---------------------------------------------Un equipo de derecha
River vuelca su peso ofensivo del medio hacia la derecha y se olvida de la izquierda: Villagra no sube, Abelairas se cierra… ¿Plan o déficit?
Este River inclina la cancha. Y no se trata de un chiste fácil por la presencia de Fabbiani. En estos tres juegos oficiales, el equipo transitó por un camino (el del sector derecho) del que, por las características de sus futbolistas, le resultará difícil apartarse. No es un hecho circunstancial, casual: Néstor Gorosito parece haber elegido que el peso ofensivo se vuelque hacia las proyecciones de Ferrari, la movilidad de Augusto Fernández o Galmarini, los desbordes y los centros (poco precisos, por cierto) de Rosales. ¿Y por la izquierda? Un cráter.
Las características casi que empujan a Pipo a elegir lastimar a los rivales desde el medio hacia la derecha. Villagra, el único lateral izquierdo del plantel, es diestro. Se vio ante Central como hace tiempo: el Kity cruza la mitad de la cancha, se frena y engancha, irremediablemente, hacia su pierna hábil. Hasta ahí llega, entonces. Abelairas, quien en teoría cumple el rol de volante izquierdo en este 4-3-1-2, se cierra casi como un doble cinco, y desde ese lugar se convierte en un lanzador de pases de 20 ó 30 metros. Es natural, también, que tenga tendencia a posicionarse en el sector en el que alcanzó su mejor nivel, cuando el técnico era Simeone. ¿Y Buonanotte, quien con el Cholo era un media punta que arrancaba desde la raya y metía diagonales? Gorosito le pide que rote para no darle referencias al cinco rival, que sea enganche acá y allá. Nadie llega vacío, por sorpresa. Así, el cóctel pierde efervescencia por la izquierda, ya que ninguno de los delanteros es zurdo ni tiene características como para desequilibrar por esa zona.
Gorosito había realizado esta lectura durante la pretemporada. De hecho, pidió “un tres zurdo y cabeceador” que, tras coquetear con Sergio Escudero y José Shaffer, nunca llegó. ¿Son Archubi, de escasas prestaciones, y Sambueza, a quien ni el técnico esperaba, soluciones a corto plazo? Por ahora, el control de la pelota, algunas jugadas de pizarrón y un instante de inspiración, le alcanzan. ¿Seguirá derecho?