Grupos Pro-Vida y Grupos Pro-Elección
Pocos asuntos han creado tanta diversidad de opiniones como la cuestión del aborto. Se han creado dos bandos: los grupos Pro-Vida (en contra del aborto y su legalización) y los grupos Pro-Elección (a favor de la legalización del aborto). Tanto lo grupos Pro-Vida como los grupos Pro-Elección están bien organizados y están totalmente convencidos de sus respectivas posiciones. En cada uno de estos grupos hay seguidores más o menos extremos.
En los grupos Pro-Vida hay extremos que están en desacuerdo no sólo con el aborto sino con todo tipo de método anticonceptivo que no sea el método natural o del ritmo. En el extremo de los grupos Pro-Elección hay personas que consideran el aborto como un método de planificación familiar. En el intermedio de estos dos extremos, hay acuerdo en que los métodos anticonceptivos modernos y la educación sexual son indispensables para disminuir el aborto, y que este puede ser aceptado en circunstancias extremas.
Los grupos Pro-Elección consideran que la mujer tiene total derecho a controlar su cuerpo y, por tanto, a decidir si continúa o termina un embarazo. Por añadidura, el grupo Pro-Elección considera que la vida humana es buena y debe preservarse pero que la calidad de vida es más importante y, por tanto, el aborto es en muchos casos “la menos mala de las decisiones”. Además, creen que, como no hay un consenso social ni claridad sobre el momento en que empieza la vida, el Estado no debe dictaminar leyes sino que debe dejar la decisión a la mujer que es quien tiene derecho a decidir sobre su cuerpo y lo que acontece dentro de él.
Tanto el grupo Pro-Vida como el grupo Pro-Elección están de acuerdo en el valor y la dignidad de la vida humana, pero no están de acuerdo en cuando la vida se inicia y en la relativa importancia que se da a la vida por sí misma y a la calidad de la vida. El grupo Pro-Elección considera que la vida no se inicia en la concepción y que la calidad de vida es más importante que la vida por sí misma. El grupo Pro-Vida considera que la vida se inicia en la concepción y que la vida por sí misma es más importante que la calidad de vida.
La tendencia mundial claramente se está orientando hacia la legalización del aborto en casos extremos, tales como malformaciones del feto, peligro de muerte de la madre, violación o incesto.
Hay todavía mucha controversia con respecto a la legalización del aborto en otras circunstancias. Los países que han legalizado el aborto a demanda, es decir, sin necesidad de justificación alguna, permiten el aborto durante el primer trimestre y en algunas ocasiones hasta el segundo trimestre. La razón de establecer tiempo es porque la tecnología moderna posibilita la viabilidad del niño a partir del sexto mes de embarazo, lo que crea mayores cuestionamientos en cuanto al derecho a la vida del recién nacido.
Creo que la clave está en el concepto de cuando comienza la vida…incluso, como posteé antes, en el seno de la religión Católica durante mucho tiempo hubo discusiones al rescpecto, para llegar a la postura de hoy, del fundamentalismo antiabortista (?). Lo importante es que cada uno llegue a su propia conclusión mediante la reflexión al respecto y no porque se lo impone la iglesia a la que frecuenta o alguien mas. Hay que ponerse en el lugar de quien se plantea esto como posibilidad, un segundo, para entender que no es precisamente que tomás esta decisión, abortás y seguís tu vida libertina loca como si nada…buscando info me encontré con una opinión que me gustaría compartir con uds.:
Pensando y pensando, he llegado a una conclusión: no hay víctimas ni victimarios en el asunto del aborto. La madre que queda encinta de repente sufre un cambio rotundo en sus planes de vida, su existencia da un giro de 180 grados… deberían abstenerse de opinar acerca de estos temas y de sentirse y creerse dueños omnipotentes de la verdad absoluta los hombres (que no tienen ni idea de qué es gestar, qué es parir y qué es criar) y las mujeres como yo que , aunque podamos simpatizar por la función reproductora que nos toca con otras mujeres embarazadas o que hayan abortado, no sabemos qué se siente llevar una vida en las entrañas, por lo tanto mucho podemos hablar pero estar en esa situación ya es otro asunto.
Yo pienso que ambos son víctimas. El bebé, bueno, no tengo que explicar la razón de porqué lo es. Un día está feliz flotando en el líquido amniótico y de un momento a otro lo arrancan a pedacitos. Es bastabte obvio. Centrémonos entonces en lo que interesa más y es menos vista como víctima y más vista como culpable: la mujer. ¡Basta ya de tiranizar a la mujer! Mujer asesina, mujer mala, mujer violenta (¿no les suena parecido a otro discurso religioso de la edad media, como “mujer portadora del pecado original”?)… dejémonos un pquitito de joder con ese asunto de que la mujer es LA MALA y reflexionemos más sobre el asunto de manera crítica en lugar de levantar el portaestandarte religioso bien alto hasta las nubes y de llenarnos la boca con el moralismo que nos enseñan en la cataquesis y en la iglesia.
La mujer no es violenta, ni siente placer en el aborto, ni le produce la más mínima gratificación. Al revés, cargará con ello en su conciencia por el resto de su vida y probablemente precise años de terapia psicológica para superar el trauma de un aborto. No olvidemos que es, dentro de todo, practicar un acto contra la naturaleza. Y ningún acto contra la naturaleza es fácilmente realizable. Si la mujer decide tras mucho meditar que el aborto es la salida “mejor” en ese momento, ¿quién es quién para juzgarla? quizás sea madre de otros 5 hijos, no conozca los métodos anticonceptivos y no les alcance la plata para comer y ni siquiera tengan vivienda digna, o quizás sea víctima de alguna violación. ¿Entonces qué solución le daremos? ¿Que lo traiga al mundo para que termine muriéndose de desnutrición, de frío o de una peste?¿Para que le recuerde todos los días de su vida que fue violada?¿dónde queda su derecho a elegir? Dejemos de ser tan hipócritas, que todos protestan contra el aborto pero pocos protestan por los niños que se suben a los bondis a la 1 de la mañana a pedir, chiquitos del hambre. Si la mujer no desea tener ese bebé, fuera por la razón que fuere, la realidad es que va a buscar toda forma de abortarlo, le guste a los moralistas o no… sea en una clínica carísima, sea en casa con una aguja de tejer o tomando alguna porquería que la lleve a la muerte.
Creo que seguimos acarreando el discurso de la edad media, “mujer culpable”. Tenemos que sacarnos la benda de los ojos y contemplar los derechos y situaciones de las mujeres. Abortar no es un deporte, es algo que se realiza en una situación límite donde la mujer vive una pesadilla. En lugar de caerle con el mazo tratemos de entenderla.
Saludos Millonarios, Max