El día que el contrato en el fútbol firmó su certificado de defunción
El caso del jugador Andrew Webster crea jurisprudencia en el mundo del fútbol: un jugador que decida romper su contrato de forma unilateral con un club tendrá que pagar una indemnización igual o similar al resto del salario estipulado en su contrato.
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Contra todo lo que podía suponerse, por el grado polémico de la decisión, la sentencia que tomó el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) el 31 de enero, todavía no explotó fuerte en el mundo del fútbol, pero está todo dado para que suceda, puesto que es una decisión sin precedentes.
La “Sentencia Webster” tiene como principal consecuencia que un jugador que decida romper su contrato de forma unilateral con un club (siempre respetando los períodos de protección establecidos por la legislación de la FIFA), tendrá que pagar una indemnización igual o similar al resto del salario estipulado en su contrato, nada más. Para el cálculo de esa indemnización no se ha tenido en cuenta ni la cantidad pendiente de pago por el traspaso del jugador, ni su valor en el mercado, ni los daños y perjuicios que se pudieran ocasionar.
Es decir, lisa y llanamente, que los contratos firmados entre club y jugador no tendrán prácticamente ninguna validez, nada más será un trámite ceremonial, ya que con un simple pago de una “multa”, el jugador podrá rescindir su contrato con el equipo en cuestión.
Andrew Webster (jugador del que recibe su nombre la sentencia) era jugador del equipo escocés Hearts cuando recibió una oferta del equipo inglés Wigan, por lo que decidió unilateralmente rescindir su convenio antes del plazo. El contrato contemplaba una cláusula de rescisión e indemnización por cuyo motivo la FIFA le condenó al jugador reparar los daños al club con el pago de 870.000 euros. Sin embargo, ante la apelación del jugador, la TAS anuló el veredicto de la FIFA y redujo la multa a 200.00 euros, exactamente el valor de sus haberes por lo que le restaba de contrato.
El caso Webster no tuvo mucha notoriedad porque el jugador no es una estrella del fútbol mundial (hoy está cedido por el Wigan, en el Glasgow Rangers), pero habrá que esperar a lo que suceda cuando jugadores como Cristiano Ronaldo, Lionel Messi o Kaká, reciban ofertas que lo tienen. En sus respectivas decisiones ¿Primará el amor por la camiseta, o por el dinero?
Cada vez mas complicado para los clubes de sudamerica poder retener buenos jugadores