Bizarreadas bosteras

Que alguien se digne y les lleve pañales para todos en el clubcito de la ribera.

No me mal interpreten, yo quiero ganarles mas q nada a estos mierdas dejarlos afuera y refregarles la copa y la chota en la cara. Y sé que el riesgo para lograr eso es también perder, quedar afuera y bueno, bancarse la que venga.

Pero no estoy así todo cagado por si no se da el resultado esperado, no sé, me da a mí la sensación que se sienten que están colgando de un hilo, están DESESPERADOS MAL, aunque obviamente los “periodistas” y toda la manipulación mediática (con el partido del verano y eso) que están haciendo para dar una imagen de solidez y fortaleza traten de disimularlo. Lo dicho, si no fueran bosta hasta podría sentir lástima, están con el culo en la mano, ojalá lo aprovechemos y los sepultemos para siempre junto con su no-mística y su olor a caca.

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Esto es lo que opino del mono este:

//youtu.be/iiY261Nx7vI

---------- Mensaje unificado a las 12:13 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 12:07 ----------

7 y 14 DE MAYO JAJAJAJAJAJAJAJAJ ESTA VEZ NO PUDISTE SALIRTE CON LA TUYA

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Ya esta confirmado?

[SPOILER]La banalidad del mal
Una canción de cancha que recuerda a la frialdad del exterminio nazi.
PABLO CHEB
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En los últimos tiempos, las canciones de cancha suelen ser agresivas, discriminatorias y bastante desagradables en cuanto a su mensaje. Además, suelen referir –para mi gusto, equivocadamente- mucho más al rival que al equipo propio. Es decir: la masa de hinchas se dedica más a pasar un mensaje macabro o a recordar una desgracia del clásico oponente que a alentar a sus jugadores y a confirmar la fidelidad a sus colores.

El mal es general, y podrían nombrarse mil ejemplos: unos que les dicen a los otros que no existen o que se fueron a la B o que son amargos o que tienen una hinchada compuesta por nacionalidades o religiones supuestamente poco deseables, o que tiran piedras o que “no se plantaron”. Si uno señala esta cuestión, recibe la dudosa sentencia justificatoria de que hoy todo es así. Y es un poco cierto.

Sin embargo hay un caso particular que resulta particularmente perturbador. Se trata del tema que la hinchada de River suele cantar domingo tras domingo. Me refiero a la siguiente estrofa, con la música del tema de León Gieco “Sólo le pido a Dios”:

Sólo le pido a Dios

Que se mueran todos los bosteros

Que se mueran para siempre,

Para toda la alegría de la gente

Dejemos de lado esta última frase, totalmente inexplicable que emula el “toda la pobre inocencia de la gente” de la versión original (¿qué quiere decir “para toda la alegría de la gente”? ¿Cómo se aplica ese “para”? ¿Cuál sería “toda la alegría”? ¿Y de qué gente? ¿Quizá se quiera decir “para la alegría de toda la gente”?) y centrémonos en lo esencial, lo que realmente distingue a este cántico de cualquier otro: la tranquilidad, la calma, la falta de conflicto, la falta de oponente o de rival. El pedido liso de exterminio rival a una fuerza trascendente. Dios: que se mueran. Todos. Para siempre.

Normalmente un hincha amenaza a otro, lo invita a cagarse a tiros en una esquina o lo cataloga de botón, cagón, puto, boliviano o cualquier adjetivo que considere despectivo para descalificarlo. Pero lo hace en franca confrontación con un sujeto. Vos, gallina, te vamo’ a matar. Eh, Pirata, no existís. Bicho horrible, te sacamos los trapos. Básicamente, la canción anuncia una acción posterior o anterior. Una acción que normalmente sólo llevarían adelante los barras, por intereses que van mucho más allá de la pasión real por un club, y que tienen que ver con intereses particulares. Un cuchillazo o un robo de bandera, algo así.

Lo bueno de que exista esa barrera es que el hincha tiene la posibilidad de diferenciarse específicamente de la acción. Puede no ir a quemarle el micro a Tigre. Y estar tranquilo con su conciencia.

La canción riverplatense tiene algo macabro porque la hinchada, como conjunto, desea que se mueran todos los bosteros. Y se lo ruega a una figura todopoderosa que no requiere más que eso: una plegaria, una oración. La acción es el deseo mismo. El hincha y el barra y todos están deseando muerte masiva, desaparición. Exterminio. Se lo piden a Dios. Fríamente. Con toda lógica. Con todo dominio de sí mismos. Por favor, matalos.Diosito, liquidalos. Sin agarrarse los huevos. Solo cantando. Muerte gratis para todos. Por bosteros.
Pero con la canción riverplatense sucede otra cosa. Tiene algo macabro porque la hinchada, como conjunto, desea. En este caso es un deseo mortuorio generalista. Que se mueran todos los bosteros. Y se lo ruega a una figura todopoderosa que no requiere más que eso: una plegaria, una oración. La acción es el deseo mismo. El hincha y el barra y todos están deseando muerte masiva, desaparición. Exterminio. Se lo piden a Dios. Fríamente. Con toda lógica. Con todo dominio de sí mismos. Por favor, matalos. Se desligan de la acción, la tercerizan. Apenas ordenan, apenas piden y esperan. Diosito, liquidalos. Sin agarrarse los huevos. Solo cantando. Muerte gratis para todos. Por bosteros.

Para colmo, se agrega un pedido tremendamente feroz, aunque ilógico por redundante: que se mueran para siempre. Y sí, normalmente si alguien muere, muere para siempre. Pero acá la crueldad no quiere dejar ninguna duda. Que no vuelvan más. Que no molesten con su presencia. Que se mueran. Para siempre.

4e4ba67fa3c37Lógicamente, es difícil que el simpatizante sea realmente consciente de lo que está cantando. Lo canta porque se canta. Porque lo están cantando. Porque hay que cantar. Sin embargo ese dejarse llevar y ese pedido liviano de algo tan cruel como un holocausto encabezado por el dedo ajusticiador de Dios recuerda un poco a las consignas de la propaganda nazi.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la filósofa Hannah Arendt catalogó como “la banalidad del mal” la posibilidad de cumplir tareas intermedias en el enorme aparato nacionalsocialista dedicado al exterminio sistemático de judíos, gitanos, negros, homosexuales y básicamente cualquier persona que el régimen de Hitler considerara poco adecuada para continuar con la mejora de la raza.

Según Arendt, gente sin signos específicos de maldad, sin una personalidad particularmente maligna, ejercía rutinas que parecían inofensivas –apretar un botón, girar una manivela, manejar un camión- pero que en realidad terminaban siendo parte del sistema letal cuando se evaluaban en contexto y en conjunto: giraban la manivela que liberaba gas en una cámara, manejaban el camión que trasladaba prisioneros en los campos de concentración.

De una manera distinta, los hinchas que le piden a Dios la muerte de los bosteros parecen no darse cuenta de lo que cantan. Banalizan el mal de sus palabras. No piensan en la muerte real de todo hincha de Boca. Y no lo hacen porque la generalización posiblemente incluya parientes y amigos que no quieren ver muertos. Sin embargo cantan. Incluso diría que ni siquiera piensan seriamente que la desaparición de su archirrival los dejaría rengos de identidad. Pero quizá ese sea otro tema.

Lo peor de todo es que usan una canción que parece pensada para solicitar mejoras y bondad. Solo le pido a Dios que el dolor, el engaño, la guerra, lo injusto, el futuro no me sean indiferentes y que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo, sin haber hecho lo suficiente. Hermoso pedido. Los hinchas de Independiente hacían un uso positivo de esa encomienda divina: le pedían a Dios que Bochini jugara para siempre, siempre para Independiente, para la alegría de su gente. Si vas a ponerlo a laburar, que sea en esas cosas: en evitar la indiferencia hacia el dolor y en perpetuar a Bochini.

Fíjense qué lindo por partida tripMaradona_y_Bochinile: hablaban de un jugador propio; lejos de insultarlo o apretarlo o reclamarle que trabe con pierna fuerte, pedían que no se retirara nunca; y además deseaban que esa carrera eterna la pudieran presenciar desde bien cerquita en esa misma tribuna, que el ídolo identificado no se fuera jamás del club. Le pedían a Dios que el Bocha se quedara. Para siempre (un “para siempre” que sí tiene sentido).

Ése es el tipo de canciones que sería bello escuchar todavía. Posiblemente aquellos muchachos de los ’80 tampoco entendían bien las consecuencias de ese pedido bochinesco y amoroso, pero el pedido es sano. Es precioso. La banalidad del bien. La inocencia de querer siempre a papá, a mamá, a un hermano, al club, a los colores, a Bochini. Aunque no esté muy seguro de lo que digo. Aunque después ya no lo quiera.

Ojalá hoy se cantaran esas cosas en la cancha.

Sin embargo acá andamos, preguntando por qué un marido insensible prefiere vociferar junto a su hijo una prédica para la muerte masiva, inmediata e irremediable de los bosteros archirrivales, sin pensar en el significado real de la tragedia, sin pensar en lo que significa de verdad la muerte o en que su mujer -a la que no le gusta demasiado el fútbol- es hincha de Boca por fidelidad a su abuelo. Recibimos la dudosa respuesta justificatoria de que hoy todo es así. Y es un poco cierto.[/SPOILER]

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Respecto al último párrafo, es mi caso, el otro día discutí con mi novia por eso, porque decía si yo quería que ella, que su hermano, y sus primos se mueran porque son inmundos.

No, le dije, no te mueras, curate, hacete de River.

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Que hipócrita

confirma2?

La nota parte de una falacia atroz, es que la de asumir que los bosteros son Gente.

pedir que se mueran los bosteros es como no se… pedir que desaparezcan los mosquitos. algo asi.

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Revista Un Caño muchas veces saca cosas muy interesantes. Pero muchas otras, se ve que no tienen que carajo poner y lanzan giladas. Este es uno de esos casos.
Todas las hinchadas del mundo cantan “te vamo a mata”, lo que no significa que uno agarre un cuchillo y asesine gente porque la canción se lo dice. O sea que cuando le gritan a un jugador “sos puto”, estas pretendiendo explicar y decirle al mundo que con seguridad ese jugador es homosexual… dejemonos de joder, cuanta hipocresía hay en el neo periodismo.

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que se mueran todos los sucios entonces. Meim ser nazi

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JAJAJAJAJJA PATETICO ESA REVISTA!!! INCREIBLE.

LA OCNCHA DE SU MADRE QUIERO IR Y ROMPERLES TODA LA EDITORIAL

FANTASIOSOS HIJOS DE PUTA CHUPENMEN LA JAPI

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La canción riverplatense tiene algo macabro porque la hinchada, como conjunto, desea que se mueran todos los bosteros. Y se lo ruega a una figura todopoderosa que no requiere más que eso: una plegaria, una oración. La acción es el deseo mismo. El hincha y el barra y todos están deseando muerte masiva, desaparición. Exterminio. Se lo piden a Dios. Fríamente. Con toda lógica. Con todo dominio de sí mismos. Por favor, matalos.Diosito, liquidalos. Sin agarrarse los huevos. Solo cantando. Muerte gratis para todos. Por bosteros.

:lol:

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ojala se mueran todos, enserio

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Solo le pido a dioooos ♫♪

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Para siempre.

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Lei los 4 primeros parrafos. Que delirio de nota jajajaja

Scrolie un poco mas, y me encontre con esta foto:

Inmediatamente, cerre el chrome, y le tire raid a la pc

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Y cuando ellos cantan lo mismo contra nosotros que es? que hipocritas, encima la foto de mierda que ponen con la hinchada y las banderas nazis.

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Pero que se dejen de romper las pelotas estos maricones de mierda, los bosteros son la raza más puta y cagona del planeta, no tienen las pelotas para bancarse nada, son unas nenitas que lloran y lloran y lloran por absolutamente todo, a veces me pregunto si no se equivocaron de deporte, porque el fútbol es un deporte para hombres y ellos claramente no lo son. Es irónico porque ellos cantan “Quiero jugar contra River y matarles el tercero” y después se vienen a hacer las pobrecitas cuando nosotros les cantamos “Que feo es ser bostero y boliviano” Jajajaja que se hagan cojer por un tiranosaurio.

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Y si, es exactamente lo que pedimos. Lo decimos bien claro :lol:

Jajajajajaja la banalidad del mal? se ve que la banana de River les dolió mucho el año pasado e inventan pelotudeces.

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