-¿Qué otro equipo te gusta?
-(piensa) Lanús. Lanús y. a ver. eh.
-No hay más, ¿no?
-(silencio largo) No. No, ¿no?
-¿Y River?
-¿River?
-River. El que ganó la Libertadores. El River de las cinco copas. ¿Te gusta?
-Ehhh. River fue. es. Un equipo muy inteligente, creo. Muy inteligente, sí.
-¿A qué le llamás inteligente?
-Saber lo que querés. Este River maneja los partidos. Cada vez que tuvo que mostrar los dientes, los mostró. Y cada vez que tuvo que meter una patada, la metió. La diferencia la hizo así.
-Me suena a Boca.
-(se ríe) Para mí no jugó a lo River. Que hayan venido acá, a La Bombonera, y hayan pegado tres o cuatro patadas fue rarísimo. Pero vinieron, lo hicieron y nos sacaron del partido. El River de la Libertadores jugó a otra cosa. Mercado y Vangioni eran dos animales. Y fijate: siempre bien paraditos. Me cuesta decirlo, pero Funes Mori había crecido una barbaridad. Era imposible de tumbar.
-Y Maidana aprendió de vos.
-Era suplente mío, je. Aprendió, aprendió.
-¿De qué te acordaste?
-¿Por?
-Te reís.
-Nada, dejá.
-Dale. ¿Qué pasó?
-Es que nos reíamos mucho cuando la prensa inflaba jugadores y después venían a la Bombonera y nos tenían que enfrentar. No tanto por los pibes, obvio, sino por la bola que se armaba después. Acá vino el Kun (Agüero) y se decía que la iba a romper. Dieciséis años tenía, pobre Kun. Lo mismo pasó con Vietto, Centurión. Que jugaban bárbaro, ojo. Pero el periodismo los inflaba tanto. Y nosotros nos la agarrábamos con ellos, pero bueno. Todo dentro de la legalidad.
-El secreto del Boca copero.
-A veces nos turnábamos con el Negro (Ibarra), con Raúl (Cascini). Nos divertía. La clave era la primera pelota. Ésa y, ah, la dividida. La dividida es fundamental. Cuando viene y ves pelota y jugador, pelota y pierna. no le podés errar.
-¿A la pierna?
-¡No, no! A la pelota. Siempre a la pelota.
-¿Te acordás de alguna?
-(se sonríe) Fueron muchas.
-Una sola.
-No, no. La joda era que la sintieran. El tema era ése: mostrarles dónde están.