Un poco de sensatez

Vuelvo del ostracismo forístico por la cachetada histórica que recibió River que lo llevó al descenso, un infierno que muchos “pesimistas” temíamos pero que nunca creímos que iba posible. Lloré y vi llorar a un montón de gente, estuve angustiado y agobiado como nunca, me peleé con todos los chicaneros de turno, me acordé de todos los dirigentes, técnicos y jugadores que nos llevaron a este oprobio, a esta humillación. Dicho esto: al margen de que la herida está muy fresca, que los medios y los hinchas de otros clubes se regodean con nuestra desgracia (como en algún momento nosotros lo hicimos con la de otros) si queremos volver rápido a recuperarnos de esta afrenta tenemos que tranquilizarnos y empezar a pensar y actuar en frío siendo lo más sensato. Hoy ya no sirve de nada quemarle la casa a Passarella, violarle a la vieja a Mario Israel, introducirle al Ogro Fabbiani en el recto a Aguilar o ponerle edulcorante al café de Cappa (?). Decisiones como la de contratar a alguien sin experiencia como D.T. como es Almeyda que ni siquiera conoce la categoría -en Fenix jugaba sólo de local como puede jugar cualquiera con sus amigos- son decisiones en caliente no sirven para revertir el rumbo

Algunas reflexiones:

  1. Al margen de que parece que nos vamos a comer 20 partidos sin poder usar el Monumental por los quilombos del otro día sumado a la apretada a Pezzota, me parece una soberana pavada si River por propia voluntad decide no jugar en su casa así como de no usar la camiseta tradicional de River para “no ensuciarla”. La camiseta de River fue ensuciada por al menos 10 años de pésimas gestiones (las gestiones de Pintado y Davicce podrían entrar también pero al menos no devastaron la máquina) no es que lo descendieron por decreto o vino un ataque alienígena que nos teletransportó de golpe a la B. Hay que asumir que lamentablemente estamos en la B, ponerle el pecho, arremangarse y empezar a salir con proyectos serios a largo plazo. Porque si volvemos a improvisar cambiando de idea cada dos segundos o haciéndole regalitos a empresarios amigos, este desastre puede ser solo un peldaño a otros peores (y no me vengan con que no se puede estar peor).

  2. Veo que todos piden la cabeza de Passarella (que no es santo de mi devoción ni mucho menos. De hecho: no lo quiero nada por los negociados que hizo como técnico de River, principalmente, en su segunda etapa) por ser el Presidente de River en este momento crítico. Otros piden un gobierno de coalición. Si existiera la “justicia poética” este muerto se lo debieran haber fumado Aguilar y el cáncer Mario Israel que vaciaron, fundieron y humillaron al club como nadie. A Passarella le cabe la incapacidad de no poder revertir la situación en su año y medio de gestión pero la pesada herencia, en este caso, no es un verso (los superávits ficticios rifando el patrimonio del club para que hagan negocios grupos empresarios fantasmas, el poder literalmente en manos de la barra brava, sobrefacturando obras o calculando la llegada a semifinales o finales en copas en las cuales llegamos a primera ronda fueron sólo algunos de los dislates). Pese al descenso, pese a que no lo quiero, pese a que creo que no va eso de gobernar River como si fueras un patrón de estancia, pese a la soberbia, sigo creyendo que Passarella es mejor opción que D’Onofrío que tenía en la lista -yo sé que Passarella también- a toda la mafia que hundió a River. Desde los medios hay opositores que piden que Passarella renuncie o arme un gobierno de coalición. Yo creo que debe terminar su mandato aún después de esto pero tiene que dejarse ayudar. Lo que no podemos permitir es que la excusa del gobierno de coalición vuelvan a entrar al club tipos como Mario Israel al cual costó más de 25 años sacarlo a patadas en el culo.

  3. Todo el que quiera venir a dar una mano sin hacer quilombo es bienvenido. Muy conmovedor que Cavenaghi, el Chori Domínguez, Garcé, Lux (el que menos me convence), Fabbiani (este gordo delincuente en el ascenso hace desastres), Placente y Fede Domínguez pero los quiero ver entrenando con la ropa de entrenamiento, mientras tanto es un mero acto de tribuneo. Aunque parezca increíble de los que se ofrecieron, Garcé es el que más útil nos puede ser.

  4. Hay que entender que vamos a jugar el Nacional B y si bien se juega al mismo deporte hay algunas cuestiones que hay que tener en cuenta. Si finalmente hay descuento de puntos por lo de los enérgumenos, pongo la firma de que con un equipo de pibes de inferiores queriendo jugar con galera y bastón no vamos a salir del agujero en que nos metimos (en primer lugar, porque los campos de juego no suelen ser alfombras de billar precisamente). Hay que hacer jugar algunos pibes con tipos de experiencia que les banquen la parada. Indefectiblemente van a hacer falta algunos “jugadores del ascenso”, tanto rústicos como no rústicos (los hay) o al menos un equipo ultracombativo. El Nacional B implica que:

  • Con la historia y la camiseta no le ganamos a nadie y los de enfrente se van a querer jugar el partido de sus vidas y comen del plus que recibirán por ganarle a River. Si. la familia se juega el pan con ese plus.
  • Los árbitros no cobran cualquier roce pedorro, ni hay derecho al pataleo. Te cagan y a llorar a la iglesia. Los árbitros ni siquiera son los de Primera División que de por si son desastrosos… así que prepárense.
  • De visitante no se puede ir, así que nuestros jugadores van a tener que vérselas de visitante en algunas canchas con mal estado del campo de juego que va a dificultar jugar por abajo, los hinchas rivales colgados de los alambrados puteándolos, escupiéndoles para hacerlos sentir realmente de visitantes. Por eso no es apto para pechos frescos, acá hacen falta hombres. Ir de visitante de incógnito es una invitación a que te comas una merecida culeada de los locales.
  • River tiene que ganar como sea para recuperarse rápido de la afrenta, el “me ganaron tirando pelotazos” es una lloriqueada inútil.
  • Todos tienen que marcar, no hay lugar para privilegios.
  • No hay que menospreciar la categoría
  1. Hay que ver quienes se quedan de los del actual plantel porque teniendo en cuenta la deuda que hay con los profesionales, los que se van, los que no pueden volver a jugar en River (Román o Arano, por citar dos), los que seguramente serán “reventados” para poder pagarle al plantel. Van a quedar pocos jugadores y en su mayoría pibes. Hay que ver que nos queda y en función de eso, ver que comprar en las posiciones que nos faltan y reforzar con jugadores de experiencia, carácter y que sean buenos ejemplos de profesionales (cualquier puterío nos cuesta seguir cayendo).

  2. Es fundamental un proyecto integral de divisiones inferiores más dedicado a formar jugadores que a ganar campeonatos, donde el técnico esté en contacto permanente para ver si hay algún jugador que esté en condiciones de debutar o que se insista en encontrar y formar valores en los puestos que le falta cubrir al plantel profesional. Lo que sí: no podemos tirar a la cancha un equipo de pibes porque nos van a comer crudos.

  3. No malinterpreten: quiero que aparezca la bendita auditoría con los resultados de la nefasta gestión anterior aunque caiga el que tenga que caer, quiero que terminen en cana Aguilar e Israel, que paguen los responsables de esta debacle deportiva e institucional, pero queda poco más de un mes para que arranque el Nacional B y si no nos ponemos a laburar en serio y con un poco de sensatez se nos va a venir el torneo encima sin prepararnos y recuerden que siempre se puede caer más bajo.

Gracias por leer esta catarsis de un hincha millonario dolido por el presente y recordemos que para la próxima no podemos condicionar la protesta por el vaciamiento del club a un ocasional resultado deportivo o a lo que puedan llegar a decir o dejar de decir los hinchas de otros clubes de nosotros. Si aprendemos de los errores de las caídas, River volverá más fuerte que nunca sino… ojalá alguien se apiade de nosotros.

Vuelvo del ostracismo forístico por la cachetada histórica que recibió River que lo llevó al descenso, un infierno que muchos “pesimistas” temíamos pero que nunca creímos que iba posible. Lloré y vi llorar a un montón de gente, estuve angustiado y agobiado como nunca, me peleé con todos los chicaneros de turno, me acordé de todos los dirigentes, técnicos y jugadores que nos llevaron a este oprobio, a esta humillación. Dicho esto: al margen de que la herida está muy fresca, que los medios y los hinchas de otros clubes se regodean con nuestra desgracia (como en algún momento nosotros lo hicimos con la de otros) si queremos volver rápido a recuperarnos de esta afrenta tenemos que tranquilizarnos y empezar a pensar y actuar en frío siendo lo más sensato. Hoy ya no sirve de nada quemarle la casa a Passarella, violarle a la vieja a Mario Israel, introducirle al Ogro Fabbiani en el recto a Aguilar o ponerle edulcorante al café de Cappa (?). Decisiones como la de contratar a alguien sin experiencia como D.T. como es Almeyda que ni siquiera conoce la categoría -en Fenix jugaba sólo de local como puede jugar cualquiera con sus amigos- son decisiones en caliente no sirven para revertir el rumbo

Algunas reflexiones:

  1. Al margen de que parece que nos vamos a comer 20 partidos sin poder usar el Monumental por los quilombos del otro día sumado a la apretada a Pezzota, me parece una soberana pavada si River por propia voluntad decide no jugar en su casa así como de no usar la camiseta tradicional de River para “no ensuciarla”. La camiseta de River fue ensuciada por al menos 10 años de pésimas gestiones (las gestiones de Pintado y Davicce podrían entrar también pero al menos no devastaron la máquina) no es que lo descendieron por decreto o vino un ataque alienígena que nos teletransportó de golpe a la B. Hay que asumir que lamentablemente estamos en la B, ponerle el pecho, arremangarse y empezar a salir con proyectos serios a largo plazo. Porque si volvemos a improvisar cambiando de idea cada dos segundos o haciéndole regalitos a empresarios amigos, este desastre puede ser solo un peldaño a otros peores (y no me vengan con que no se puede estar peor).

  2. Veo que todos piden la cabeza de Passarella (que no es santo de mi devoción ni mucho menos. De hecho: no lo quiero nada por los negociados que hizo como técnico de River, principalmente, en su segunda etapa) por ser el Presidente de River en este momento crítico. Otros piden un gobierno de coalición. Si existiera la “justicia poética” este muerto se lo debieran haber fumado Aguilar y el cáncer Mario Israel que vaciaron, fundieron y humillaron al club como nadie. A Passarella le cabe la incapacidad de no poder revertir la situación en su año y medio de gestión pero la pesada herencia, en este caso, no es un verso (los superávits ficticios rifando el patrimonio del club para que hagan negocios grupos empresarios fantasmas, el poder literalmente en manos de la barra brava, sobrefacturando obras o calculando la llegada a semifinales o finales en copas en las cuales llegamos a primera ronda fueron sólo algunos de los dislates). Pese al descenso, pese a que no lo quiero, pese a que creo que no va eso de gobernar River como si fueras un patrón de estancia, pese a la soberbia, sigo creyendo que Passarella es mejor opción que D’Onofrío que tenía en la lista -yo sé que Passarella también- a toda la mafia que hundió a River. Desde los medios hay opositores que piden que Passarella renuncie o arme un gobierno de coalición. Yo creo que debe terminar su mandato aún después de esto pero tiene que dejarse ayudar. Lo que no podemos permitir es que la excusa del gobierno de coalición vuelvan a entrar al club tipos como Mario Israel al cual costó más de 25 años sacarlo a patadas en el culo.

  3. Todo el que quiera venir a dar una mano sin hacer quilombo es bienvenido. Muy conmovedor que Cavenaghi, el Chori Domínguez, Garcé, Lux (el que menos me convence), Fabbiani (este gordo delincuente en el ascenso hace desastres), Placente y Fede Domínguez pero los quiero ver entrenando con la ropa de entrenamiento, mientras tanto es un mero acto de tribuneo. Aunque parezca increíble de los que se ofrecieron, Garcé es el que más útil nos puede ser.

  4. Hay que entender que vamos a jugar el Nacional B y si bien se juega al mismo deporte hay algunas cuestiones que hay que tener en cuenta. Si finalmente hay descuento de puntos por lo de los enérgumenos, pongo la firma de que con un equipo de pibes de inferiores queriendo jugar con galera y bastón no vamos a salir del agujero en que nos metimos (en primer lugar, porque los campos de juego no suelen ser alfombras de billar precisamente). Hay que hacer jugar algunos pibes con tipos de experiencia que les banquen la parada. Indefectiblemente van a hacer falta algunos “jugadores del ascenso”, tanto rústicos como no rústicos (los hay) o al menos un equipo ultracombativo. El Nacional B implica que:

  • Con la historia y la camiseta no le ganamos a nadie y los de enfrente se van a querer jugar el partido de sus vidas y comen del plus que recibirán por ganarle a River. Si. la familia se juega el pan con ese plus.
  • Los árbitros no cobran cualquier roce pedorro, ni hay derecho al pataleo. Te cagan y a llorar a la iglesia. Los árbitros ni siquiera son los de Primera División que de por si son desastrosos… así que prepárense.
  • De visitante no se puede ir, así que nuestros jugadores van a tener que vérselas de visitante en algunas canchas con mal estado del campo de juego que va a dificultar jugar por abajo, los hinchas rivales colgados de los alambrados puteándolos, escupiéndoles para hacerlos sentir realmente de visitantes. Por eso no es apto para pechos frescos, acá hacen falta hombres. Ir de visitante de incógnito es una invitación a que te comas una merecida culeada de los locales.
  • River tiene que ganar como sea para recuperarse rápido de la afrenta, el “me ganaron tirando pelotazos” es una lloriqueada inútil.
  • Todos tienen que marcar, no hay lugar para privilegios.
  • No hay que menospreciar la categoría
  1. Hay que ver quienes se quedan de los del actual plantel porque teniendo en cuenta la deuda que hay con los profesionales, los que se van, los que no pueden volver a jugar en River (Román o Arano, por citar dos), los que seguramente serán “reventados” para poder pagarle al plantel. Van a quedar pocos jugadores y en su mayoría pibes. Hay que ver que nos queda y en función de eso, ver que comprar en las posiciones que nos faltan y reforzar con jugadores de experiencia, carácter y que sean buenos ejemplos de profesionales (cualquier puterío nos cuesta seguir cayendo).

  2. Es fundamental un proyecto integral de divisiones inferiores más dedicado a formar jugadores que a ganar campeonatos, donde el técnico esté en contacto permanente para ver si hay algún jugador que esté en condiciones de debutar o que se insista en encontrar y formar valores en los puestos que le falta cubrir al plantel profesional. Lo que sí: no podemos tirar a la cancha un equipo de pibes porque nos van a comer crudos.

  3. No malinterpreten: quiero que aparezca la bendita auditoría con los resultados de la nefasta gestión anterior aunque caiga el que tenga que caer, quiero que terminen en cana Aguilar e Israel, que paguen los responsables de esta debacle deportiva e institucional, pero queda poco más de un mes para que arranque el Nacional B y si no nos ponemos a laburar en serio y con un poco de sensatez se nos va a venir el torneo encima sin prepararnos y recuerden que siempre se puede caer más bajo.

Gracias por leer esta catarsis de un hincha millonario dolido por el presente y recordemos que para la próxima no podemos condicionar la protesta por el vaciamiento del club a un ocasional resultado deportivo o a lo que puedan llegar a decir o dejar de decir los hinchas de otros clubes de nosotros. Si aprendemos de los errores de las caídas, River volverá más fuerte que nunca sino… ojalá alguien se apiade de nosotros.