Bueno traigo un aporte con fines historicos sobre lo sucedido en la fecha del 23/01/1989, yo tuve la idea de crear este tema porque esta semana lei algo sobre el asunto además de ver el material periodistico disponible en youtube que es de muy calidad. Como no consegui un texto serio de introdución para contar lo que sucedio en La Tablada ( ausente de posiciones politicas) antes de poner los videos y fotos empiezo con una nota del Clarín de 23/01/2004.
El ataque a La Tablada, la última aventura de la guerrilla argentina
Alberto Amato
Ya no queda nada. Sólo el recuerdo del horror, que no es poco. Y las heridas imborrables, físicas, políticas y sociales, que dejó la locura. Por lo demás, quienes estuvieron presos están libres y donde se alzaba el cuartel, ahora hay un hipermercado. Pero en enero de 1989, los argentinos no usábamos la palabra “híper”. No había habido hiperinflación y la desmesura no era ni una teoría económica ni una práctica política ni un estilo de vida.
Hace quince años el copamiento a sangre y fuego del Regimiento 3 de Infantería Mecanizada de La Tablada por parte de guerrilleros del Movimiento Todos por la Patria, y la batalla que siguió para recuperarlo librada por el Ejército y la Policía de Buenos Aires, preanunciaron de algún modo el país que, de nuevo, estaba por pegar uno de sus cíclicos saltos mortales hacia ninguna parte.
Al frente del MTP, una agrupación de izquierda que había nacido en 1986, estaba un joven abogado, Jorge Baños, que diez días antes del ataque denunció en conferencia de prensa un intento de golpe carapintada para finales de ese enero caluroso de electricidad racionada. Esa fue la excusa que siempre esgrimieron los guerrilleros, liderados en lo “militar” por Enrique Gorriarán Merlo, un ex jefe del ERP, el grupo guerrillero marxista de los años 70: habían tomado el cuartel para evitar un golpe de Estado. El informe oficial del jefe del Ejército, Francisco Gassino, afirmó en cambio que el grupo, que incluía a varios ex miembros del ERP, se proponía “tomar el poder”. Una tercera versión de lo inentendible, nunca comprobada, aseguraba que el MTP había sido víctima de una operación de inteligencia.
Lo cierto es que en la mañana del lunes 23, La Tablada fue una carnicería. Los guerrilleros entraron al cuartel con un camión de Coca-Cola y varios autos. Se hicieron fuertes en el casino de suboficiales y en algunas compañías del cuartel. Primero enfrentaron a la Policía. Y luego a las tropas de la X Brigada de Infantería. A la caída del sol había ya treinta y nueve muertos, tres desaparecidos, sesenta heridos, cinco cadáveres que nunca se identificarían y veintiún guerrilleros presos. El cuartel quedó destruido y los cadáveres de los guerrilleros, carbonizados algunos, aplastados por los tanques otros, diseminados en el césped y las ruinas humeantes. Ese panorama de espanto vio Alfonsín la mañana siguiente, mientras caminaba custodiado por comandos con sus caras pintadas, no muy lejos del juez federal de Morón, Gerardo Larrambebere, que hoy integra el tribunal que juzga otro acto de terror: la voladura de la AMIA en 1994.
A lo largo de catorce años los presos de La Tablada recuperaron su libertad poco a poco. Los últimos se beneficiaron con una conmutación de penas dictada por Fernando de la Rúa en 2000. El 23 de mayo de 2003, dos días antes de la asunción de Néstor Kirchner, el presidente Eduardo Duhalde liberó a Gorriarán Merlo. El ex jefe guerrillero dijo: “Es un acto de justicia”.
El ataque a La Tablada, la última aventura de la guerrilla argentina