[b]Todo listo para los referéndum revocatorios
[/b]Mientras algunos prefectos hacen huelga de hambre y otros se despiden con declaraciones altisonantes, el país se prepara para votar por la continuidad o no del presidente, el vice y ocho gobernadores. Morales está firme.
Por Sebastián Ochoa
Ya está todo listo para el referéndum que decidirá la continuidad o no del presidente, el vicepresidente y ocho prefectos. Tras meses de incertidumbre, finalmente las papeletas de Sí o No viajan a todos los pueblos y las autoridades juran que acatarán los resultados. El cochabambino Manfred Reyes Villa había llegado a advertir que lo sacarían de la Prefectura con los pies por delante. Ayer anunció mansamente su regreso, cuando todavía no se fue. “Ha nacido la nueva alternativa. Así gane, igual voy a irme. Voy a ser candidato a la Presidencia”, adelantó. Varias prefecturas despechadas se negaron a emitir el Auto de Buen Gobierno, que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas y otras cosas que podrían desconcentrar a los electores. Argumentaron que debe encargarse el gobierno nacional porque es su referéndum. Como muestra de qué Bolivia viene la próxima semana, el “gobierno autónomo” cruceño aprobó una ley para la elección popular de “asambleístas legislativos” que crearán las leyes de Santa Cruz.
Los últimos días fueron de conflictos en todo el país. El martes, dos mineros murieron en un piquete de Oruro en medio de enfrentamientos con la policía. La huelga, instruida por la Central Obrera Boliviana (COB), exigía que el Congreso aprobara el proyecto de ley de pensiones hecho por los trabajadores. Ayer a las cinco de la madrugada, Morales charló con la COB en el Palacio Quemado para buscar una solución. A la salida, los obreros decidieron liberar las rutas y morigerar las manifestaciones hasta que pase el referéndum.
El vicepresidente, Alvaro García Linera, habló en el cierre de campaña por el Sí al MAS en la ciudad paceña de El Alto. Linera, que estuvo preso entre 1992 y 1997 por integrar el Ejército Guerrillero Tupak Katari (EGTK), dijo: “En 1781 enfrentamos a los colonialistas, en 2003 enfrentamos a los vendepatria y los derrotamos. Pero parece que no ha sido suficiente esa derrota ni ha sido suficientemente grande la victoria del 2005. Por eso la derecha ha intentado nuevamente reagruparse y camufladamente ha intentado recuperar fuerzas”.
En ocasiones, ni se molestan por camuflarse. “Las fuerzas armadas deberían tumbar ya al gobierno nacional porque no sirve para nada”, dijo el alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández, el jueves en la plaza central. Y evaluó: “habrá que aguantar con algunos muertos más, ¡aguante Bolivia contra estos dictadores feos hasta que se vayan!”.
La plaza 24 de Septiembre tiene una estatua del coronel argentino y libertador de Santa Cruz Ignacio Warnes. También 300 personas en huelga de hambre para que el gobierno devuelva a las Prefecturas el 30 por ciento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) desviados para pagar la renta Dignidad, que da 30 dólares por mes a los ancianos. La huelga es organizada por grupos cívicos en todo el país.
Entre los ayunantes está el prefecto Rubén Costas, que con ojeras y ropa informal se acordó del presidente: “Ese tirano tiene las manos manchadas. Se equivocó, no supo entender el amor que nace por nuestro país. No sabe que esto no es un sindicato de cocaleros”, dijo flanqueado por el presidente cívico, Branko Marinkovic, y el alcalde.
Consultado por su monosílabo del domingo, el doctor Luis Vargas dijo a este diario: “No hace falta preguntarlo”. Su voto será Sí a Costas y No a Morales. Se prevé que en este departamento el 70 por ciento del electorado tiene el mismo plan. En la otra punta de Bolivia, La Paz, al presidente lo ratificaría el 77 por ciento. Según encuestas, el aymara recibirá el 59 por ciento de apoyo del electorado.
Vargas duda del futuro: “Si esto sigue así vamos a la guerra civil. Me vería muy pintudo con un fusil, disparando a los indígenas. Aquí hay hartos (muchos) indios. No hay forma de pelarle (errarle). Si no le das a uno, seguro le das a otro”.
El coordinador nacional del Movimiento Sin Tierra (MST), Silvestre Saisari, tiene pésimos recuerdos de la plaza: “Allí fui golpeado en 2005 por denunciar el atropello de los latifundistas contra una comunidad del MST”, dijo a PáginaI12. “Es una huelga política sin credibilidad. Ahí van los que quieren comer bien. Y les pagan 50 bolivianos por día.”
Sobre el resultado del domingo, Saisari consideró que “no se puede confiar en las encuestas porque mienten. Pero sé que la derecha va a perder porque la gente es consciente de la ingobernabilidad que generan. Ya todos se descubrieron sus mentiras constantes”.
Hay cuatro millones de bolivianos habilitados para votar. Revocarían al prefecto paceño, José Luis Paredes, del derechista Poder Democrático Social (Podemos); al de Pando, Leopoldo Fernández, del mismo partido; y al futuro candidato presidencial Reyes Villa, un capitán que sirvió al ex dictador Luis García Meza y estudió en la Escuela de las Américas.
Es incierta la situación de los prefectos de Oruro, Alberto Aguilar; y de Potosí, Mario Virreira, del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS). Se consideran salvados el cruceño Costas, que tendría 74 por ciento de apoyo; el beniano y también ayunante Ernesto Suárez, con el 64 por ciento; y el tarijeño Mario Cossío, con el 57.
Posiblemente, una de las últimas declaraciones de Fernández como prefecto: “Siempre he cuestionado este referéndum. Más allá de lo ilegal, inconstitucional o desigual, no tiene sentido porque no soluciona nada. El 11 de agosto no va a estar resuelto ninguno de los problemas. Al contrario, estará profundizado el clima de confrontación”. Ayer Santa Cruz dio otro paso autonómico al aprobar una ley para que los cruceños elijan legisladores y autoridades. Así que las urnas no van a enfriarse