En la previa de lo que vá a ser Rambo: Last Blood.
P: La película es muy violenta, ¿Cuáles fueron las conversaciones que tuviste con el director sobre lo que era apropiado mostrar y lo qué no?
R: Cuando te enfrentas a situaciones de este tipo en el rodaje muchas personas pueden resultar heridas, normalmente yo. Creo que un día voy a tener una sala personal en el hospital Cedars Sinai por la cantidad de ocasiones que acabo en urgencias. Creo que la van a llamar el Ala de Rambo. Pero hablemos de la violencia. Hay violencia hollywoodiense que es la que aparece en anuncios de Budweisser y luego está la violencia real. Si la estudias, como he hecho yo, y ves lo que viven día a día los policías arriesgando su propia vida frente a alguien que quiere dispararlos, entiendes de lo que hablo. Es terrible. Lo que ves en este filme es real, lo que significa un disparo con un arma de calibre 50 y como no deja nada. Queríamos mostrar las secuelas de la guerra y la realidad de estos soldados que nunca superan el trauma de haberse comprometido con la guerra, porque viven condenados por esa promesa. Es horrible, pero no quiero mentir sobre esta realidad. Si vas a ver una película de Rambo, debes esperar que sea incomoda cuando se trata de mostrar asesinatos. Hacen falta nueve balas para matar a alguien, no es fácil matar a quien está luchando por su vida. He intentado mostrar la guerra tal y como es.
P: Rambo no tiene familia, pero a través de su sobrina vemos que abre sus sentimientos. ¿Cómo llegó a esa idea en el guión?
R: La verdad John no tiene capacidad ni para cuidar de una mascota. No puede concentrarse en nada que no sea él. Por eso esta historia es tan profunda, es la primera vez que vemos al personaje abrirse, preocuparse por otra persona y mostrar un poco de amor. Siempre pensé que Rambo en su adolescencia (y me encantaría que alguien hiciera una precuela), era la mejor persona que podías encontrar; el capitán de su equipo, el más popular del colegio, súper atleta, pero la guerra lo cambió. Lo hemos visto antes, el tipo perfecto que cuando regresa de la guerra no puede ni cuidar de sí mismo y mucho menos de alguien más. Eso molesta.
P: ¿Por qué decidiste volver a rodar otra entrega de Rambo?
R: He intentado incorporar lo que otras personas sienten por el personaje. No sé de dónde surge pero es impresionante la relación del publico con Rambo. Cuando no queda nada y has arrancado por completo el corazón de un hombre, nos enfrentamos a alguien que se deja llevar por sus impulsos primitivos y por su rabia. Sin embargo, entendemos que realmente lo que desea es ser amado. Creo que ahí nace gran parte de la importancia de un personaje que ha estado fuera de combate durante décadas y regresa despertando la curiosidad del publico. Es algo realmente sorprendente pero esa dinámica entre los instintos primitivos y su deseo por ser amado atrapa a la audiencia
P: La película es muy violenta, ¿Cuáles fueron las conversaciones que tuviste con el director sobre lo que era apropiado mostrar y lo qué no?
R: Cuando te enfrentas a situaciones de este tipo en el rodaje muchas personas pueden resultar heridas, normalmente yo. Creo que un día voy a tener una sala personal en el hospital Cedars Sinai por la cantidad de ocasiones que acabo en urgencias. Creo que la van a llamar el Ala de Rambo. Pero hablemos de la violencia. Hay violencia hollywoodiense que es la que aparece en anuncios de Budweisser y luego está la violencia real. Si la estudias, como he hecho yo, y ves lo que viven día a día los policías arriesgando su propia vida frente a alguien que quiere dispararlos, entiendes de lo que hablo. Es terrible. Lo que ves en este filme es real, lo que significa un disparo con un arma de calibre 50 y como no deja nada. Queríamos mostrar las secuelas de la guerra y la realidad de estos soldados que nunca superan el trauma de haberse comprometido con la guerra, porque viven condenados por esa promesa. Es horrible, pero no quiero mentir sobre esta realidad. Si vas a ver una película de Rambo, debes esperar que sea incomoda cuando se trata de mostrar asesinatos. Hacen falta nueve balas para matar a alguien, no es fácil matar a quien está luchando por su vida. He intentado mostrar la guerra tal y como es
P: Te mantienes en una forma increíble, ¿Cuál es tu preparación física?
R: En mi dieta hay toneladas de helado, aunque no me creas. Trato de comer lo mismo cada día, Lo llamo la mentalidad del jinete de carreras, porque cuando ellos entrenan buscan velocidad y energía, no músculo. Trato de ingerir la misma cantidad cada día para mantener el cuerpo en su punto de energía. Pero no lo recomiendo porque se me ve muy bien pero no es nada divertido
P: Volviendo al primer Rambo, a los años 80, ¿Alguna vez pensaste durante el estreno que iba a convertirse en un icono durante décadas?
R: No, para nada. Esa película me pareció tan mala cuando la rodamos que quise comprarla. No es una broma. Nadie creía en un personaje que atacaba su propio país. Una vez que estuvo terminada, la cortamos de tres horas en una hora y treinta y cinco minutos porque creo que las películas de Rambo deben ser cortas. Lo que hice fue editar 20 minutos y meterme a presentarlos en una habitación llena de extraños en un ultimo intento de que algún distribuidor la comprara. Fue un acto de fe porque era un actor arruinado. De pronto, ante ellos, descubrí que la película funcionaba y eso fue el principio de la historia. Un principio terrible, pero esa es la historia de mi vida, todo lo que empieza bien termina mal y lo que no empieza bien termina genial.
P: ¿Cuánto de tu propia vida has incluido en el filme? ¿Alguna vez has intimidado a los amigos de tus hijas como haces con tu sobrina?
R: Sí, por supuesto. Les intimido todo el tiempo, a veces, sin querer, me quedo mirándoles intensamente y alguna de mis hijas me tiene que dar un codazo enfadada. Luego me preguntan por qué lo hago y no sé qué decirles. Creen que soy malvado, pero no puedo evitarlo. Hago una cosa que es “la prueba de estrujarles la mano”. Les saludo y les doy la mano apretando muy fuerte. Puedo ver su cara cambiando de color, y ellos, que quieren ser perros alfa, tratan de aguantar. Me divierto mucho haciendo eso. Cuando tienes hijas vives con temor por ellas, es algo constante y veo mi actitud como una forma de locura pasajera, mientras están creciendo.
P: ¿Cómo puede un hombre de acción vivir rodeado de mujeres en casa?
R: No es fácil. Me he dado cuenta que si ellas tuvieran más musculatura, yo estaría en problemas. Pierdo todos los argumentos, nunca tengo razón, cada mueble que elijo es el peor, es muy curioso y muy divertido. Es imposible estar rodeado de cinco mujeres y no entender que vas a perder cada vez que hagas algo o abras la boca. Me he dado cuenta que soy un perdedor cuando estoy con ellas.
P: Esta es una película cercana a tu corazón, pensaste en algún momento en contratar a alguna de sus hijas
R: Ellas siempre han querido estar en mis películas, pero les he dicho que en este caso era imposible porque se parecen demasiado a mí. No seria justo con el personaje. Les he dicho que si quieren ser actrices, deben estar preparadas porque es una decisión increíblemente difícil de tomar. A esta carrera no puedes entrar a medias. Este es un trabajo a tiempo completo. Tienes que dar todo de ti. Tu corazón se va a romper muchas, muchas veces porque es una industria muy particular, si un abogado tiene un mal día con un juez no importa tanto que si alguien viene a decirte a la cara que eres un fracasado. En esta profesión tú eres la mercancía. Te van a decir que no eres bueno, que no vales lo suficiente y cada vez que te lo dicen duele. A mí me lo han dicho en muchas ocasiones y sigue doliendo. Te hacen pedazos el alma, luego lo vuelve a unir y te vuelven a despedazar y así constantemente. Aunque te vaya medio bien no hay garantías. Todos los actores deben estar preparados para pasar temporadas en el infierno. Yo les dije en este rodaje que se fueran a montar a caballo y se divirtieran. Ellas siguen pensando en ser actrices, pero yo no se lo recomiendo a menos que no puedan controlar su pasión por la interpretación.