El partido de ayer supuso una anormalidad en la mediocridad constante que River tiene que soportar de buen tiempo a esta parte. Mediocridad de la que ya sabemos quienes son los principales responsables pero de la que no escapa este cuerpo técnico bajo cuya conducción River ha sufrido humillantes derrotas en calidad de local ante equipos como Gimnasia de Jujuy, Chicago o Godoy Cruz,la dolorosa eliminación ante Caracas y fracasos varios en el año y medio que lleva al frente del plantel profesional. Pero no solo ha sido responsable de fracasos múltiples sino de jamás haber encontrado un equipo que nos diera la sensación de que como dice el Bambino :“La base está”. Es más, el equipo de ayer termina goleando aun cuando sus delanteros convirtieron solamente un gol de los cinco, delanteros que curiosamente eran el 6to y el 7mo en la lista de preferencias del DT, mientras el enganche hacía su debut y si bien no desentonó tampoco brilló. Entonces uno se pregunta si verdaderamente se encontró el equipo o si simplemente se trató de un oasis en el desierto con rendimiento individuales de excelencia, que remeda la experiencia del verano pasado. Habrá que esperar.
Deberemos entender que los reconocimientos no deben llegar por un solo partido muy bien jugado. Esto es River. Passarella tendrá su reconocimiento, y hablo de reconocimiento pero no de identificación del hincha, al menos de mi parte, cuando este rendimiento, sin necesariamente marcar 5 goles por partido, se mantenga por varios partidos y entonces la anécdota sea perder y no ganar.
Cuando hablo de identificación del hincha quiero significar que particularmente me es difícil identificarme con alguien que desde su discurso habla de un club vendedor en lugar de un club ganador. Claro ejemplo que es un DT jugando a ser dirigente. Me es difícil identificarme con quien desafía al hincha a la constancia del insulto y se niega a dar un paso al costado ante la evidencia del fracaso. Me es difícil identificarme con quien compromete su continuidad a la obtención del campeonato y se autoimpone plazos como si fuera quien tomara las decisiones. Me hubiera gustado escuchar de él un “Quiero revancha, ganar el torneo y la sudamericana, pero pase lo que pase me voy en Diciembre”. Eso hubiera sido digno del Gran Capitán jugador. Hubiera tenido el apoyo incondicional de todos, aún de sus detractores y no hubiera cargado ninguna mochila a sus jugadores.
River desde su gente, desde sus jugadores y sus pibes , a pesar de su dirigencia, los caprichos y soberbia de su DT, es hoy por hoy el único con el potencial y la chapa para pelearle mano a mano el campeonato y la sudamericana a Boca. Ojalá, más allá de los beneficiados indirectamente, este rendimiento se sostenga y que en River ganar jugando bien deje de ser un hecho excepcional.