Ni la última gambeta…
Ortega le pidió el indulto al Kaiser, pero el técnico no lo concentró: se justificó en que tuvo múltiples recaídas.
Tras una charla de 28 minutos, el jujeño se fue con los ojos vidriosos.
En 28 minutos de conversación, dentro del silencioso vestuario del cuerpo técnico, Ariel Ortega intentó la última de las gambetas en su afán por jugar el superclásico: conversó con Passarella para aclarar los sucesos de la semana y para buscar una suerte de indulto. Nada de eso pasó. El Burrito se retiró del encuentro con los ojos vidriosos y la certidumbre de que ya no había manera de modificar la decisión que el Kaiser guardaba desde su enésimo faltazo a una de las prácticas en el Monumental. Mañana no pisará la Bombonera.
No alcanzó la súplica del Burrito, tampoco esas declaraciones públicas en las que avisó que “pagaría por estar en La Boca” y menos aún la mediación que efectuó el profe Alejandro Kohan, el hombre del cuerpo técnico que más sigue la recuperación del Burrito y el que ayer presenció el cónclave. Según Passarella, para quien fue una charla paternal, el encuentro sirvió para aclarar diferencias. Para Ortega, aunque desde el jueves sabía que no estaba en la lista de concentrados, fue un duro traspié. Tanto que ni siquiera iría a La Boca: quiere viajar junto con su familia a Jujuy.
El domingo a la hora del partido va a estar emborrachandose en Jujuy…despues no llores…