Quiero felicitar a Simeone. Lo advierto como el gran responsable de que River sea un equipo que pueda defender de diferentes maneras sin que ello le provoque sobresaltos costosos. Lo felicito por hacer de Villagra un saludable stopper y por manejarse con alternativas (Cabral, Tuzzio, Gerlo), que si bien él designa, por lo cual es parte importante del asunto, no representarían ni cerca un esbozo de tranquilidad si no fuera por la información que él les aportó, en una práctica o en una charla. Ahí se nota su trabajo, porque con la intuición del jugador para adaptarse a un esquema o entender los pro y contras de un compañero no alcanza.
Quiero hacer un párrafo aparte con Tuzzio, subido al pedestal de héroe gracias a la histeria futbolera y resultadista, pero de nivel no óptimo si repasamos con breve retroactividad sus actuaciones y con un currículum negativo en cuanto a ser líder de grupo. Su falta a la palabra para con un entrenador lo privó de mucho a River. Es admirable por sus cojones (uno de los mejores del fútbol local en ese sentido) y su capacidad para jugar lesionado, pero advertirlo como el responsable exclusivo del triunfo sería temerario, ya que su obligación principal, la de defender, no la viene cumpliendo de gran manera. Si Tuzzio se establece como líder positivo, será otro logro del DT.
Es indudable el mérito de Simeone, no sólo en la posición de Ponzio (aún con las contras que le advierto en la potencialidad del equipo y algunos de sus compañeros), pero lo que me parece muy bueno es la sincronización que hacen con Ahumada, provocando que el rival no gane espacios por el medio y se vea obligado a tirar centros desde posiciones lejanas, quedando Ojeda en posición más limpia dentro del área ante cada ataque rival. El jugar corto hace que el área no esté tan contaminada. De hecho, Ojeda descolgó hoy varias pelotas, que por más que fueran fáciles, le van a dar confianza.
El único problema crónico en el que tiene incidencia el Cholo en defensa sigue siendo el reparto de marcas en pelotas detenidas. Sinceramente, no entiendo porqué sistemáticamente Ahumada se encarga de uno de los dos mejores cabeceadores del rival. Esa decisión costó goles en contra y pérdida de puntos importantes en copa y torneo pasados, pero se mantiene. Hoy quedó evidenciada en un par de intervenciones de Ribonetto.
Para ser breve en la crítica, creo que lo de Simeone, este Simeone, el de River, en el apartado ofensivo, es decididamente malo. Más allá de que la estadística lo haya reflejado como uno o el campeón menos goleador, me parece un equipo salvado por individualidades que se rebelaron a las indicaciones del DT (Buonanotte, Ortega, Alexis). No le veo frutos al trabajo en ataque. Sin dudas existe el laburo, pero no se condice con la naturaleza ni las características de los jugadores. Simeone es un entrenador que pretende tener injerencia en cada decisión de ataque del equipo e interpreta ser ofensivo desde la prepotencia física y la velocidad, aspectos a los cuales los jugadores de Estudiantes se adaptaron y potenciaron, pero los de River no. Los conectores de líneas forman parte del discurso pero no de la práctica. El grito de por afuera o el de hoy (pedirle a Abelairas durante el cero a cero que tire centros desde la mitad de la cancha, cosa que escuchó cualquiera que vio el partido por tele porque la dijo Tití), se contradice no solo con la mayoría de los goles del torneo pasado o con el gol de Ríos de hoy, sino con la mayoría de llegadas de gran daño que se realizan en el torneo local. Y aclaro, jugar por afuera está bueno cuando se juega sobre las rayas del área grande, no cuando se juega pegado a la pista de atletismo. Pero es una simple opinión, no la verdad. Así como tampoco me gusta que Ríos juegue 25 minutos de wing izquierdo o el mismo Bou, o que cuando Flores pide la pelota nadie se la da porque casi todo está semi-programado.
En fin, los dos mundos de River a mi parecer. Uno que juega bien y el otro que juega mal. Ni lindo, ni feo.