El Real Zaragoza ha llegado a un principio de acuerdo con San Lorenzo para el traspaso de Andrés D’Alessandro. A falta de varios flecos, los dos clubes encontraron ayer un excelente punto de partida sobre el que plantear el final de las negociaciones. Pese a que algunos dirigentes zaragocistas consideraban la cesión como la mejor de las fórmulas para dejar salir al argentino sin desprenderse definitivamente de él, al final, D’Alessandro se marchará traspasado.
El montante de la operación será de 3,5 millones de euros, aunque el Zaragoza pretende guardarse ciertos derechos sobre una hipotética venta futura del jugador. Es ahí, precisamente, donde la negociación no está cerrada y continuará la próxima semana. El club aragonés, que para vestir al argentino de zaragocista ha invertido en año y medio 4,3 millones de euros (800.000 por la cesión y 3,5 millones por la compra de sus derechos), quiere asegurarse un porcentaje en una venta futura que maquille una operación ruinosa. Ese porcentaje está por decidir.
Además de porque faltan negociar esos flecos, el Real Zaragoza ha retrasado el final de la operación debido a que Javier Irureta podría alinear el domingo a D’Alessandro en Santander.
Pese a todo, tanto San Lorenzo como Gustavo Mascardi, representante del jugador dan por hecho el traspaso del argentino. El agente de D’Alessandro fue ayer el encargado de trasladar al Real Zaragoza la oferta del club argentino, y aunque nada está cerrado, el optimismo en la parte argentina de la operación es absoluto.
Mientras, en el Real Zaragoza se ha instalado la sensación de que la mejor salida para D’Alessandro es su marcha del equipo. Durante las últimas semanas, las personas con voz dentro del club discrepaban acerca de si era conveniente o no la venta del argentino. En las últimas horas, y más después de todo lo sucedido desde el partido contra el Murcia, quienes apoyaban la continuidad del futbolista han ido perdiendo la fe. En todo caso, todavía hay quien la mantiene. En este último grupo está, sobre todo, Agapito Iglesias. Pero el dueño del club, pese a la debilidad que siente por el jugador, empieza a entender que no hay vuelta atrás.
Con la casi segura venta de D’Alessandro se cerrará uno de los capítulos más polémicos del Zaragoza moderno. El argentino fue el primer fichaje de los nuevos dueños y un hombre llamado a levantar de los asientos a La Romareda. En parte lo ha conseguido, pero no por lo que se esperaba de él.