Lamela es el camino, Angel | Rock And Ball
Erik ilumina a River, ¿Por qué Angel Cappa no se da cuenta?
Si el 1-1 ante Quilmes había torcido gestos, ni hablar este 0-0 ante Gimnasia. Ojo, River jugó bien el primer tiempo, tuvo tres tiros en los palos, y un par de voladas geniales del Gato Sessa. No se fue al vestuario con una victoria porque el destino le jugó una mala pasada.
Ojo con “mala pasada”, “mala suerte” o “mala leche” no se puede justificar la racha de cuatro partidos sin conocer la victoria, con dos empates, como local, ante los dos equipos, por lejos, más débiles del torneo: el cervecero y el Lobo. Entonces, ¿Por qué no ganó River?
Seguramente, uno de los principales motivos sea la pólvora mojada de Funes Mori y que Pavone aún no calibró bien-bien la mira de su botín. Ojo, de chances disponen. Erik Lamela, sobre todo, se encarga de ello. Ahora, ¿Qué pasa cuando Cappa saca a Lamela y deja a un Ortega a 40% de sus posibilidades? Pasa lo que pasó ayer. River decae en su rendimiento, se desespera y, en un juego que estaba para ganarlo cómodo, termina pidiendo la hora.
¿Cuánto de culpa tiene Angel Cappa en esto? Mucha. Por el sólo hecho de no saber leer, no darse cuenta o, peor aún, no querer dejar a Erik Lamela en cancha. El pibe de Carapachay, pibe y todo, es la principal razón futbolística de este River con un Ortega en caída, Buonanotte en stand by, Pereyra y Affranchino dormidos y el corazón del equipo, Matías Almeyda, en boxes. Y, sin embargo, el número 18 es el primero que se ve cuando Cappa mueve la estantería ¿Por qué?
Conociendo a Cappa seguramente se escudará en el hecho de “no apurar” al chico, para “no quemarlo”. Ok, pero el pibe demuestra que está para la pelea grande, que puede hacerse dueño de la banda izquierda y que en su caso la juventud es un tema únicamente de DNI, porque desfachatez, actitud, ganas y, sobre todo, fútbol, no le faltan.
Esas son las cuatro características que, precisamente, a River le faltaron ante Quilmes en el final, ante Banfield en gran parte del juego y ayer, ante el Lobo, en el segundo tiempo. Y digan que el Millonario tiene un arquero gana partidos como Juan Pablo Carrizo, que si no el cuadro de situación sería aún peor.
Así las cosas y con los hechos a la vista, ¿no será la hora de darle rodaje, minutos y responsabilidades a Erik Lamela? Parece que eso le pesa más al propio DT que al juvenil volante zurdo.