Argentina, muy lejos en ranking de Universidades de todo el mundo

como andas??
disculpa que me meta, aca entran a tallar algunas cuestiones bastante subjetivas, como el concepto de prestigio.
vale la pena aclarar primero que conozco de primera mano (o segunda, uno de mis mejores amigos estudia ahi) la UTN (regional CBA) y tengo un muy buen concepto de esa universidad (como asi mi amigo de la mia).
despues, entran a tallar cuestiones que tienen que ver con subjetividades por ej: un criterio de prestigo puede ser la historia de la facultad en cuanto a sus egresados (quienes fuero? que hicieron?), premios, etc.
volviendo a los casos que conozco UTN (cordoba) y exactas de UNC. particularmente (mi vision) creo que los enfoques tomados para ver las ingenierias son distintos, ni mejor ni peor, en la UNC se le da un contexto mas “cientifico” hasta en la forma de dar los teoricos de las ciencias basicas, mientras que la UTN es mas a los bifes.
en el caso de CBA es distinto que el tuyo (por lo que me parecio leer) yo en todos los años que llevo en la facu NUNCA perdi un solo dia de clases por un paro, en la UTN hay mucho paro.
despues, cuestion que no va al caso en este post, hay diferencias en las que tiene que ver el gusto personal, que si queres lo hablamos por otro lado (para no mezclar las cosas).
en definitiva, yo no puedo decir que la UNC es mas prestigiosa que la UTN, porque como dije es un amplio concepto, pero tampoco se puede decir que la UTN sea mas prestigiosa que la UNC.
se entiende? espero que si, dormi muy poco y tengo la cabeza complicada…
saludos
MANu
p.d por ultimo, mas alla de todo es obvio que a mi facultad me va a parecer “mejor” (la voy a preferir) por montones de cuestiones y el que estudia en la UTN lo mismo.
pero repito, estamos hablando de facultades que garantizan que el peor de los egresados tenga un alto nivel de conocimiento

Mira lo que tiene la utn es que los profesores son los mismo que en el ITBA o en la UBA y sino te toca un buen profesor te liquidan en el final por lo que de cualquier forma terminas sabiendo, yo lo que veo mucha diferencia con la UBA es que esta muy bien organizada los programas, los cronogramas, los horarios, tenes siempre con quien reclamar, tenes contacto con el profesor no son cursos de 200 flacos con el que el profesor no conoce a nadie. Yo creo que eso de dar a los bifes es relativo, a veces se subestima mucho al alumno y hay cosas que se pueden buscar uno por su cuenta consultando a una bibliografía, lo que yo puedo criticar pero no estoy convencido del todo porque tiene su parte buena, es la forma en que organizan algunas cátedras ejemplo Química Orgánica me exigen el mismo nivel de una licenciatura, cuando antes era una materia que se dividía en 2 y encima anuales ahora achuran todo en una vez pro semana comiéndote 6 horas catedras y temas que los terminas estudiando solo para el final, se vuelve muy pesada. Análisis, Algebra eran anuales y me las encajaron todas cuatrimestrales termina siendo muy plomo. Pero me gusta mas la forma como esta organizada y el ingreso que tiene a diferencia de la uba que hay que comerse el CBC entero.En cuanto a los paros, acá no tengo paros, tenemos la mala costumbre de recibir amenazas de bombas en la sede de Medrano y en el campus.
salute

como andas loco? perdon por la demora…
comparto en que la UTN tiene una “cultura” mucho mas organizada en cuanto a la mayoria de las cosas que decis.
en nuestro caso, los primeros años es un poco como decis, yo lo veo desde otro lado a ese desorden, creo que la universidad es formadora de “carácter” y “personalidad” y ese el “bancatela solo” a veces ayuda a esa formación, no digo que este bien sino que termina ayudando. ademas siempre tenes horarios de consulta que se respetan (casi) siempre.
pero como te dije eso es en los primeros años, después (en parte por el indice de deserción alto) tenes un trato prácticamente personalizado.
por ahi no me explique bien con el tema “a los bifes”, por lo menos en la UNC con la UTN el enfoque es distinto en la UNC es mas “científico” a veces dejando de lado lo netamente ingenieril (me refiero a la ciencia básica), igual para explicarlo necesitaría un largo rato.
lo que pasa con los regímenes cuatrimestrales lo sufrimos todos, se agregan algunas horas cátedras, no se baja la exigencia y se da lo mismo en un semestre que antes se daba un año.
el tema de la exigencia, mas alla de que no comparta demasiado que materias de ciencias básicas que no son demasiado importantes para algunas ing. tengan indices de aplazos altisimos, siempre termina sirviendo; en nuestro caso (CBA) somos la única facultad a las que en el Famaf (facultad de matemática, fisica y astronomia) nos reconocen las ciencias basicas si nos queremos pasar para alla.
pero en realidad, nos fuimos del tema, lo que yo te escribi era para decirte que el prestigio es algo relativo, y mas alla de gustos o sutilezas tanto la UTN, UNC, UBA, La plata, etc. tienen niveles educativos similares y de alta calidad por lo menos esa es mi opinion.
en ningún momento, me interesa ni interesaría hacer un debate “tipo futbolero” de facultades.
saludos
Manu

La rectora de la UNC contesto en La Voz al respecto de estas cosas:

Acerca de los “rankings” de universidades o del falso dilema entre calidad y equidad

Carolina Scotto (Rectora de la Universidad Nacional de Córdoba -UNC

El miércoles 7 de septiembre, algunos diarios argentinos difundieron los resultados de un ranking de universidades obtenido por un indicador denominado QS World University Rankings. La Universidad Nacional de Córdoba (UNC), como la gran mayoría de las latinoamericanas, no aparece en ese listado. Un artículo de La Voz del Interior afirmó que no nos fue bien en esa evaluación; peor aún, que estaríamos “fuera de juego”.

Es importante aclarar, en primer lugar, que por distintas razones la UNC no envió los datos que esas empresas requieren para hacer el ranking mencionado, pero en especial por no coincidir con este tipo de clasificación de las instituciones de educación superior.

Para el cálculo del índice, es necesario proporcionar datos de la institución –por ejemplo, correos electrónicos de docentes y de empleadores de graduados– con los que, suponemos, se conforma luego la población de encuestados. La UNC no facilitó esa información, por lo que desconocemos si fue o no evaluada y, si la evaluación se produjo, obviamente fue incompleta.

Por otra parte, vale la pena observar que los resultados que arrojan distintos rankings varían de manera considerable, porque cada uno de ellos mide o recolecta diversos datos o lo hace de diferente manera. Pero, más allá de la variabilidad de los resultados basados en criterios de clasificación heterogéneos, los indicadores que se toman en cuenta sólo tienen adecuada aplicación en otras realidades sociales y culturales y para otros perfiles institucionales, lo que es lógico porque están generados para medir, sobre todo, a las instituciones que participan de su diseño.

Trabajos científicos. Uno de los indicadores, por ejemplo, son los trabajos científicos publicados en revistas internacionales, principalmente en inglés, mientras que las publicaciones de los investigadores que quedan en el ámbito de nuestra comunidad lingüística no son tenidos en cuenta.

A la hora de medir la reputación de una universidad entre los empleadores, las encuestas tampoco llegan de la misma manera a empresas locales que a empresas multinacionales situadas en los países centrales. En relación con otra de las variables, la movilidad estudiantil, es bastante evidente que, por distintas causas, son muchos menos los estudiantes extranjeros que eligen las universidades latinoamericanas y que el intercambio es siempre más intenso entre los países más desarrollados.

Por otra parte, es fácil comprender la enorme significación sociocultural que tienen nuestras universidades públicas gratuitas para el fortalecimiento de los lazos sociales y el aumento de la movilidad social: la educación superior consigue que más ciudadanos posean mejores herramientas para su inserción laboral y para aportar al crecimiento, sin otras restricciones que la idoneidad y la disciplina para el estudio.

La UNC aporta, cada año, 6.500 nuevos graduados, con parámetros de calidad cada vez más consolidados. A la vez, la inversión educativa del Estado financia la mayor parte de la producción de nuevo conocimiento científico básico, aplicado o de significación estratégica, algo que ninguna institución con fines de lucro tiene por qué proteger.

¿A alguien escapa que todos esos beneficios son esenciales para el fortalecimiento y la calidad de las instituciones democráticas y el desarrollo económico con mayor equidad social? ¿O es que no se advierte la transformación social que, gracias a la educación pública, permite que los hijos de padres analfabetos o apenas alfabetizados puedan acceder a una carrera profesional o científica y ganar un horizonte de crecimiento personal y laboral cualitativamente diferente al de sus progenitores? ¿O se ignora que la mayor parte de los mejores graduados, de nuestros más destacados científicos, son hijos de la educación pública, tanto por ser accesible como por tener una gran calidad?

Los defensores de los rankings son los mismos que pretenden confundir el debate sobre la educación superior presentándolo como un dilema entre calidad y equidad, cuando sabemos acabadamente que muchos de los modelos de mercado con los que se ha intentado medir o moldear el régimen universitario en distintos países no pueden exhibir ninguna diferencia cualitativa significativa frente a los sistemas públicos y sí, en cambio, son directamente responsables, por su carácter restrictivo, de la consolidación y, por lo tanto, del agravamiento de la inequidad social.

Son los mismos que invocan la autonomía universitaria sólo cuando los universitarios manifiestan vocación y compromiso social. En caso contrario, prefieren que las reglas del mercado y parámetros de eficiencia de las empresas privadas determinen la lógica de producción y criterios de evaluación de las universidades, mirando a la autonomía como una vetusta retórica burocrática y a la universidad como una empresa mal gerenciada que debiera aprender más del mercado.

Nuestra reputación académica merece un análisis más ponderado de factores como las culturas institucionales, las condiciones socioeconómicas, los objetivos sociales, el financiamiento, la cobertura, para luego medir, sobre esas bases, la calidad de procesos y resultados.

Evaluar el desempeño académico propio no se parece en nada a intentar participar de una competencia en la que sólo juegan los miembros de un club cerrado que fija las reglas y al que no se pertenece.

:wink: