La terna arbitral de Lamadrid-Luján se tomó a golpes en el vestuario
Esta tarde en Devoto, el árbitro principal Antonio Amato y el línea Daniel Rebuscini (ambos de la Asociación Argentina de Arbitros) terminaron a las trompadas contra el otro asistente, Gastón Fernández Landa (del SADRA) que fue hospitalizado con un corte debajo de su ojo izquierdo y quedó demorado. Al término del partido que ganó el Carcelero por 2-1, Rebusini fue detenido por la policía.
Insólito. En el vestuario, en el entretiempo del partido entre Lamadrid y Luján por la Primera C, la terna arbitral se tomó a golpes de puño. El árbitro principal, Antonio Amato, y el línea Daniel Rebuscini (ambos de la Asociación Argentina de Arbitros) se agarraron a las trompadas contra el otro asistente, Gastón Fernández Landa (del SADRA). ¿Los motivos? Celos, plata y un conflicto gremial.
A Fernández Landa se lo vio inquieto minutos antes del comienzo del partido. El línea estaba disconforme con su designación a un partido de la Primera C. Sin embargo, el primer tiempo fue dirigido con normalidad por la terna arbitral. En el entretiempo, las acusaciones entre los dos árbitros de la AAA y el del SADRA se empezaron a cruzar en el vestuario. La palabra que detonó la pelea fue "coimero", según algunos testigos sorprendidos por lo que pasaba en el vestuario de los árbitros que tenía la puerta entreabierta por el calor[i].
“Se revolearon de todo”, dijo una de las personas encargada en la mantención del estadio que estaba en el pasillo. Hubo golpes de puño y Fernández Landa terminó en el hospital con un corte debajo del ojo izquierdo. Mientras tanto, Amato y Rebuscini salieron a dirigir el segundo tiempo. El ataque de Luján quedó sin custodio en la línea de cal, mientras que Rebuscini se encargó de marcar el de Lamadrid, que se quedó con la victoria por 2-1.
En el hospital, un oficial de la Comisaría 45 de Devoto quedó custodiando a Fernández Landa, que fue demorada. Y al término del partido, Rebuscini fue detenido por la policía. Amato, aparentemente exento de cargos, deberá ir a declarar.
La terna arbitral de Lamadrid-Luján se tomó a golpes en el vestuario
Esta tarde en Devoto, el árbitro principal Antonio Amato y el línea Daniel Rebuscini (ambos de la Asociación Argentina de Arbitros) terminaron a las trompadas contra el otro asistente, Gastón Fernández Landa (del SADRA) que fue hospitalizado con un corte debajo de su ojo izquierdo y quedó demorado. Al término del partido que ganó el Carcelero por 2-1, Rebusini fue detenido por la policía.
Insólito. En el vestuario, en el entretiempo del partido entre Lamadrid y Luján por la Primera C, la terna arbitral se tomó a golpes de puño. El árbitro principal, Antonio Amato, y el línea Daniel Rebuscini (ambos de la Asociación Argentina de Arbitros) se agarraron a las trompadas contra el otro asistente, Gastón Fernández Landa (del SADRA). ¿Los motivos? Celos, plata y un conflicto gremial.
A Fernández Landa se lo vio inquieto minutos antes del comienzo del partido. El línea estaba disconforme con su designación a un partido de la Primera C. Sin embargo, el primer tiempo fue dirigido con normalidad por la terna arbitral. En el entretiempo, las acusaciones entre los dos árbitros de la AAA y el del SADRA se empezaron a cruzar en el vestuario. La palabra que detonó la pelea fue "coimero", según algunos testigos sorprendidos por lo que pasaba en el vestuario de los árbitros que tenía la puerta entreabierta por el calor[i].
“Se revolearon de todo”, dijo una de las personas encargada en la mantención del estadio que estaba en el pasillo. Hubo golpes de puño y Fernández Landa terminó en el hospital con un corte debajo del ojo izquierdo. Mientras tanto, Amato y Rebuscini salieron a dirigir el segundo tiempo. El ataque de Luján quedó sin custodio en la línea de cal, mientras que Rebuscini se encargó de marcar el de Lamadrid, que se quedó con la victoria por 2-1.
En el hospital, un oficial de la Comisaría 45 de Devoto quedó custodiando a Fernández Landa, que fue demorada. Y al término del partido, Rebuscini fue detenido por la policía. Amato, aparentemente exento de cargos, deberá ir a declarar.
