El reclamo del estudiante empezó en el mandato de Michelle Bachelet, no en el de Piñera, así que eso de la movida de la oposición sería una errada teoría. Errada teoría de pensar también que el modelo de educación fue implementado por la izquierda, cuando viene de la época del señor Pinochet. Ahora, más allá del grado de culpabilidad o no que pudiera tener el gobierno actual en dicha reforma educacional, habría que ver del modo en que se está regularizando o manipulación la solución. Con Bachelet, no había la represión que hoy en día se ve; podían protestar, había más acceso al diálogo, a la posibilidad de pactar algún acuerdo, por más que la problemática de raíz no se fuera a solucionar. ¿Qué pasó ahora? Hay represión, desvinculación, medidas de aprieto a través de terceros para poder impulsar la decaída del movimiento, sin acceso a negociar nada de nada; el diálogo se abre para defender y sellar, pero no para empatizar, nada más.
El otro día, pasé por fuera de la Universidad de Chile y del instituto nacional, pioneros del movimiento estudiantil en Chile, en dónde habían habilitadas mesas de información y solicitud que ellos administraban, en dónde se le dió mención a las medidas que se están queriendo implantar para hacer decaer al movimiento; no pagar sueldos a auxiliares y trabajadores del medio estudiantil, quitar beneficios y eliminar alianzas con el estado, para así forzar a los colegios a reingresar a clases. ¿Qué clase de medida es esa?.
Por otro lado, la televisión, los medios y demás potencian lo que quieren mostrar y ocultan la verdadera identidad. ¿Tu sabés cuánta gente va a la marcha estudiantil? Han llegado a ir 120.000 a 150.000 personas. Y de ellos ¿Sabés cuántos han sido los detenidos? 100 cuando mucho. Con ello no estoy diciendo que ese porcentaje, por aún muy menor que sea, debiera existir. Pero, habría que considerar que el propósito, el objetivo y la implantación de la movilización está muy lejos de ser un acto de delincuencia. En la marcha no sólo participan estudiantes del secundario y de la facultad, sino también profesores, relacionadores de empresas fiscales, municipios curriculares, etcétera.
En fin, el estudiante no sólo está protestando a través del lanzamiento de una piedra o el daño a un local del centro comercial, el estudiante no sólo está protestando a través del caminar, cantar, alzar una bandera y levantar la voz. El estudiante está protestando a través de un proyecto, de un plan de reformulación, de un diseño estudiado, analizado y masificado por medio de la información. La petición del estudiante va muchísimo más allá del valor dinero a pagar en la totalidad, va más allá de la regularización de endeudamiento que pudiera tener, va más allá de reducir costos y aplicarlo sólo al concepto economía. El estudiante está aplicando una reformulación de beneficios que aluden desde el factor monetario al factor normalizador curricular y laboral; la utilidad del profesor en su licenciatura, correlacionalidad de horas de trabajo con contenidos a implantar, fiscalización de beneficios y alternativas al momento de diseñar planes de integración educacionales con lo que eso conlleva; reconocimiento de los municipios con profesiones que deberían ser establecidas como tales sin necesidad de aprobar una mención; psicopedagogía y educación diferencial, por ejemplificar.
Es fácil repetir de oído, más aún cuando la información extraída es masificada por el mismo canal del gobierno.