Algo que escribi en la web:
Palpitando el Superclásico
Ya quedó atrás la derrota con Argentinos, desde ahora, la mente está puesta en el domingo. Contra Boca, es el partido a ganar, y la gente ya lo demostró. Las localidades están totalmente agotadas y la expectativa es inmensa, nadie quiere quedarse afuera. Ante un marco excepcional, River y Boca se enfrentan este domingo, desde las 14.10.
Esta claro que es un partido aparte, poco importa como llegan ambos equipos. El Superclásico es un campeonato aparte, y quien lo pierda, no tendrá su revancha por un largo tiempo.
En este tipo de partidos, las quejas y los reclamos quedan de lado, solo esta permitido alentar, y dejar las gargantas en las tribunas. Desde temprano las tribunas empezaran a poblarse, y en el transcurso del ST de la reserva, el ida y vuelta con los primos empezará a darle el ‘plus extra’ que tienen esta clase de partidos. “Borombom borombom, el que no salta, no es tricampeón”, “Llena la cancha la put* que te pario”, “Yo te voy a enseñar (2), che bostero de mierd* quien es el hijo y quien el papa”, entre otros hits, seguramente se harán escuchar desde la Sivori, la Belgrano y la San Martín.
Cercanas las 14 horas del domingo, las palpitaciones comenzarán a acelerarse expectantes de la salida de los equipos, “River, mi buen amigo, esta campaña volveremo’ a estar contigo” será el himno unánime en el Monumental. Finalmente los equipos salen a la cancha, y a sufrir se ha dicho, mientras el resultado sea favorable, los minutos son eternos, en cambio, si los favorecidos con el marcador son ‘los otros’, el tiempo parece volar, y los minutos parecen segundos.
A las 16.20 otra será la historia, con 3 posibles desenlaces. Ante el empate, seguramente no nos encontremos con un plano alentador, en la mente de la gente, la única posibilidad que cabe es la de la victoria. Con la derrota, muchos podrán imaginarse como terminaría la historia, más de uno pedirá que se empiecen a “cortar cabezas”. Y por supuesto, de ganar el clásico, se desencadenará un festejo prolongado durante varias horas, como ya es costumbre después de cada victoria contra Boca. Ese mismísimo hall, que últimamente estuvo teñido de nefastos acontecimientos, se vestirá de rojo y blanco esperando a que los fanáticos bajen de sus respectivas tribunas para instalarse allí por unas horas.
No hay palabras para describir la ansiedad que tiene uno en estas horas previas. Muchos no saldrán el sábado a la noche con la idea de madrugar y “arrancar” bien temprano, otros tantos seguirán de largo, ya que de quedarse en sus casas, les será imposible pegar un ojo, o en sus cabezas solamente soñaran e imaginarán a Falcao cabeceando en el último minuto para estampar el 4-3 definitivo. El horario se adelantó por el partido de Los Pumas, y en consecuencia, habrá que adelantar el almuerzo, o en su defecto, desayunar y partir para Núñez.
En estos momentos no hay más palabras, el sábado a la noche empezamos a separar la camiseta para el domingo, y a partir de ese momento, entramos en la dulce espera… “Vamos millonario, vamos a ganar, Vamos millonario, vamos a ganar, los bosteros son amargos, son amargos de verdad!”