A pesar del anuncio del presidente ruso, Dimitri Medvedev, de impulsar una amplia reforma política para aplacar el ánimo social, decenas de miles de personas se manifestaron en Moscú contra la victoria del partido oficial que encabeza Vladimir Putin en las elecciones legislativas del 4 de diciembre, que la oposición considera fraudulentas.
El movimiento de contestación aseguró que al menos 120.000 personas salieron a las calles de la capital rusa, mientras que la policía sólo confirmó la asistencia de 29.000 manifestantes, según informó en un comunicado. La avenida Sajarov, en el centro de Moscú, que puede acoger entre 55.000 y 60.000 personas, presentaba un goteo constante de gente entrando y saliendo.
La oposición consiguió el apoyo de destacadas personalidades de la sociedad rusa, desde escritores, músicos, periodistas y políticos, hasta el famoso jugador de ajedrez Garry Kasparov, que acudió a la avenida Sajarov. Pese a no manifestarse, el padre de la Perestroika, Mijail Gorbachov, pidió al gobierno “reconocer que ha habido muchas falsificaciones y manipulaciones” en las elecciones y reclamó un nuevo escrutinio.
Este movimiento de oposición sin precedentes desde la llegada al poder de Vladimir Putin en 2000 se ha organizado por internet, movilizando tanto a partidos nacionalistas, de extrema izquierda, liberales, asociaciones, ONG y personas populares en el mundo de la cultura y de la televisión del país.
Los opositores recibieron el apoyo del Consejo Consultativo para los Derechos Humanos en el Kremlin, quien ha criticado con dureza el fraude en las elecciones del 4 de diciembre. El Consejo señaló en un comunicado que es “necesario adoptar una nueva legislación electoral con el objetivo de organizar sobre esta base elecciones legislativas anticipadas”, debido a las “falsificaciones”.
La ola de descontento que azota Rusia coincide con el propósito de Putin de optar a la reelección de la presidencia, que dejó en 2008.
Ambito
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