Por Leo Farinella
Simeone es un enamorado de una forma de ver el fútbol que, excepto por su vocación por el triunfo, no se corresponde con el paladar del hincha de River. Pero esa convicción produjo un contagio que posibilitó que un plantel de medio pelo, que venía de un fracaso tras otro, acumulara otro año de sinsabores pero salpicado con un título, que a esta altura es importantísimo. Simeone es un técnico que está en período de aprendizaje todavía, como todos nosotros en cada una de nuestras actividades, pero que hoy por hoy es demasiado para un River desdibujado, depreciado, escuálido. Hoy no hay Carrizos, Demichelis, Mascheranos, D’Alessandros ni Cavenaghis, somos un equipito, con ningún jugador por el que se peleen equipos importantes del mundo, a menos que se trate de un negociado difícil de explicar.
Ya lo escribí varias veces, pero nunca ha sido tenido en cuenta: la actual dirigencia de River no sabe comprar jugadores, no sabe formar planteles, no sabe de fútbol lo que hay que saber para conducir River. Año a año el plantel se ha ido deteriorando y lo único que falta ahora es que se vuelvan a apoyar en el bastón de Ortega… Sufriremos un año más por lo menos, vaya a saber cuánto llevará la reconstrucción. ¿Recuerdan las famosas tres patas del fútbol? Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes… Sin el DT, el mal sigue adentro.
Bueno, por fin una critica a la dirigencia, bien por el gordo, q de futbol no caza una tampoco pero bueno.
Saludos.