Carrasco, el hombre que sueña en Uruguay
Juan Ramón Carrasco es, antes que nada, un enamorado del fútbol. Más específicamente aún: del fútbol ofensivo, ambicioso, osado. Y se entiende, ciertamente: él jugaba así. Fue un volante de tranco cansino, de espíritu indomable, de buen panorama, de manejo prolijo, de llegada permanente y de una pegada excepcional. Y arribó de su Uruguay natal a River allá por los finales de la década del 70. Estuvo entre el 79 y el 80 (43 partidos, 15 goles, 3 títulos) y dejó su sello particular: más allá de su fútbol, de aquella dupla explosiva que formó justamente con Ramón Díaz (golearon 5-2 a Boca en la Bombonera, con dos gritos de cada uno), se peleó con Angel Labruna y le discutió el puesto a Norberto Alonso.
Hoy, que su nombre aparece en la nómina de candidatos para dirigir a River, Carrasco anda por los 51 años y conduce técnicamente a otro River, el de Montevideo (su contrato termina en unos días). ¿Qué tipo de entrenador es? Uno que prioriza el juego de ataque, que quiere que se trate bien a la pelota, que le da libertad a sus jugadores de tres cuartos en adelante, que busca -ante tanta audacia- no desguarnecerse atrás ni perder el equilibrio. O sea: el fútbol que enmarca la historia de River.
¿Cuáles son las contras? Carrasco es el tipo polémico de siempre, el que ya era como futbolista. Nunca se calla la boca. Y su fuerte personalidad suele llevarlo a chocar con periodistas o con dirigentes (le sucedió cuando fue el seleccionador de Uruguay). Son las cosas que se escriben en el debe.
Si River lo convoca, Carrasco llevaría a Antonio Alzamendi como ayudante y tentaría a Ubaldo Fillol (hoy en la Selección argentina) para sumarlo al cuerpo técnico. Por ahora, Juan sueña en Montevideo.
Carrasco, el hombre que sueña en Uruguay
Juan Ramón Carrasco es, antes que nada, un enamorado del fútbol. Más específicamente aún: del fútbol ofensivo, ambicioso, osado. Y se entiende, ciertamente: él jugaba así. Fue un volante de tranco cansino, de espíritu indomable, de buen panorama, de manejo prolijo, de llegada permanente y de una pegada excepcional. Y arribó de su Uruguay natal a River allá por los finales de la década del 70. Estuvo entre el 79 y el 80 (43 partidos, 15 goles, 3 títulos) y dejó su sello particular: más allá de su fútbol, de aquella dupla explosiva que formó justamente con Ramón Díaz (golearon 5-2 a Boca en la Bombonera, con dos gritos de cada uno), se peleó con Angel Labruna y le discutió el puesto a Norberto Alonso.
Hoy, que su nombre aparece en la nómina de candidatos para dirigir a River, Carrasco anda por los 51 años y conduce técnicamente a otro River, el de Montevideo (su contrato termina en unos días). ¿Qué tipo de entrenador es? Uno que prioriza el juego de ataque, que quiere que se trate bien a la pelota, que le da libertad a sus jugadores de tres cuartos en adelante, que busca -ante tanta audacia- no desguarnecerse atrás ni perder el equilibrio. O sea: el fútbol que enmarca la historia de River.
¿Cuáles son las contras? Carrasco es el tipo polémico de siempre, el que ya era como futbolista. Nunca se calla la boca. Y su fuerte personalidad suele llevarlo a chocar con periodistas o con dirigentes (le sucedió cuando fue el seleccionador de Uruguay). Son las cosas que se escriben en el debe.
Si River lo convoca, Carrasco llevaría a Antonio Alzamendi como ayudante y tentaría a Ubaldo Fillol (hoy en la Selección argentina) para sumarlo al cuerpo técnico. Por ahora, Juan sueña en Montevideo.
Con los jugadores camarilleros que hay en River y la prensa Tirabombas de este pais JRC dura menos que botellita de agua mineral en la creamfields… :lol:
TENES RAZON. el uruguayo es un futbol de mierda, lo demostro el miercoles en el partido con brasil. siempre fue un futbol contaminado y ahora con botnia peor. que no venga.