Ariel, creo que es la vigesima vez que te leo poner “es una de las pavadas mas grandes que lei en el foro”. :) Se original y deja de chamuyar, devoto del black kiss.
Otro soretito como Dylan, que pese a lo que piensa, yo lo quiero, jajaja. Ricky es crack, mas cuando se tiñe las canas y se saca el bigotito fascistoide.
Pero que queres…son radicales :):)
Dentro de unos años, los libros de historia diran:
"Las ultimas dos personas radicales, que lucharon incansablemente para que su partido no se extinguiese, fueron los conservadores Ricardo Pieroni y Ariel Tarlatti.
De ahi que la Juventud Radical que lucha nuevamente por llevar al partido para lograr el hecho historico de superar el 5% en las elecciones ha elegido autodenominarse “La Pieroni”.
Esto provoco el enojo del Sr. Tarlatti, quien dio las hurras de la UCR, y se unio al PRO. A fuerza de sushi gratis y de espumantes varios, jovenes del Pro decidieron pasar a llamarse “La Tarlatti”.
Su primera medida fue ir a tirar bombas en villas, para luego hacer guardia en los pasos fronterizos con el fin de evitar que, como reza el comunicado que dicha agrupacion suscribe, “ingresen bolas, perucas y paraguas a la patria nacional”.
Luego de años de luchas por separado, el Sr. Pieroni abandono a su familia de igual manera que el Sr. Tarlatti. Ambos se juraron amor eterno, abandonaron la politica, y se fueron a vivir en pareja a la vera del Famatina. Ya instalados, adoptaron un chico, a quien no dudaron en llamar Gianlucca".
Bastante se habló en estos días de la participación de los partidos políticos o su vinculaciones con la dictadura. En realidad en ese estofado se salvan pocos, por no decir casi nadie, ya que los que estaban abiertamente enfrentados al régimen en aquella época si no terminaron desaparecidos fue por obra y gracia de la casualidad. Fue el propio gobierno peronista de Isabel quien le abrió las puertas a estos asesinos. Fue el radicalismo quien apuró a los milicos a ejecutar el golpe. Fue el peronismo quien había arreglado con los milicos no enjuiciar a las juntas. Y fue el propio Alfonsín quien durante la dictadura se mostraba sonriente con su gran amigo Harguindeguy a quien, a pesar de ser responsable de múltiples desapariciones, le evitó complicaciones durante el juicio a las juntas. Como también cierto es que antes de la transición peronistas y radicales pactaban una salida decorosa de la junta militar y una transición a través de la figura de un primer ministro cargo al que aspiraban Alfonsín, Luder y Cafiero. Nos enteramos de los negocios inmobiliarios de los Kircher durante la dictadura, de la “pobre” Lilita fiscalizando barbaridades en el Chaco ( referente de un partido cuya única diputada electa fue montonera ), ni hablar de la inteligencia brindada en el conurbano por el cabeza mayor y asi podemos seguir un largo rato.
Por eso el arrojarse piedras entre unos y otros como he visto y leído en estos días es ridículo. Lo importante es que se juzgue a los responsables como es debido y que no se vuelvan a repetir errores del pasado. Y seguir entendiendo que imperfecta, y mas allá de algunas actitudes poco felices de muchos de sus representantes, la democracia es la única forma de cambiar las cosas. Si hay algo saludable en todo estos años es que se recuperó cierta participación y discusión política que parecía perdida.