VEGA: 7: Si bien los rosarinos no tuvieron cantidades industriales de chances de gol, si no hubiese sido por Vega, el resultado pudo haber sido más abultado. Le bajo medio punto por una mala salida en un centro, de la que lo salvó una equivocación del árbitro.
FERRARI: 4: Debe haber sido el jugador de River que más veces recibió la pelota sin tener una marca asfixiante encima. También, debe haber sido uno de los que peor resolvió. En el aspecto defensivo, perdió mucho más de lo que ganó.
CABRAL: 2: Perdió con Boghossian de todas las formas y colores: por arriba, por abajo, de espaldas, de frente. Un desastre conceptual que, además, jamás supo cortar a espaldas de Ferrari o achicar a espaldas de Domingo. Ni hablar sobre cómo pierde la marca en el segundo gol.
SÁNCHEZ: 6: El más firme de una defensa que hizo agua por todos lados. Jugó por él, por Cabral, por Villagra y por Domingo. Ganó más de lo que perdió. Quizás, su aprobación suene exagerada, pero contemplo el desastre que fueron sus compañeros y el trabajo de más que tuvo que hacer.
VILLAGRA: 2: Desastre de principio a fin, como para que piense quince veces antes de pedirlo de 4. Más pendiente de que le cobren falta que de marcar. Incómodo y perdiendo un tiempo para manejar la pelota. Pésimo en defensa e irresoluto en ataque. Más de una vez, cometió errores de infantiles, esperando que pique la pelota para poner el cuerpo.
BARRADO: 3: Desaparecido en acción. Demasiado cercano y en línea con Domingo. Pareciera que jugó exclusivamente para relevar a Ferrari. De sus peores partidos en el año.
DOMINGO: 3: Nuevamente, la versión de Domingo que nadie quiere ver. Newell’s entendió a la perfección su mediocre trato de balón y, a propósito, lo hizo eje del mediocampo. Cuando Domingo recibía, tapaba a los receptores o lo presionaba, lo que generó más de un ataque a favor de los rosarinos. Conceptualmente, un desastre. Jamás encontró a Formica. Cuando debió meter el culo entre los centrales, salió disparado como un rayo a tres cuartos. Necesita de alguien que lo ordene; sólo es un peligro para River.
ABELAIRAS: 2: La desidia en su estado más puro. Calificarlo es perder el tiempo.
GALLARDO: 3: Un partido que se encasilla en el 75% de los cotejos que disputó Gallardo en sus últimos años en River: lento, jugando en su quintita, equivocándose en varios pases sencillos, incapaz de poner una pelota de gol, rematar de media distancia o de sacarse un hombre de encima con cierta velocidad. Además, protestón, cansado y con deuda física y mental para tocar y pasar o llegar al área, etc, etc.
BUONANOTTE: 5,50: Le iba a poner medio punto menos, pero me acordé que, además del gol, se había generado la única jugada de riesgo del primer tiempo, que en esa primera parte también le había puesto una preciosa pelota en cortada a Ferrari que el 4 no supo resolver y que en el segundo tiempo dejó en posición de gol a Gallardo. No alcanza el aprobado porque perdió muchas pelotas.
FABBIANI: 2: Dos rechazos en el área propia fueron su único aporte a la causa. Una cachetada que, partido a partido, le estalla en la cara al hincha.
MAURO DÍAZ: 5,50: Aún sin la frecuencia adecuada, aportó cosas positivas, especialmente la administración de la pelota y la pausa.
ROSALES: -
BOU: -
ASTRADA: No me gustó el planteo, más allá de que para algunos pudo haberlo condicionado el gol tempranero. Hizo de River un equipo angosto y contragolpeador, cuando debió haber sido corto, ancho y contrapresionara a Newell’s. No entendí porqué Buonanotte tardó tanto en aparecer por la derecha.
Cuando, de milagro, River consiguió el empate, se avirozaba que las mayores chances de Newell’s pasaban por el juego aéreo. Particularmente, pese a su pésimo partido, no hubiera sacado a Fabbiani, ya que su único aporte positivo pasaba por la pelota detenida en defensa. Creo que se imponía la salida de Gallardo.
Nuevamente, se armó mal el banco: no había un suplente natural de Villagra (Villarreal no lo es), ni volantes por izquierda ni centrodelanteros. Insólitamente, se privilegia a jugadores deficitarios en reserva (caso Giménez, el mismo Villarreal, que marca bastante menos de lo que juega) y no se inspecciona en volantes por izquierda y, sobre todo, los delanteros, que son la verdadera necesidad del equipo. Sí, porque tiene que quedar claro: empatar y perder es lo mismo; para campeonar o zafar del descenso, desde que se impuso la regla de los tres puntos, solamente sirve ganar.
Esto ya no pasa por entender las razones que llevan a no probr más seguido con una línea de tres… Espero que se entienda de una vez la gravedad de la situación, aunque me parece que estoy pidiendo un milagro. Ya todos sabemos que no van más los Fabbiani, los Cabral o los Abelairas, pero River necesita refundarse. Por River tiene que haber una limpieza que también se lleve puesta a los Gallardo, los Ortega y cualquier otro jugador que no esté en condiciones físicas y futbolísticas de atravesar este momento. El cuadro de situación es casi irreversible. River no puede darse el lujo de hacer homenajes en vida. River necesita empezar a probar ya. Cualquier pibe va a rendir más que los nombres que acumulan papelones año a año.
Ojalá la gente hubiera reacciondo antes. River llegó a esta situación no solamente por jugadores, entrenadores, periodistas partidarios cómplices y dirigentes… No creo que la haya habido en el mundo un caso semejante, donde la desidia haya alcanzado a casi todos los estratos del club.
No voy a pedir un DT nuevo, pero sí tengo ganas de decir que River necesita un DT que se cague en este plantel y en los supuestos nombres. River necesita de un DT que aproveche rendimientos y no currículums.
Por un momento, cerré los ojos e imaginé a River dentro de un año. Mejor no escribirlo. Sí, aunque duela, debo decir que es imposible que River no arranque la temporada 2010/11 en puestos cercanos a la promoción o el descenso directo, aún saliendo campeón el próximo semestre.
Ojalá, la próxima CD investigue a los actuales directivos. La gente debe exigir que River juegue ese partido en honor a su historia y para desintoxicarse de las sobredosis de Aguilar…
Abrazo.-