27 Marzo 2010 por [Juan](http://www.velezsarsfield.net/members/admin/).
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Justicia por Emmanuel Alvarez: 15 años de prisión
El llanto contenido de Hugo y Graciela, los padres de Emmanuel Alvarez, estalló cuando faltaban minutos para las cinco de la tarde. En ese momento, se persignaron, se abrazaron, miraron al cielo y se sintieron en paz. Nadie les va a devolver la vida de su hijo, pero la Justicia restañó parte de las heridas condenando a 15 años de prisión al autor de su muerte. Y el caso, por la dureza de la pena y la rapidez del proceso (cabe destacar la actuación en primera instancia del fiscal Marcelo Retes y el juez Ricardo Pinto), puede marcar un hito en la lucha contra la violencia en el fútbol. El chico, hincha de Vélez, fue asesinado el 15/3/08 cuando iba en la caravana desde Liniers hasta el Nuevo Gasómetro, a ver al Fortín contra San Lorenzo. Ayer, el Tribunal Oral 27, integrado por los jueces Romeo, Rengel Mirat y Caminos, determinó que Marcelo Aliandre, hincha de San Lorenzo, fue el homicida y lo condenó a 15 años de cárcel. Aliandre lleva ya un año y medio preso en Devoto, desde que fue extraditado de Paysandú, Uruguay, donde estaba prófugo. En este 2010 signado por los crímenes entre barrabravas y la impunidad con la que se manejan, este fallo es una bocanada de aire en la lucha contra la violencia que azota al fútbol argentino. Cierto, se asemeja a un oasis en medio de un desierto pero quizá sea el puntapié inicial para que todas las causas que están dormidas en Tribunales cuenten con el impulso necesario para poner tras las rejas a los barras y a sus mentores intelectuales, que los hay y muchos en distintos estamentos del poder.
El dictamen, que será apelado por la defensa, se conoció tras los alegatos. El fiscal Mario Montoya había pedido 15 años mientras que el abogado defensor, Diego Sánchez, la absolución. Ambos jugaron la partida con todas las cartas que tenían sobre la mesa, entre las que sobresalían la declaración del testigo clave, Gerardo Plumere, que en primera instancia había incriminado a Aliandre y en el juicio había dicho no recordar nada, y los distintos peritajes que intentaban precisar desde dónde había salido el disparo que terminó con la vida de Emma. Mientras la defensa pretendía que se anularan los dichos de Plumere a partir de sus contradicciones y que se le diera valor a la pericia de Gendarmería, que no certificaba que la bala había salido desde la casa de Aliendre y abría un abanico de posibilidades, el Tribunal dio por probado lo contrario. Para los jueces, Emmanuel venía en el quinto micro de la caravana de 40 y al llegar a Perito Moreno y Mariano Acosta, pararon y hubo primero un cruce verbal con Aliandre, que estaba con ropa de San Lorenzo comiendo en una parrilla, y después los del Fortín robaron bebidas del local. Aliandre, según la reconstrucción, huyó y se fue a su casa ubicada a pocos metros, en Mariano Acosta 1906. Entró en su habitación, tomó un arma calibre 22 que nunca fue hallada (el allanamiento se hizo varios meses después del hecho, lo que puede explicar esta situación), subió hasta un patio descubierto y desde allí hizo el disparo que mató a Emmanuel. ¿Por qué en ese momento los acompañantes de Alvarez no se dieron cuenta de lo ocurrido? El ruido del disparo se confundió con la pirotecnia que lanzaban los de Vélez y la herida en el cuerpo de Emmanuel era muy pequeña, como de un balín, a tal punto que murió desangrado en el hospital Piñeyro al no haber sido atendido de urgencia.
Después, según los sucesos probados por el Tribunal, los micros se fueron, Aliandre volvió como si nada a la parrilla, terminó su almuerzo y le dijo a Plumere, uno de los parroquianos: “Estos no joden más. Les tiré una botella y una piedra y le pegué a uno. Ahora cuando salgan, los vamos a cagar a tiros”. De hecho, terminó asistiendo al partido, que finalmente se suspendió, junto a un amigo y vecino: Rubén Cucaresse, policía en actividad. Un dato no menor es que al día siguiente del hecho, Aliandre ofreció una declaración testimonial en la comisaría, desligándose por completo del hecho. Nunca se supo quién lo aconsejó y los dos hermanos Cucaresse, que en un primer momento fueron apuntados como encubridores, terminaron libres de culpa y cargo.
Para llegar a este fallo condenatorio, los jueces tomaron en cuenta las declaraciones de 38 testigos, entre ellas de siete amigos de Emmanuel, que dijeron que el “Gordo” venía con medio torso fuera de la ventanilla, se tocó el cuerpo y se tiró herido hacia dentro del micro justo cuando pasaban por la esquina donde vivía Aliandre, hipótesis que se reforzó con la pericia balística de la Policía Federal. Según la misma, el disparo fue realizado en altura y por la posición de Emmanuel, sólo había un lugar posible desde donde se produjo: la terraza de la casa del acusado. Esta fue la clave principal que terminó por esclarecer un hecho que si bien no le devuelve la vida a Emmanuel, sí le da cierta paz interior a su familia, que nunca bajó los brazos y en medio de tanto dolor, sabe por lo menos ahora, que el crimen de su hijo no quedó impune.
http://www.velezsarsfield.net/noticias/2010/03/27/algo-de-justicia-para-emma/