“La alegría más grande de mi vida”
Amadeo Carrizo fue a la fiesta en el Monumental y expresó que este título ante Boca supera a todos los que consiguió en su carrera. Un grande eterno…

A los 92 años, Amadeo Carrizo demuestra su grandeza en cada palabra, en cada gesto, en cada acción. El eterno arquero de River no se quiso perder la fiesta de los hinchas en el Monumental para recibir al campeón de América. Y puso este momento en lo más alto de la historia del club.
“Estoy pasando un momento de mucha felicidad, por ver a esta multitud, a esta hinchada fervorosa que sigue a River. Gracias a los muchachos que se han brindado con tanto cariño hacia el hincha, que se merecía un momento así”, comentó en Fox Sports el hombre que defendió el arco de River en 522 partidos.
Símbolo de todos los tiempos, este prócer de River no se queda solamente con el pasado. “Tenemos un gran equipo, un gran técnico, grandes directivos. Esta fue la emoción más grande de mi vida. He tenido algunas conquistas como jugador, pero esto es único. Boca es grande, hay que reconocerlo, y haberle ganado bien, eso es lo que me gusta. No fue de casualidad, con un gol en contra. River ganó bien y es merecedor de este éxito. Que lo disfruten los jugadores”.
El arquero de La Máquina, y que perduró más de dos décadas en el club, destacó por sobre todo al DT. “Gallardito es un gran técnico. Todo lo que ha sido como futbolista se lo ha inculcado a sus jugadores. Por eso River llegó a esta conquista con un planteo de buen fútbol”. ¿Y Armani? “Armani hizo méritos. Es un gran atajador. No hay invulnerables en el arco. Yo no lo fui. Ahora espero que él así, por el bien del club, Lo vamos seguir aplaudiendo”, cerró. Un grande, Amadeo.
Después de esta declaración, no hay más palabras.
Qué enorme acto de generosidad, de enseñanza y respeto por los demás. Siempre pensando en la grandeza del club por encima de su propia persona. Un tipo que fue el más grande de su puesto, que jugó en el equipo más importante de la historia, del club sudamericano más grande, en la época dorada del buen fútbol.
