Mi historia es bastante absurda. Mi viejo es hincha de Banfield. Me lleva muchos años. Yo soy hijo único. Él estaba podrido del fútbol. De esos hinchas de “todo tiempo pasado fue mejor” (aclaro, todos le diremos eso algún día a nuestros hijos, tal como viene la mano para River y el fobal argento en general). Así que nada de presiones del estilo “tenés que ser hincha del Taladro”. Nada de querer hacerme patear la pelotita y grital gol de Juanchi Taverna (googleen, púberes), etc.
Sin embargo, a partir de los 4 años ya era un fanático del fútbol. Partidazos con medias envueltas como pelota, en el patio del jardín de infantes. El cordón de la vereda o la pared de la casa del vecino como socios ideales de ataque. Las buzos como postes, etc. Y pobre de aquél que no la tocara: era motivo de piña, otra que las MMA.
Para esa época, sufría una descomunal presión de parte de tres primos hermanos, fanáticos de Boca. Incluso llegaron a sacarme el cárnet de socio (existe una hermosa foto en la cual lo corto con una tijera que era más grande que yo).
Fue así que era un fanatiquito del fútbol sin cuadro. Mi vieja de River, pero con menos deporte que el Tibet. Mi abuelo, ex árbitro de Primera, hincha de Vélez. Mi abuela, de San Lorenzo. Mi otro abuelo (al que no llegué a conocer), de Estudiantes. Después, tíos de Boca y de Argentinos Jrs, primos de Racing…
Hasta que un día, creo que de 1984 u 85, en la casa de una tía de mi vieja, un primo segundo estaba leyendo el diario y le pregunto, “¿qué estás mirando?”. La tabla de posiciones de Primera, me contesta. Y agrega: Primero Ferro, segundo Argentinos Juniors, tercero tal, cuarto River Plei… Y siguió. Cuando terminó de nombrar a todos los equipos, me preguntó, ¿y vos de quién sos? “De River Plei”, contesté como si hubiera nacido con la banda tatuada…
Me mató el nombre, la fonética. River Plei tiene una música única. Es imposible escucharla por primera vez y que no suene lindo. Y, por consiguiente, ya era linda la camiseta, la manera de jugar, etc. Por lo menos, en mis sueños era así. Y el amor fue a primera vista con cada cosa de River que veía o que escuchaba o que me contaba mi abuelo. Antes de entrar a la Primaria, no tenía la más perra idea de quien había sido Belgrano, pero sabía vida y obra futbolera de Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Hasta me enojaba si algún viejo fanfa, cuando me escuchaba recitarla, me quería interrumpir con un “pero…”. Yo saltaba y le gritaba: “sí, ya sé, primero jugaba Deambrosi”, y le dibujaba una sonrisa con la PD: “te cagué”.
Mi viejo aceptó totalmente la decisión. Sin embargo, primero pasé por las canchas de Estudiantes de Caseros, de Vélez, etc. Mi primer gran recuerdo del Monumental es un 2-2 vs Argentinos Juniors, en el campeonato que se definía por penales si el partido terminaba empatado. Ya venía viendo fútbol. Pero, con alto grado de fanfarronería, creo que a los 7 ya entendía algo; alentaba y también puteaba con cierto criterio :mrgreen: Ese día hizo un gol de tiro libre el actual presidente. Yo estaba en la platea Belgrano, frontera Almirante Brown. Los autos todavía se estacionaban sobre la General Paz. El puente Labruna no existía, si no me falla la memoria.
Mi primer ídolo fue Roque Alfaro, que usaba la 11 en el Súper River del 86. Me gustaba el número y yo jugaba de 11 en el baby fúlbo, así que creo que vino por ese lado. Ya a los 5-6 años me dolía la cabeza antes de un clásico y me quedé despierto para ver River - Steaua. Tampoco me olvidó más del clásico que perdíamos 0-2 con 2 goles de Chancha Rinaldi y que dimos vuelta con goles de Corti, Da Silva y Palma. Creo que tenía 7 años y volaba de fiebre. Mi viejo me dijo, sacalo a Víctor Hugo que es mufa y poné a Muñoz (no había tele en directo, los goles te los imaginabas 8 horas y los descubrías en Fútbol de Primera). Acertó.
No sé. De River nacés, te hacés o se encarga de encontrarte y decirte, “pibe, si creés que el fútbol es una forma de sentir, de vivir, de ilusionarse y de tener compromiso, comprate esa camiseta con la banda roja y el escudo del lado del corazón”. Puede ser un gol, un jugador, el color de la camiseta, el estadio, la herencia familiar. En mi caso fue algo tan simple como la música de su nombre. Y River siempre va a ser parte de la banda sonora de mi vida. Tan simple y tan difícil de explicar.