Todos unidos triunfaremos

BASTA DE VIOLENCIA

En un hecho inédito, los capos de las barras de 27 clubes de la A a la D acordaron en el buffet de Platense un pacto antiviolencia. ¿Se podrá creerles?
GUSTAVO GRABIA | ggrabia@ole.com.ar

“Para saber si un tipo es rengo, hay que verlo caminar”, dice un hombre de Seguridad que remeda a Juan Domingo Perón y prefiere el anonimato. Su frase viene a cuento de un hecho inédito que a algunos les pone los pelos de punta y a otros les da esperanza: más de 100 barras de 27 equipos de todas las categorías se reunieron en el buffet del club Platense para acordar un plan antiviolencia que permita que haya paz en el fútbol argentino y, a partir de ello, conseguir otros objetivos: que vuelva el público visitante en el Ascenso, que se amplíe el cupo del 50% en Primera y que se les permita reconvertirse en preventores (una especie de seguridad privada en medio de la popular), lugar en el que dicen tener más respeto que la Policía. A cambio proponen blanquear a todos los integrantes de las barras para que estén debidamente identificados y se acogen al lema de tolerancia cero para quien cometa un delito (dicen que van a entregarlo ellos). Ante el caos que se vive en las canchas y la ausencia del Estado en el tema (la prohibición de público visitante en el Ascenso es la prueba más cabal de su capitulación), a muchos les parece plausible. A otros, en cambio, les preocupa si esta redención va en serio o es una simple puesta en escena para no perder poder en un área que mueve mucho dinero y que cuenta con favores del poder político. La pregunta del millón es siempre la misma: ¿se podrá creerles a quienes hasta ayer nomás eran los jinetes del Apocalipsis?

El cónclave fue el martes a las 21 y duró hasta las 23. Entre los más famosos estaban Bebote de Independiente, Torugo y Volador del Lobo Platense, el Negro Fiorucci de Tigre, Fabián, lider de la barra de Estudiantes de La Plata, uno de los hermanos Cone y el Bocón de Huracán, Miguel de Banfield y Julito y Diego de Lanús. Pero lo más notable fue ver a tres peso pesados de la violencia en las tribunas del Interior, que sortearon los cortes de ruta y dijeron presente: Pillín Bracamonte de Central, el Loco Cohen de Newell’s y Gambita, jefe de los Tatengues. La lista, claro, muestra varios nombres con causas judiciales en proceso y reconocidas historias de aprietes y actos delictivos en el tablón. Por eso la pregunta del millón es la misma: ¿se podrá creerles?

En la reunión no hubo gente de Boca (Mauro Martín había prometido ir pero ese día se entregó a la Justicia), River (Joe pegó el faltazo), San Lorenzo, y Vélez. Racing no estuvo pero mandó su adhesión. Y tuvo aristas curiosas. Había 30 mesas cada una con cuatro sillas, donde se ubicaban los representantes de cada barra. Así, fueron pocos los que se mezclaron y entre algunos, de conocida animosidad (como Chicago y Tigre, por caso) ni se dirigieron la palabra. El moderador principal fue Bebote, quien expuso los lineamientos básicos (no agarrarse a trompadas, no generar disturbios en los traslados, no suspender partidos) y como el resto dijo que debía analizar el tema y hablarlo con su gente, se pasó a un cuarto intermedio. “La idea es firmarlo antes del comienzo del nuevo torneo y que los organismos de Seguridad sean veedores. Los polis hablan con nosotros. Bueno, blanqueemos todo y el que se porta mal, adentro”, le dijo uno de los barras participantes a Olé.

El plan, que en cualquier país organizado sonaría descabellado, aquí es analizado como posible solución ante la anarquía reinante. De hecho, no se juntaron en un lugar secreto sino en un club con historia. “Yo les tengo alergia a los barras. Pero se nos pidió un lugar, nos explicaron el motivo y nos pareció correcto cederlo. Ojalá no nos defrauden”, dijo Adolfo Donzelli, titular de Platense a Olé. Más allá de Donzelli, la dirigencia cree que ésta puede ser una salida. Bienvenidos, amigos, a la Argentina de las oportunidades modelo siglo XXI.

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BASTA DE VIOLENCIA

En un hecho inédito, los capos de las barras de 27 clubes de la A a la D acordaron en el buffet de Platense un pacto antiviolencia. ¿Se podrá creerles?
GUSTAVO GRABIA | ggrabia@ole.com.ar

“Para saber si un tipo es rengo, hay que verlo caminar”, dice un hombre de Seguridad que remeda a Juan Domingo Perón y prefiere el anonimato. Su frase viene a cuento de un hecho inédito que a algunos les pone los pelos de punta y a otros les da esperanza: más de 100 barras de 27 equipos de todas las categorías se reunieron en el buffet del club Platense para acordar un plan antiviolencia que permita que haya paz en el fútbol argentino y, a partir de ello, conseguir otros objetivos: que vuelva el público visitante en el Ascenso, que se amplíe el cupo del 50% en Primera y que se les permita reconvertirse en preventores (una especie de seguridad privada en medio de la popular), lugar en el que dicen tener más respeto que la Policía. A cambio proponen blanquear a todos los integrantes de las barras para que estén debidamente identificados y se acogen al lema de tolerancia cero para quien cometa un delito (dicen que van a entregarlo ellos). Ante el caos que se vive en las canchas y la ausencia del Estado en el tema (la prohibición de público visitante en el Ascenso es la prueba más cabal de su capitulación), a muchos les parece plausible. A otros, en cambio, les preocupa si esta redención va en serio o es una simple puesta en escena para no perder poder en un área que mueve mucho dinero y que cuenta con favores del poder político. La pregunta del millón es siempre la misma: ¿se podrá creerles a quienes hasta ayer nomás eran los jinetes del Apocalipsis?

El cónclave fue el martes a las 21 y duró hasta las 23. Entre los más famosos estaban Bebote de Independiente, Torugo y Volador del Lobo Platense, el Negro Fiorucci de Tigre, Fabián, lider de la barra de Estudiantes de La Plata, uno de los hermanos Cone y el Bocón de Huracán, Miguel de Banfield y Julito y Diego de Lanús. Pero lo más notable fue ver a tres peso pesados de la violencia en las tribunas del Interior, que sortearon los cortes de ruta y dijeron presente: Pillín Bracamonte de Central, el Loco Cohen de Newell’s y Gambita, jefe de los Tatengues. La lista, claro, muestra varios nombres con causas judiciales en proceso y reconocidas historias de aprietes y actos delictivos en el tablón. Por eso la pregunta del millón es la misma: ¿se podrá creerles?

En la reunión no hubo gente de Boca (Mauro Martín había prometido ir pero ese día se entregó a la Justicia), River (Joe pegó el faltazo), San Lorenzo, y Vélez. Racing no estuvo pero mandó su adhesión. Y tuvo aristas curiosas. Había 30 mesas cada una con cuatro sillas, donde se ubicaban los representantes de cada barra. Así, fueron pocos los que se mezclaron y entre algunos, de conocida animosidad (como Chicago y Tigre, por caso) ni se dirigieron la palabra. El moderador principal fue Bebote, quien expuso los lineamientos básicos (no agarrarse a trompadas, no generar disturbios en los traslados, no suspender partidos) y como el resto dijo que debía analizar el tema y hablarlo con su gente, se pasó a un cuarto intermedio. “La idea es firmarlo antes del comienzo del nuevo torneo y que los organismos de Seguridad sean veedores. Los polis hablan con nosotros. Bueno, blanqueemos todo y el que se porta mal, adentro”, le dijo uno de los barras participantes a Olé.

El plan, que en cualquier país organizado sonaría descabellado, aquí es analizado como posible solución ante la anarquía reinante. De hecho, no se juntaron en un lugar secreto sino en un club con historia. “Yo les tengo alergia a los barras. Pero se nos pidió un lugar, nos explicaron el motivo y nos pareció correcto cederlo. Ojalá no nos defrauden”, dijo Adolfo Donzelli, titular de Platense a Olé. Más allá de Donzelli, la dirigencia cree que ésta puede ser una salida. Bienvenidos, amigos, a la Argentina de las oportunidades modelo siglo XXI.

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Pacto Anti Violencia - Foro Monumental - River Plate