Crimen de Campana

A mi si me daría placer matar a unos de estos hdp que matan criaturas o que violan. Me hago cargo me daría placer matarlos porque me da placer la justicia y les tengo muchisima bronca.
Todos tenemos madre, padre, hijos, otros familiares, pongansen en lugar de esta gente que tuvo que pasar por esto, como reaccionarían Uds.?

Creo que de cualquier manera menos matandolos,con lo unico que no se puede hacer con los canibales es comerselos .

Sabés lo que pasa que no queda otra, si con guita todo se arregla a niver penal, de no ser así no sucederían estas cosas.
A los jueces y fiscales les chupa un huevo todo y después los que pagamos somos nosotros, la gente que salimos a laburar todos los días y queremos vivir mínimamente tranquilos.

Que te sorprende mas de ese historia?

Alguien tiene un articulo con un (breve) resumen con todo que lo ha pasaron?

Una historia que terminó en tragedia

         [b]Cuádruple crimen de Campana sería el resultado de amores cruzados,  delitos y venganzas [/b]

         De acuerdo al testimonio de varios vecinos del barrio Frino, la familia que apareció asesinada a un costado de la autopista Panamericana y los principales sospechosos de matarlos fueron amigos. La madre habría sido amante de uno de los acusados y también se habla de robos en equipo.
                                                El hallazgo de los cadáveres de Milagros (8) y Agustín (12), los hijos del matrimonio que apareció asesinado en Campana a un costado de la autopista, sacó a la luz una historia que mezcla a víctimas con asesinos.

El trágico final, con los chicos atados de pies y manos y asesinados a mazazos, fue la consecuencia de silencios, amores cruzados, traiciones y venganzas entre dos familias.
Hace apróximadamente 15 años, el principal sospechoso del cuádruple crimen, Angel Fernández (41, alias “El Angel”), llegó al barrio Frino, de José C. Paz. con su esposa y su hijo Cristian (22, también acusado). Y ocuparon una esquina de la calle Washington al 3400. Un vigilador de la zona les consiguió el lugar, ya que sabía que los propietarios no se encontraban y que ningún familiar estaba interesado en la vivienda. Cerca de allí, en la esquina de enfrente, vivían Marcelo Mansilla (41) y su esposa, Sandra Rabago (37), padres de Agustín y de Milagros.
Con el tiempo, las dos parejas cultivaron una amistad e inclusive los niños les decían “tíos” a Fernández y a su mujer, Stella Maris.
Al parecer, los Mansilla no sabían en qué trabajaba Fernández hasta que, en 1991, pasó unos años en la cárcel acusado de violación y homicidio y se conocieron sus antecedentes por robo. Durante el encierro, la relación de las familias cambió bastante.
Sin que nadie lo supiera, Sandra visitaba a Fernández en prisión. De esta forma, según sus vecinos, se convirtieron en amantes.
La relación habría seguido hasta mediados de 2002, cuando Fernández quedó libre. Lo que pasó después lo relatan los vecinos.
“Los dos empezaron a robar casas. Sandra se encargaba de conseguir las llaves y él, con algún amigote, entraba y las vaciaba. Acá en la zona ‘limpiaron’ a varios. Incluso le sacó cosas a una prima que vive cruzando la calle y que no quería ni verla”, dijo Alejandro, quien vive enfrente de la casa de las víctimas.
“Acá todos sabían que la mujer era medio turbia. Su marido era el que mantenía la casa. Se levantaba todos los días e iba a laburar a la estación de servicio Petrobrás de Tortuguitas”, añadió una vecina que vive a dos casas.
Una situación que recordó una pareja es más que clara: “Una tarde, Mansilla estaba con un pulóver lavando su auto y un tipo que vive cerca y cuya casa fue robada le dijo: ‘Esa ropa es mía’. El le respondió que no podía ser, que su mujer se lo había comprado en la feria”.
Otras personas que revelaron datos sobre lo que sucedía, son los empleados de la Petrobrás en la que trabajaba Mansilla. Ellos comentaron que el hombre les confesó que su mujer “le era infiel” y que sospechaba “de un amigo”.
En 2006, Fernández fue apresado nuevamente. En esa oportunidad fue por el asalto a una casa cercana, pero lo curioso fue que lo denunció Sandra. Los investigadores aún no lograron determinar las causas de esa decisión, pero estiman que la mujer lo entregó para no caer ella.
“En esa época, en el barrio se comentaba que él le había jurado venganza. Se notaba que era pesado, pero como pasó el tiempo, todos creyeron que la bronca también se le había pasado”, expresó Claudio, dueño de un garage. Luego de obtener el beneficio de prisión domiciliaria con pulsera, en julio de 2007, Fernández y su familia se mudaron a Los Polvorines, al domicilio de la madre de Stella Maris. En esa casa habrían estado cautivos Sandra, su marido y sus hijos antes de ser asesinados a fines de la semana pasada.

Gracias