamente de un peronista, Marcelo Céspedes. Y la tan comentada El pacto, con la que el gobierno quiere contar su versión sobre la compra de Papel Prensa por parte de Clarín, La Nación y La Razón durante la dictadura.
La clave de ese plan, además de manejar contenidos, es que las series se deben estrenar antes de las elecciones de octubre (algunas ya lo hicieron) y que los canales que las transmiten deben cederle al gobierno seis minutos de tanda por capítulo en horario prime time.

[/COLOR]

La segunda, una “carta abierta” de los productores del film “El estudiante”, estrenado el mes pasado en la sala del Malba y del Teatro San Martín, premiado en el Bafici y segundo en la votación de la Academia de Cine Argentino para enviar una película a los premios Oscar.
Allí se cuenta como se tuvo que llevar adelante la producción de la película, cuando no pudo acceder a la financiación del Incaa, y todos los problemas que tuvieron que enfrentar, aun con el film terminado y premiado para poder estrenar en salas comerciales.

[FONT=Verdana]

[FONT=Verdana]A principios del 2010 teníamos un guión en el que confiábamos y que en términos industriales podía calificarse como complejo. Decidimos seguir las reglas y producirlo por uno de los dos caminos que el cine nacional prevé para primeras películas: presentamos el guión al primer llamado del concurso de operas primas 2010. Y no ganamos. Quedamos segundos suplentes. Resolución 1949/2010 del INCAA. La única alternativa que nos quedaba entonces era la preclasificación en asociación con un productor con antecedentes. El presupuesto entonces fue el mayor inconveniente: superaba ampliamente el subsidio de medios electrónicos “asegurado” para cualquier película que cumplimentara los requisitos. Debíamos buscar financiación adicional en el ámbito local y/o internacional, y para obtener esa financiación, estábamos obligados a resultados comerciales que, salvo raras excepciones, se consiguen solo mediante grandes inversiones en lanzamiento: en definitiva, era una película que implicaba, para quien se aventurara a producirla, un riesgo económico enorme.[/FONT]
[FONT=Verdana]El estudiante era visto como un proyecto demasiado ambicioso, de un director desconocido, sin un elenco “estelar”, con un tema de dudoso interés. Básicamente, una quimera, imposible de financiar como el guión mandaba. La alternativa era, amputar el guión, armar un elenco con figuras, reducir la cantidad de actores, las semanas de rodaje, renunciar a todo lo que hace que El estudiante sea lo que es, y esperar, con mucha suerte, año y medio para filmarse, y acaso más de dos para estrenarse.[/FONT]
[FONT=Verdana]Dicho esto, hasta nuestro conocimiento, ninguna de las películas que resultaron ganadoras del concurso de operas primas del que participamos se han filmado todavía y no es difícil imaginar las dificultades a las que se van a enfrentar cuando tengan que sostener, con un premio de principios de 2010, un presupuesto actualizado. Por otro lado, en lo que va del 2011, no se han abierto nuevos concursos para la realización de primeras películas.[/FONT]
[FONT=Verdana]En ese contexto nuestras alternativas eran realizar el film de forma independiente, o no hacerlo. No estábamos dispuestos a lo segundo.[/FONT]
El rodaje se extendió durante 6 meses, filmando cuando podíamos, con un equipo de nunca superaba las 10 personas. Esas personas ni siquiera eran siempre las mismas, ya que todos teníamos que trabajar para vivir mientras hacíamos la película. Preprodujimos por etapas, filmando con un registro documental en video y con una inversión mínima en lo económico para solventar los gastos básicos de rodaje: los materiales de trabajo, los seguros, y un viático (evidentemente alejado de las tablas de los sindicatos) para el elenco y equipo técnico. A esto se sumaron los aportes de todas las personas, productoras e instituciones que apoyaron con espacio, trabajo y equipamiento, la realización de El estudiante.
[FONT=Verdana]En los años en que nosotros nos formamos como cineastas, donde la mayoría de los directores del Nuevo Cine Argentino hicieron sus primeras películas, una película hecha por fuera del sistema podía demostrar sus méritos ante el INCAA y acceder a recursos que le permitieran regularizar sus obligaciones laborales, ampliarse a 35mm y a partir de ahí acceder a un circuito de exhibición más amplio. Hoy, esa posibilidad no existe, y los que arrancan fuera del sistema, se quedan fuera de él.[/FONT]
[FONT=Verdana]Cuando la película estuvo terminada, se presentó en el BAFICI, y agotó todas sus funciones incluso antes de que empezara el festival. Con muy buenas críticas, muchísimo consenso entre el público, y decenas de invitaciones a festivales internacionales, empezamos a entender que El estudiante tenía la potencialidad de interesar a un público tal vez más amplio que el que asiste al BAFICI; que podíamos pretender una distribución algo más grande que lo que habíamos imaginado originalmente.[/FONT]
[FONT=Verdana]Fue entonces cuando nos topamos nuevamente con las reglas. Las únicas salas acondicionadas para proyectar en video alta definición son las destinadas a proyección en 3D en los multicines, a las cuales era imposible acceder, por obvias razones. Entonces, la otra opción era hacer copias en 35mm, y para eso necesitábamos conseguir un distribuidor, que se hiciese cargo de la inversión que eso representaba, sumándole todos los gastos de lanzamiento que una película que sale a definir su futuro en la primera semana tiene que hacer. Ese distribuidor hubiera tenido, entonces, no solo que costear las copias sino ampliar la película como gasto de lanzamiento, y hubiera estado obligado a resultados que sin el apoyo de los subsidios muy pocas películas argentinas tienen, para recuperar su inversión y hacer su negocio. Ese distribuidor, por supuesto, no existe.[/FONT]
[FONT=Verdana]La opción una vez mas era el circuito alternativo. Estamos convencidos de que la vida que está teniendo la película en la Lugones y en el Malba, en las ciudades del interior a través de los festivales o la muestra itinerante del BAFICI, casi a sala llena en todas sus funciones, es la salida más coherente y digna para El estudiante y para toda la gente que la hizo.[/FONT]

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La primera, una nota de Clarín sobre los manejos y desmanejos del Instituto Nacional de Cine. Mas allá de la poca confianza de la fuente, puedo dar fe que muchas de las cosas ahí mencionadas, me constan y bastante de cerca.
Traté de resaltar lo más importante para quienes no quieren leer toda la nota.

Con un presupuesto que ronda los 300 millones de pesos -entre fondos propios y los que recibe del Ministerio de Planificación-, el INCAA está a cargo de Liliana Mazure, una militante peronista con pocos antecedentes en la industria del cine, que en las últimas horas asomó la cabeza por encima del microclima de los cineastas. Fue para repudiar supuestas presiones contra la producción de una miniserie televisiva, El Pacto, a la que financió el gobierno usando al INCAA como intermediario. Aquello fue la puesta en evidencia de que la promoción audiovisual ha ingresado de lleno en la política.
Desde la llegada al Instituto del Cine de Jorge Coscia (2002-2006), en el INCAA se dio inicio a un proceso de burocratización que explica parte del problema. [COLOR=red]En 2002, contaba con 75 empleados de planta. Pero para el 2012, según informó el Ministerio de Economía en el proyecto de presupuesto, tendrá 643 empleados estables, además de unos 200 contratados. Semejante crecimiento del personal no es gratuito. En 2002, el Instituto invertía el 65% de sus fondos en el financiamiento de películas, y hoy apenas destina el 51% de la plata. El resto, burocracia.
El INCAA es un ente público autárquico, pero administrativamente depende de la Secretaría de Cultura, hoy a cargo del propio Coscia. Este dato, a ojos de Mazure, no impide que su familia sea beneficiaria del organismo. La mujer del Secretario, Paula De Luque, es una reconocida bailarina que, en coincidencia con el tránsito de Coscia por el INCAA, se empezó a dedicar al cine. Y es la directora de Juan y Eva, una película que ha fascinado a Cristina Kirchner –deseó que hagan una igual sobre Néstor y ella– y que contó con todo el respaldo del Gobierno. La película recorta un fragmento en la vida de Perón (su amor por Evita) y lo celebra con belleza. Se estrenó en septiembre y en las primeras tres semanas, a pesar de la enorme publicidad, alcanzó a vender apenas 41.273 entradas. Pero eso no importa. Tampoco que haya recibido un crédito de 1,5 millón de pesos, un subsidio especial por cada entrada vendida y otro subsidio sin devolución por haber sido declarada de Interés Especial por el INCAA, por el que cobrará 2,2 millones de pesos. El problema es que la mujer de Coscia sea la directora, y que entre los productores figuren varios de los hombres fuertes del INCAA. En primer lugar el productor Marcelo Schapces, ex compañero de exilio de Mazure en los setenta en México y desde septiembre de 2010 a cargo de la señal de cable INCAA-TV. El hermano de Schapces, Daniel, figura como el receptor del crédito de 1,5 millones que le otorgó el INCAA en 2011. “No le podemos cortar la carrera a la esposa de Coscia por ser la mujer de”, explicaron en el INCAA ante la consulta de Clarín. Sobre el rol de Schapces, lo defienden con un argumento curioso: desde mayo pasado, cuando la película fue beneficiada con los fondos del INCAA, Schapces pasó a trabajar “ad honorem”, es decir que ya no cobra por su función al frente de INCAA-TV. ¿Le impide eso influir en las decisiones del Instituto? ¿No son igualmente incompatibles una cosa y la otra?
La selección de subsidios y créditos a las producciones es decidida por jurados elegidos por el Consejo Asesor del INCAA. Dicho así suena bien, pero la verdad es que el Consejo asesor nunca se formó, en parte por desacuerdos de los productores en poner a los representantes que les corresponden, y en parte porque nunca hubo voluntad política. Más fácil es como se hace ahora: al no existir Consejo, la dirección del INCAA elige a los jurados que deben decidir el destino de los fondos.
–El 15 de junio pasado, se convocó al concurso para la realización de 10 series de televisión de 13 capítulos cada una. Se puso al 15 de julio como plazo tope para presentar los proyectos. Es decir, menos de un mes para inventar, guionar, hacer el presupuesto y definir cada proyecto, lo que es imposible.
–El jurado del concurso se decidió a dedo, con cinco miembros cercanos al gobierno, entre ellos una funcionaria del INCAA y otra de Julio De Vido.
–El 26 de julio se declararon los ganadores (9 días hábiles después de presentados los proyectos), entre los que figura un documental llamado Todo lo que quiso saber sobre el peronismo y no se atrevió a preguntar, obviamente de un peronista, Marcelo Céspedes. Y la tan comentada El pacto, con la que el gobierno quiere contar su versión sobre la compra de Papel Prensa por parte de Clarín, La Nación y La Razón durante la dictadura.
La clave de ese plan, además de manejar contenidos, es que las series se deben estrenar antes de las elecciones de octubre (algunas ya lo hicieron) y que los canales que las transmiten deben cederle al gobierno seis minutos de tanda por capítulo en horario prime time.

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La segunda, una “carta abierta” de los productores del film “El estudiante”, estrenado el mes pasado en la sala del Malba y del Teatro San Martín, premiado en el Bafici y segundo en la votación de la Academia de Cine Argentino para enviar una película a los premios Oscar.
Allí se cuenta como se tuvo que llevar adelante la producción de la película, cuando no pudo acceder a la financiación del Incaa, y todos los problemas que tuvieron que enfrentar, aun con el film terminado y premiado para poder estrenar en salas comerciales.

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[FONT=Verdana]A principios del 2010 teníamos un guión en el que confiábamos y que en términos industriales podía calificarse como complejo. Decidimos seguir las reglas y producirlo por uno de los dos caminos que el cine nacional prevé para primeras películas: presentamos el guión al primer llamado del concurso de operas primas 2010. Y no ganamos. Quedamos segundos suplentes. Resolución 1949/2010 del INCAA. La única alternativa que nos quedaba entonces era la preclasificación en asociación con un productor con antecedentes. El presupuesto entonces fue el mayor inconveniente: superaba ampliamente el subsidio de medios electrónicos “asegurado” para cualquier película que cumplimentara los requisitos. Debíamos buscar financiación adicional en el ámbito local y/o internacional, y para obtener esa financiación, estábamos obligados a resultados comerciales que, salvo raras excepciones, se consiguen solo mediante grandes inversiones en lanzamiento: en definitiva, era una película que implicaba, para quien se aventurara a producirla, un riesgo económico enorme.[/FONT]
[FONT=Verdana]El estudiante era visto como un proyecto demasiado ambicioso, de un director desconocido, sin un elenco “estelar”, con un tema de dudoso interés. Básicamente, una quimera, imposible de financiar como el guión mandaba. La alternativa era, amputar el guión, armar un elenco con figuras, reducir la cantidad de actores, las semanas de rodaje, renunciar a todo lo que hace que El estudiante sea lo que es, y esperar, con mucha suerte, año y medio para filmarse, y acaso más de dos para estrenarse.[/FONT]
[FONT=Verdana]Dicho esto, hasta nuestro conocimiento, ninguna de las películas que resultaron ganadoras del concurso de operas primas del que participamos se han filmado todavía y no es difícil imaginar las dificultades a las que se van a enfrentar cuando tengan que sostener, con un premio de principios de 2010, un presupuesto actualizado. Por otro lado, en lo que va del 2011, no se han abierto nuevos concursos para la realización de primeras películas.[/FONT]
[FONT=Verdana]En ese contexto nuestras alternativas eran realizar el film de forma independiente, o no hacerlo. No estábamos dispuestos a lo segundo.[/FONT]
El rodaje se extendió durante 6 meses, filmando cuando podíamos, con un equipo de nunca superaba las 10 personas. Esas personas ni siquiera eran siempre las mismas, ya que todos teníamos que trabajar para vivir mientras hacíamos la película. Preprodujimos por etapas, filmando con un registro documental en video y con una inversión mínima en lo económico para solventar los gastos básicos de rodaje: los materiales de trabajo, los seguros, y un viático (evidentemente alejado de las tablas de los sindicatos) para el elenco y equipo técnico. A esto se sumaron los aportes de todas las personas, productoras e instituciones que apoyaron con espacio, trabajo y equipamiento, la realización de El estudiante.
[FONT=Verdana]En los años en que nosotros nos formamos como cineastas, donde la mayoría de los directores del Nuevo Cine Argentino hicieron sus primeras películas, una película hecha por fuera del sistema podía demostrar sus méritos ante el INCAA y acceder a recursos que le permitieran regularizar sus obligaciones laborales, ampliarse a 35mm y a partir de ahí acceder a un circuito de exhibición más amplio. Hoy, esa posibilidad no existe, y los que arrancan fuera del sistema, se quedan fuera de él.[/FONT]
[FONT=Verdana]Cuando la película estuvo terminada, se presentó en el BAFICI, y agotó todas sus funciones incluso antes de que empezara el festival. Con muy buenas críticas, muchísimo consenso entre el público, y decenas de invitaciones a festivales internacionales, empezamos a entender que El estudiante tenía la potencialidad de interesar a un público tal vez más amplio que el que asiste al BAFICI; que podíamos pretender una distribución algo más grande que lo que habíamos imaginado originalmente.[/FONT]
[FONT=Verdana]Fue entonces cuando nos topamos nuevamente con las reglas. Las únicas salas acondicionadas para proyectar en video alta definición son las destinadas a proyección en 3D en los multicines, a las cuales era imposible acceder, por obvias razones. Entonces, la otra opción era hacer copias en 35mm, y para eso necesitábamos conseguir un distribuidor, que se hiciese cargo de la inversión que eso representaba, sumándole todos los gastos de lanzamiento que una película que sale a definir su futuro en la primera semana tiene que hacer. Ese distribuidor hubiera tenido, entonces, no solo que costear las copias sino ampliar la película como gasto de lanzamiento, y hubiera estado obligado a resultados que sin el apoyo de los subsidios muy pocas películas argentinas tienen, para recuperar su inversión y hacer su negocio. Ese distribuidor, por supuesto, no existe.[/FONT]
[FONT=Verdana]La opción una vez mas era el circuito alternativo. Estamos convencidos de que la vida que está teniendo la película en la Lugones y en el Malba, en las ciudades del interior a través de los festivales o la muestra itinerante del BAFICI, casi a sala llena en todas sus funciones, es la salida más coherente y digna para El estudiante y para toda la gente que la hizo.[/FONT]

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nah, si mis threads son un éxito :stuck_out_tongue:

Te juro que las leí, pero no sabía que opinar :mrgreen:

:lol::lol:
Falta la opinion de Ray, que trabaja en Incaa.
Pero se fue de vacaciones a Mar de las Pampas porque se compro un terrenito y esta edificando cabañas. :mrgreen:

Es que estamos de acuerdo con lo que dices, pero no conozco lo suficiente como para aportar algo. Hay cosas que se notan

De un thread anterior me quedé con tu comentario: “hay plata para producción, pero no asignan nada para distribución y publicidad, por lo que las películas se hacen, y no trascienden”.

Un amigo está haciendo una película sobre la vida del Chacho Peñaloza, está como 4 años con ese asunto, y tiene que resolver cuestiones burocráticas como el registro laboral de los actores (que son voluntarios)

podemos usar el thread para opinar sobre la pelicula El Estudiante.
Alguien la vió?
parecía una adaptación libre del thread sobre elecciones estudiantiles :stuck_out_tongue:

No, quería ir a verla pero se me pasó septiembre, sigue estando en cartel en algún lado, sabés ?

en el malba solamente.

Viernes 14 de octubre a las 20:00
Sábado 15 de octubre a las 20:00
Viernes 21 de octubre a las 20:00
Sábado 22 de octubre a las 20:00

Me gustaría que la vea Belen o algun otro militante, pero Belen especialmente que es de Sociales.

Uy sí, yo la quiero ver! O sea, se me hace que es un planteo medio gorila, por lo que vi en el trailer, demoniza un poco la militancia universitaria, y después lo corroboré con una amiga de toda la vida que también estudia conmigo en Sociales ahora (Ciencia Política). Pero la voy a ver, y después opino bien qué me pareció :mrgreen:

si si, por eso quiero que la veas.

¿El guionista es Eduardo Feimann? :mrgreen:

El que hizo la nota de clarinete es el Edu…

son una verguenza los manejos del INCAA. y ni hablar de los criterios de selección, indignante. No vi El estudiante, ahora voy a investigar si la van a pasar en mi ciudad en algun momento…
Matías qué pasó con Historias breves?

Nada todavía. Sigo esperando, ya va un año, je. Me dicen que en 2012 seguro…

¿Qué paso con Historias Breves? ¿concursaste?

En 2010, gané. Pero todavía no pudimos ni firmar el convenio.

Pero a todos los ganadores del 2010 les pasó? Se que acaban de elegir proyectos porque conozco a uno que estuvo de jurado, pensé que correspondián a los de este años pero creo que la inscripción sigue abierta.

En 2010 salieron a concurso 10 premios, en 2 llamados de 5 premios. El mio corresponde al primer llamado. Ninguno de esos 5 pudimos firmar convenio todavia.
El 2do llamado, o sea los otros 5, se está terminando de elegir ahora recién. Están mas retrasados que nosotros todavía.

El concurso 2011 salió hace menos de un mes, asi que si, supongo que seguirá abierto hasta diciembre, enero, mas o menos.

Después de firmar convenio, ¿con qué te faltaría lidiar?