Reflexión sobre los 110 años de River y este presente

Son las 4.34 de la mañana. Es el 25 de Mayo y River cumple 110 años. Sí, una nueva década sube a su inconmensurable y gloriosa historia. Lo primero que pienso es ¡qué momento para cumplir años! Justo el día después que Ubaldo Fillol y Juan Pablo Carrizo protagonizarán el último escándalo –por ahora- de este castigado River.

Pienso en mi viejo. Él me hizo de River. El me enseñó a mamar desde chiquito eso que River es ganar, gustar y golear. Él era el que me decía cuando yo lloraba porque nos tocaba perder con ellos “no te preocupes, ellos ganan partidos, nosotros campeonatos”. Él es el que vio al Beto, al Enzo y a Ortega en su esplendor. Pienso en él y digo ¿estará viendo esto?

Espero que, donde quiera que esté, no. River, hoy, es harapos de lo que supo ser. El cúmulo de una sucesión de hechos desafortunados. Un equipo perdido, sin rumbo ni timonel. Un presidente que no sabe, en varios momentos, para que lado disparar. Una hinchada que eligió aferrarse a la cultura del aguante antes que balearse en un rincón.

River, hoy, está a un paso de jugar la promoción, por primera vez en su historia, en sus hoy 110 años de historia. No es por Jota Jota, no es por Passarella, ni siquiera sólo por Aguilar. Es porque en estos ocho años se ha hecho todo lo que podía hacerse mal, mal.

Se han subestimado mercado de pases, se han antepuesto muchas veces los egos a la Banda Roja, se ha subestimado al socio y al hincha y este, salvo alguna minoría, compró lo que le vendían y se tragó la píldora del “somos River”, cuando aquellos primeros alarmistas advertían que pelear el descenso podía ser una realidad. Bueno, déjenme decirles algo. River se puede ir a la B.

Eso me motivó a otra pregunta ¿y si desciende River? En ese caso, habrá que tragar, ahuecar el pecho, parar las balas y seguir. ¿Contra las cargadas? No, para honrar a nuestros viejos, amigos, abuelos, para honrar a quienes verdaderamente hicieron grande a River, sus hinchas a través de los años.

Honrarlos a ellos que nos llevaron de la mano al Monumental, que nos enseñaron que el verbo amar puede conjugarse con River. Que nos explicaron que en Núñez la cosa no es ganar y nada más, hay que ganar y honrar la camiseta, honrar el estilo, honrar la historia.

Puede ser que de eso poco quede. No lo niego. Pero la Banda Roja, en la A, en la B o en la C se mantendrá. Incluso, dando lástima en primera. Puede que los once tipos que salgan a la cancha no sean dignos de usarla, pero la están usando. Son River hoy, bah, el primer equipo de River. River es mucho más que once hombres que salen a la cancha a defender la gloriosa banda Roja. River es su gente, sus hinchas, sus socios, los que están domingo a domingo, los que lo escuchan pegado a una radio o los que ya no podrán estar nunca más en el cemento del Monumental. Todos son River.

Ellos sí son River. Ellos no son ídolos, no son circunstancia, no son hoy y mañana quien sabe. Son las peronas que, día a día, edifican la grandeza de la Banda Roja. Son casi 20 millones de tipos en todo el mundo. Ellos son River.

A ellos les digo que, pase lo que pase en estas cuatro finales, nadie podrá quitarle a River las 33 vueltas olímpicas, el rótulo de más campeón del país, la gloria que supo conseguir y la historia, dorada, que supo escribir. Nada. Ni nadie. Por más que la que se venga ahora sea negra como una oscuridad infinita, por más que se sume una mancha histórica e indeleble para el club, nada le quitará a River lo conseguido. El prestigio, el respeto, el ser el club que más jugadores cedió a la Selección Nacional, el ser el club insignia del Paladar Negro. Nada logrará Borrar a La Máquina, ni a Ángel Labruna, ni a todos los ídolos. Nada
.
Lo digo porque River quizás afronta los días más duros de su ya centenaria existencia. Con la “B” acechando, a una promoción de distancia, con las cargadas que se multiplican, hasta cuando ya deberían ir pensando en comprarse una calculadora, cuando hasta la hinchada de Godoy Cruz te canta en Núñez “El que no salta, se va a la B”.

En este momento, donde la Banda Roja está siendo pisoteada por todo el mundo del fútbol que está empujando el carro de River hacia el abismo en nombre del morbo que genera ver a un coloso en su peor hora, River, sus hinchas, deben inflar el pecho.

No esconderse. No ser menos que nadie. Aguantar estoico la cargada, sabiendo que en el 95% de los casos proviene de clubes, de instituciones, que a River Plate no le pueden atar ni los cordones.
Muchachos, muchachas, River no es grande. River es gigante. Somos Argentina, dice una popular bandera. Y lo somos, al menos en parte. Más de 15 millones de hinchas en el territorio nacional lo prueban ¿De qué vamos a tener vergüenza? ¿O a quien vamos a dejar que nos cargue si 18 de los 20 equipos de primera quieren ser, al menos un día, River?.

Puede sonar a un posteo termo, pero no lo es. Se trata de, en estas horas por demás especiales, decirle al hincha de River que muestre orgulloso la Banda Roja. Somos River. El club más grande del país. La Banda Roja inspira respeto y temor a través de las décadas. Miren si hay cosas de las cuáles sentirse orgullosos.

¿Y Si River desciende? Si River desciende todos lloraremos, nos deprimiremos, putearemos hasta el cansancio, pero estaremos, como siempre, acompañando a River. No porque sea hora de decir “bueno, miren, ahora en las malas estamos todos” Si no porque se lo debemos. No a Passarella, no a Jota Jota, no a Alonso, no a Funes Mori, no a Almeyda, ni siquiera, si me apuran, a Ángel Labruna.

Se lo debemos, pura y exclusivamente, a la Banda Roja que nos cruza el alma. Porque ella, con River en la A, en la B, en la C o donde quieran, seguirá siempre tan roja y tan viva y tan orgullosa como desde el primer día que a alguien se le ocurrió fundar “El River Plate” ¡Feliz cumpleaños Campeón, mientras viva tu bandera, la izaremos con honor!

Son las 4.34 de la mañana. Es el 25 de Mayo y River cumple 110 años. Sí, una nueva década sube a su inconmensurable y gloriosa historia. Lo primero que pienso es ¡qué momento para cumplir años! Justo el día después que Ubaldo Fillol y Juan Pablo Carrizo protagonizarán el último escándalo –por ahora- de este castigado River.

Pienso en mi viejo. Él me hizo de River. El me enseñó a mamar desde chiquito eso que River es ganar, gustar y golear. Él era el que me decía cuando yo lloraba porque nos tocaba perder con ellos “no te preocupes, ellos ganan partidos, nosotros campeonatos”. Él es el que vio al Beto, al Enzo y a Ortega en su esplendor. Pienso en él y digo ¿estará viendo esto?

Espero que, donde quiera que esté, no. River, hoy, es harapos de lo que supo ser. El cúmulo de una sucesión de hechos desafortunados. Un equipo perdido, sin rumbo ni timonel. Un presidente que no sabe, en varios momentos, para que lado disparar. Una hinchada que eligió aferrarse a la cultura del aguante antes que balearse en un rincón.

River, hoy, está a un paso de jugar la promoción, por primera vez en su historia, en sus hoy 110 años de historia. No es por Jota Jota, no es por Passarella, ni siquiera sólo por Aguilar. Es porque en estos ocho años se ha hecho todo lo que podía hacerse mal, mal.

Se han subestimado mercado de pases, se han antepuesto muchas veces los egos a la Banda Roja, se ha subestimado al socio y al hincha y este, salvo alguna minoría, compró lo que le vendían y se tragó la píldora del “somos River”, cuando aquellos primeros alarmistas advertían que pelear el descenso podía ser una realidad. Bueno, déjenme decirles algo. River se puede ir a la B.

Eso me motivó a otra pregunta ¿y si desciende River? En ese caso, habrá que tragar, ahuecar el pecho, parar las balas y seguir. ¿Contra las cargadas? No, para honrar a nuestros viejos, amigos, abuelos, para honrar a quienes verdaderamente hicieron grande a River, sus hinchas a través de los años.

Honrarlos a ellos que nos llevaron de la mano al Monumental, que nos enseñaron que el verbo amar puede conjugarse con River. Que nos explicaron que en Núñez la cosa no es ganar y nada más, hay que ganar y honrar la camiseta, honrar el estilo, honrar la historia.

Puede ser que de eso poco quede. No lo niego. Pero la Banda Roja, en la A, en la B o en la C se mantendrá. Incluso, dando lástima en primera. Puede que los once tipos que salgan a la cancha no sean dignos de usarla, pero la están usando. Son River hoy, bah, el primer equipo de River. River es mucho más que once hombres que salen a la cancha a defender la gloriosa banda Roja. River es su gente, sus hinchas, sus socios, los que están domingo a domingo, los que lo escuchan pegado a una radio o los que ya no podrán estar nunca más en el cemento del Monumental. Todos son River.

Ellos sí son River. Ellos no son ídolos, no son circunstancia, no son hoy y mañana quien sabe. Son las peronas que, día a día, edifican la grandeza de la Banda Roja. Son casi 20 millones de tipos en todo el mundo. Ellos son River.

A ellos les digo que, pase lo que pase en estas cuatro finales, nadie podrá quitarle a River las 33 vueltas olímpicas, el rótulo de más campeón del país, la gloria que supo conseguir y la historia, dorada, que supo escribir. Nada. Ni nadie. Por más que la que se venga ahora sea negra como una oscuridad infinita, por más que se sume una mancha histórica e indeleble para el club, nada le quitará a River lo conseguido. El prestigio, el respeto, el ser el club que más jugadores cedió a la Selección Nacional, el ser el club insignia del Paladar Negro. Nada logrará Borrar a La Máquina, ni a Ángel Labruna, ni a todos los ídolos. Nada
.
Lo digo porque River quizás afronta los días más duros de su ya centenaria existencia. Con la “B” acechando, a una promoción de distancia, con las cargadas que se multiplican, hasta cuando ya deberían ir pensando en comprarse una calculadora, cuando hasta la hinchada de Godoy Cruz te canta en Núñez “El que no salta, se va a la B”.

En este momento, donde la Banda Roja está siendo pisoteada por todo el mundo del fútbol que está empujando el carro de River hacia el abismo en nombre del morbo que genera ver a un coloso en su peor hora, River, sus hinchas, deben inflar el pecho.

No esconderse. No ser menos que nadie. Aguantar estoico la cargada, sabiendo que en el 95% de los casos proviene de clubes, de instituciones, que a River Plate no le pueden atar ni los cordones.
Muchachos, muchachas, River no es grande. River es gigante. Somos Argentina, dice una popular bandera. Y lo somos, al menos en parte. Más de 15 millones de hinchas en el territorio nacional lo prueban ¿De qué vamos a tener vergüenza? ¿O a quien vamos a dejar que nos cargue si 18 de los 20 equipos de primera quieren ser, al menos un día, River?.

Puede sonar a un posteo termo, pero no lo es. Se trata de, en estas horas por demás especiales, decirle al hincha de River que muestre orgulloso la Banda Roja. Somos River. El club más grande del país. La Banda Roja inspira respeto y temor a través de las décadas. Miren si hay cosas de las cuáles sentirse orgullosos.

¿Y Si River desciende? Si River desciende todos lloraremos, nos deprimiremos, putearemos hasta el cansancio, pero estaremos, como siempre, acompañando a River. No porque sea hora de decir “bueno, miren, ahora en las malas estamos todos” Si no porque se lo debemos. No a Passarella, no a Jota Jota, no a Alonso, no a Funes Mori, no a Almeyda, ni siquiera, si me apuran, a Ángel Labruna.

Se lo debemos, pura y exclusivamente, a la Banda Roja que nos cruza el alma. Porque ella, con River en la A, en la B, en la C o donde quieran, seguirá siempre tan roja y tan viva y tan orgullosa como desde el primer día que a alguien se le ocurrió fundar “El River Plate” ¡Feliz cumpleaños Campeón, mientras viva tu bandera, la izaremos con honor!

No se si es la mamushka que tengo encima, o es el llanto reprimido que tengo hace muchísimo, pero leer esto hizo que cayeran varias lagrimas…
A las 11:55 me cambie la remera que estaba usando por la camiseta de River… Quise que el 25 me agarre usando los colores que mas amo… No por las cargadas, no por que la estamos pasando mal, no porque me tengo que aguantar giladas del periodismo… Si no por que AMO esta camiseta, por que AMO estos colores, Por que AMO RIVER… Y le doy gracias, muchas gracias, a mi Viejo Querido que me hizo de River Plate.

Un grande Javier. Como siempre muy bueno y necesario, en este momento de autoestima (Riverpletense) por el suelo!!!

A mi me va a importar muy poco donde juguemos, siempre voy a estar con River.
Solo me pasa que tengo una bronca contenida tan, PERO TAN GRANDE para con los responsables de este momento, que no puedo entender. no logro comprender QUÉ hace DAP??? A no confundirse, Aguilar ya no esta más. Putearlo ya no tiene sentido. Pero hoy ÉL responsable es DAP. No hace nada. No aparece. No dice. NO EXISTE!!!

Extrañaba tus post javi querido! , Muy bueno y realemente para llorar es . Ya quedan cuatro finales nose como pero tenemos que salvarnos por el amor de dios . 16 MILLONES DE HINCHAS TE QUIEREN , TE AMAN NO LES FALLEN.

Buenisimo!

Esto abria que hacercelo leer a cada uno de los que se hacen llamar hinchas de River, y mas aun a los jugadores que en estos 4 partidos se juegan gran parte de la historia de River, lo que paso nunca va a borrarse pero hay cosas que cambian mucho la historia.

Javier excelente texto, entre esto y un par de videos que vi se me calleron una lagrima, y no puedo creer en el lugar en el que estamos parados.

Que lindo!!! me hizo llorar, cuantos quisieran ser river por un dia no? a mi me carga godoy cruz aca en mendoza, un equipo que no llena ni su popular lpm! Pero vamos a salir juntos de esta! HAY MOMENTOS PARA SUFRIR, PERO TODA UNA VIDA PARA AMARTE, EN LA A EN LA B EN LA C O EN LA D.

River Plate, tu grato nombre.

Me encanto Javier, es emocionante de verdad lo que escribiste.

Gracias a todos los que respondieron y elogiaron el texto.
Les juro que la hora no es mentira.
Ojalá, dentro de unos meses, debamos borrar varios párrafos

A todos y cada uno de ustedes, feliz cumpleaños compañeros de sentimiento.

VIVA RIVER CARAJO !!!

Hermoso, Javi. Conmovedor. Hay que estar con la Banda más que nunca porque la Banda somos nosotros, y si no nos alentamos a nosotros mismos, nadie lo hará por nosotros. VAMOS RIVER CARAJOOO!!!

Y con lazos triunfaremos, trataremos de unir, el glorioso pasado y el brillante porvenir!!

Creo que no lloré con tu post de puro orgullo nada más, el que me dio esta banda roja la cual me da esperanzas (no me preguntes el por qué) de sentir que no nos vamos a ir …