00:00 | RIVER: JUAN PABLO CARRIZO
“Que esto se termine ya”
El arquero acepta que la derrota contra Godoy Cruz fue el colmo y admite que la situación es brava. “Tocamos fondo. Peor no podemos jugar ni nos puede ir”, dice.
SANTIAGO GOMEZ santiagogomez@ole.com.ar
Juan Pablo hace jueguito y ataja… Tiene la valla menos vencida de este campeonato.
Que el verdugo frente a Godoy Cruz se llame Olmedo parece un chiste de mal gusto. Y si algo no sobra en Núñez son sonrisas. Aunque retumbó en Liniers, en Núñez aún parece escucharse el eco del “que se vayan todos, que no quede, ni uno solo” con que los hinchas despidieron a los jugadores. Y a Juan Pablo Carrizo le duele. No porque sienta que no se lo merecen. Al contrario. Lo asume, lo acepta y lo exterioriza. “Es lógico que la gente se manifieste de esa manera. La entiendo. Lo único que espero es que ellos entiendan que nosotros también tenemos muchísima bronca: creo que tocamos fondo”.
—¿Los sorprende el nivel que muestran?
—Y… No quiero decir que es un equipo de menor categoría, pero sinceramente no esperábamos perder contra Godoy Cruz. Ni se nos pasaba por la cabeza.
—Pero pasó.
—Sí. Lamentablemente no pudimos concretar las pocas situaciones que tuvimos. Y en la última, quedamos mal parados y ellos lo aprovecharon. Estamos viviendo una racha pesada.
—Pesadísima…
—Sin dudas. Yo creo que peor no podemos jugar ni nos puede ir.
—Es lo que piensan los más optimistas.
—Sí, y hay que aceptarlo para poder salir. Hay que ponerle el pecho a la situación y entender que todo lo que venga tiene que ser mejor.
—¿Y qué explicación le encuentran a esta crisis?
—No sé. En la semana trabajamos bien, pero cuando llega el domingo, entramos a la cancha y hacemos todo al revés. Y así terminan los partidos, claro.
—¿Les falta suerte?
—Mmm… Hay mucho de nuestra parte. Contra Godoy Cruz perdimos por desatenciones propias. A la suerte hay que ayudarla y nosotros no lo hacemos.
—¿Lo hablan?
—Mucho. A nadie le gusta vivir cosas como ésta. Pero en la cancha nos falta comunicación. Eso es clave.
—¿Hacen la suya?
—No, estamos unidos. Pero, como te decía, hacemos todo al revés.
—¿Les pesa la presión de afuera, de ver a Ramón Díaz casi campeón?
—No. Presión siempre hubo y va a haber. La tenés con sólo ponerte esta camiseta. Desde chico te enseñan que en River hay que ganar, hacer un buen torneo y salir campeón, pero…
—¿Pero?
—Pero hoy nos sale todo al revés: llegamos a las últimas cinco fechas sin chances de ser campeones y eso no es normal en River.
La angustia es indisimulable. Más para un pibe con apenas 48 partidos en Primera, futuro europeo y que sueña con llevarse un título abajo del brazo. “Es lo que más quiero”, asegura. Y aclara que tener el arco menos vencido del torneo ya no le sirve de consuelo. “Eso hoy es secundario”.
—¿Y qué es lo más importante, entonces?
—No sé… Que se termine este campeonato.
—Que se termine ya.
—Sí, que se termine de una vez por todas. Sería bueno para renovar las esperanzas y cambiar todo este ambiente que se vino generando con las caídas.
—¿Es la solución?
—No sé… Espero que sí. Estoy seguro de que va a ser lo mejor para todos…
Por lo menos tiene autocritica…