Un año absurdo de un River absurdo

De campeón a último: River convivió con situaciones insólitas y la alegría por el título quedó perdida en medio de derrotas humillantes y el alejamiento de Ortega.

Fue campeón. Salió último. De tanto decirlo, pierde el sentido, la verdadera dimensión. Campeón. Ultimo. Hacía cuatro años que no festejaba. Hacía toda una vida que no se hundía tanto. River derribó barreras y terminó estrellado en este 2008, un año larguísimo, y no sólo por ser bisiesto. Convivió con situaciones insólitas, sufrió derrotas imborrables y quedó mareado, tambaleándose, mucho antes de llegar al último brindis.
Apareció Simeone con su cuchillo para hacerle cirugía mayor a un equipo que parecía no encontrar el fondo, aunque luego los límites se corrieron.
Los dirigentes quisieron repatriar a D’Alessandro, pero Ramón Díaz fue más Cabezón y lo ancló en San Lorenzo: a los poquitos meses, tras eliminar al equipo del Cholo de la Libertadores en el propio Monumental, con dos jugadores menos y luego de remontar un 0-2, el zurdo les mandaba “un saludo a los que manejan River”.
Y no se refería a la barra, claro. En el debut ante Gimnasia de Jujuy, dos sectores se enfrentaron en la terraza de la popular. Y en la tribuna de Vélez, minutos antes de enfrentar a Arsenal, hubo una batalla sangrienta. No había paz.
¿Qué había? “La gente tiene que saber a qué juega River”, era la máxima de un Simeone que se mostraba hiperkinético, porque su equipo no sabía a qué jugaba, pero iba al frente, empujaba, presionaba, apuraba, encaraba, ganaba y se acomodaba arriba en el Clausura mientras Boca, Estudiantes y San Lorenzo (que, en ese orden, terminarían escoltándolo) se dedicaban a la Copa.
¡Ah, la Copa! Una de las peores humillaciones, que reflotó fantasmas y apodos olvidados por décadas. Fue un momento atroz. Ahumada habló y se enterró. Humillado, el puntero pudo perder todo, ser goleado por Gimnasia. Apareció Ortega. La pidió cuando otros botines parecían hechos de brasas. Y dio la vuelta.
¡Dale campeón, dale camp…! Ortega “no llegó en condiciones” antes del cierre contra Banfield, el técnico lo excluyó del banco y el jujeño tiroteó: “Me voy de River por Simeone, que es un mala leche”. ¿Y la fiesta? Parecía irremontable. Era uno u otro. Pero Aguilar los reunió, el Burrito se disculpó, el Cholo le reiteró que no habría privilegios, lo ratificó como capitán… A las tres semanas, una madrugada de viernes, Ortega chocaba contra un surtidor mientras era filmado por una cámara de TV y, cuatro horas después, ni aparecía en el entrenamiento. Todo esto, apenas ocho días antes del arranque del Apertura: Ortega se resistía a internarse, amagaba con irse a jugar a Emiratos Arabes y terminaba en Mendoza.
Pero no, no era lo último que le faltaba a River…
Acumuló, uno detrás del otro, una docena de partidos sin ganar. Por primera vez, perdió con San Martín de Tucumán y se fue derrotado de Jujuy. En la séptima fecha, ya no peleaba por nada. Encima, también se iba mirando el piso en el segundo superclásico del año. Sólo le quedaba la Sudamericana. Pasó a un Defensor livianito, cayó 2-1 contra Chivas en Núñez y ¡en la revancha se puso 2-0 y le empataron! Se fue Simeone. Gabriel Rodríguez no logró apagar el incendio. River terminó último.
¿Más? Sí: ¿sabés quién salió campeón? ¡Y por diferencia de gol!

Buena nota de Ole, como de costumbre , no?:roll:

Un año absurdo de un River absurdo

De campeón a último: River convivió con situaciones insólitas y la alegría por el título quedó perdida en medio de derrotas humillantes y el alejamiento de Ortega.

Fue campeón. Salió último. De tanto decirlo, pierde el sentido, la verdadera dimensión. Campeón. Ultimo. Hacía cuatro años que no festejaba. Hacía toda una vida que no se hundía tanto. River derribó barreras y terminó estrellado en este 2008, un año larguísimo, y no sólo por ser bisiesto. Convivió con situaciones insólitas, sufrió derrotas imborrables y quedó mareado, tambaleándose, mucho antes de llegar al último brindis.
Apareció Simeone con su cuchillo para hacerle cirugía mayor a un equipo que parecía no encontrar el fondo, aunque luego los límites se corrieron.
Los dirigentes quisieron repatriar a D’Alessandro, pero Ramón Díaz fue más Cabezón y lo ancló en San Lorenzo: a los poquitos meses, tras eliminar al equipo del Cholo de la Libertadores en el propio Monumental, con dos jugadores menos y luego de remontar un 0-2, el zurdo les mandaba “un saludo a los que manejan River”.
Y no se refería a la barra, claro. En el debut ante Gimnasia de Jujuy, dos sectores se enfrentaron en la terraza de la popular. Y en la tribuna de Vélez, minutos antes de enfrentar a Arsenal, hubo una batalla sangrienta. No había paz.
¿Qué había? “La gente tiene que saber a qué juega River”, era la máxima de un Simeone que se mostraba hiperkinético, porque su equipo no sabía a qué jugaba, pero iba al frente, empujaba, presionaba, apuraba, encaraba, ganaba y se acomodaba arriba en el Clausura mientras Boca, Estudiantes y San Lorenzo (que, en ese orden, terminarían escoltándolo) se dedicaban a la Copa.
¡Ah, la Copa! Una de las peores humillaciones, que reflotó fantasmas y apodos olvidados por décadas. Fue un momento atroz. Ahumada habló y se enterró. Humillado, el puntero pudo perder todo, ser goleado por Gimnasia. Apareció Ortega. La pidió cuando otros botines parecían hechos de brasas. Y dio la vuelta.
¡Dale campeón, dale camp…! Ortega “no llegó en condiciones” antes del cierre contra Banfield, el técnico lo excluyó del banco y el jujeño tiroteó: “Me voy de River por Simeone, que es un mala leche”. ¿Y la fiesta? Parecía irremontable. Era uno u otro. Pero Aguilar los reunió, el Burrito se disculpó, el Cholo le reiteró que no habría privilegios, lo ratificó como capitán… A las tres semanas, una madrugada de viernes, Ortega chocaba contra un surtidor mientras era filmado por una cámara de TV y, cuatro horas después, ni aparecía en el entrenamiento. Todo esto, apenas ocho días antes del arranque del Apertura: Ortega se resistía a internarse, amagaba con irse a jugar a Emiratos Arabes y terminaba en Mendoza.
Pero no, no era lo último que le faltaba a River…
Acumuló, uno detrás del otro, una docena de partidos sin ganar. Por primera vez, perdió con San Martín de Tucumán y se fue derrotado de Jujuy. En la séptima fecha, ya no peleaba por nada. Encima, también se iba mirando el piso en el segundo superclásico del año. Sólo le quedaba la Sudamericana. Pasó a un Defensor livianito, cayó 2-1 contra Chivas en Núñez y ¡en la revancha se puso 2-0 y le empataron! Se fue Simeone. Gabriel Rodríguez no logró apagar el incendio. River terminó último.
¿Más? Sí: ¿sabés quién salió campeón? ¡Y por diferencia de gol!

Buena nota de Ole, como de costumbre , no?:roll:

Un año absurdo de un River absurdo

:frowning:

RIVER padece un desgobierno total , gracias a papada y Cia :roll:

hablan solo del 2008 como año malo.que yo me acuerde en esta decada tuvimos año 2000 malo,año 2001 muy malo,año 2002 bochornoso,año2003 vergonzoso,año 2004 calamitoso,año 2005 horroroso,año 2006 espantoso,año 2007 humillante y 2008 apocaliptico.

año 2009¿?? 8|8|

:frowning: Que te hicieron River

[quote=“mati_elmasgrande, post:2, topic:65666”]

De campeón a último: River convivió con situaciones insólitas y la alegría por el título quedó perdida en medio de derrotas humillantes y el alejamiento de Ortega.

Fue campeón. Salió último. De tanto decirlo, pierde el sentido, la verdadera dimensión. Campeón. Ultimo. Hacía cuatro años que no festejaba. Hacía toda una vida que no se hundía tanto. River derribó barreras y terminó estrellado en este 2008, un año larguísimo, y no sólo por ser bisiesto. Convivió con situaciones insólitas, sufrió derrotas imborrables y quedó mareado, tambaleándose, mucho antes de llegar al último brindis.
Apareció Simeone con su cuchillo para hacerle cirugía mayor a un equipo que parecía no encontrar el fondo, aunque luego los límites se corrieron.
Los dirigentes quisieron repatriar a D’Alessandro, pero Ramón Díaz fue más Cabezón y lo ancló en San Lorenzo: a los poquitos meses, tras eliminar al equipo del Cholo de la Libertadores en el propio Monumental, con dos jugadores menos y luego de remontar un 0-2, el zurdo les mandaba “un saludo a los que manejan River”.
Y no se refería a la barra, claro. En el debut ante Gimnasia de Jujuy, dos sectores se enfrentaron en la terraza de la popular. Y en la tribuna de Vélez, minutos antes de enfrentar a Arsenal, hubo una batalla sangrienta. No había paz.
¿Qué había? “La gente tiene que saber a qué juega River”, era la máxima de un Simeone que se mostraba hiperkinético, porque su equipo no sabía a qué jugaba, pero iba al frente, empujaba, presionaba, apuraba, encaraba, ganaba y se acomodaba arriba en el Clausura mientras Boca, Estudiantes y San Lorenzo (que, en ese orden, terminarían escoltándolo) se dedicaban a la Copa.
¡Ah, la Copa! Una de las peores humillaciones, que reflotó fantasmas y apodos olvidados por décadas. Fue un momento atroz. Ahumada habló y se enterró. Humillado, el puntero pudo perder todo, ser goleado por Gimnasia. Apareció Ortega. La pidió cuando otros botines parecían hechos de brasas. Y dio la vuelta.
¡Dale campeón, dale camp…! Ortega “no llegó en condiciones” antes del cierre contra Banfield, el técnico lo excluyó del banco y el jujeño tiroteó: “Me voy de River por Simeone, que es un mala leche”. ¿Y la fiesta? Parecía irremontable. Era uno u otro. Pero Aguilar los reunió, el Burrito se disculpó, el Cholo le reiteró que no habría privilegios, lo ratificó como capitán… A las tres semanas, una madrugada de viernes, Ortega chocaba contra un surtidor mientras era filmado por una cámara de TV y, cuatro horas después, ni aparecía en el entrenamiento. Todo esto, apenas ocho días antes del arranque del Apertura: Ortega se resistía a internarse, amagaba con irse a jugar a Emiratos Arabes y terminaba en Mendoza.
Pero no, no era lo último que le faltaba a River…
Acumuló, uno detrás del otro, una docena de partidos sin ganar. Por primera vez, perdió con San Martín de Tucumán y se fue derrotado de Jujuy. En la séptima fecha, ya no peleaba por nada. Encima, también se iba mirando el piso en el segundo superclásico del año. Sólo le quedaba la Sudamericana. Pasó a un Defensor livianito, cayó 2-1 contra Chivas en Núñez y ¡en la revancha se puso 2-0 y le empataron! Se fue Simeone. Gabriel Rodríguez no logró apagar el incendio. River terminó último.
¿Más? Sí: ¿sabés quién salió campeón? ¡Y por diferencia de gol!

:frowning:

jesucristo.

cruda, aunque completamente real la nota de ole. sin concesiones para con este river absurdo de aguilar, armani y jugadores cagones.
superamos la humillacion del 66 contra peñarol y terminamos ultimos, cosa que ningun grande de otra parte del mundo ha hecho. nunca el real madrid, barcelona, milan, juventus, inter, manchester, bayern munich, etc. terminaron ultimos. tampoco boca ni independiente. que verguenza damos, por favor…
los medios no tienen porque ser contemplativos con este presente tetrico.

Todo dicho. Más claro echale agua.

noo, pesimo balance del 2008

2008 un año nefasto, simbolo de la gestion Aguilar - Foro Monumental - River Plate - La Página Millonaria

-Aguilar nunca intento traer a D’alessandro, Simeone si lo queria pero ek gordo se hizo el salame

Quisera ver una nota DONDE DESTAQUEN TODOS LOS ACONTECIMIENTOS
que rodearon ESTE CAMPEONATO DE BOCA…
desde las peleas internas, las mentiras, los ocultamientos, hasta las dudas que otorgó
la finalización del torneo.
Las dudas de los arbritros, el sorteo, eetc etc.

Para la crítica hacia River Olé es muy bueno…

SON UNOS H DE P.

muchachos no se puede pretender elogios en un año como este

la solucion es facil…miles de hinchas de River violentos en las calles serian imparables…matemos a todos estos chorros y listo

la triste verdad

Campeón sin penales. Último sin expulsados. Nada más absurdo que este River.

riverextremista es un asesino encubierto;)

EL 2008 SERA RECORDADO POR SER UNO DE LOS PEORES AÑOS DE RIVER…