Periodismo Político

//youtu.be/eyARlHjT4Ss

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Espero ver a los “periodistas independientes” hablar del autoritarismo M.

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Soldado de Santiago Cúneo.

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Crónica ! Se fueron al carajooooooooooooooooooooooo

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A esta altura me confunde si es la creatividad de cronica o lo bizarro y triste de nuestra realidad.
Deben ser ambas…

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El dia que muera la inventiva de cronica, por favor, matame.

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Novaresio no puede hacerse el fresco ni con Daniel Osvaldo drogado…que payaso que es !!!

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Este tipo lo puso a macri de presidente, 20 millones por año de pauta

//youtu.be/rRVH8JK7hrc

//youtu.be/F6J2e-A93qw

Si sos oficialista, en intragables no te repreguntan ni por casualidad

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El periodista de ADN (C5N), siempre investiga la corrupción macrista. Como lo banca Barrick Gold, le dio a Carrio y dijo cuanto le ha costado al Estado (porque toda su vida vivio del Estado. Desde 1978 con la dictadura.) Hablo de la contaminación de los agrotóxicos de Monsanto, etc.

Desde 2002 que empezo en el periodismo televisivo en una señal chica poca transmitida y fue el que descubrio la red de narcotrafico en cordoba e hizo caer a toda la cupula policial que termino con los saqueos en 2013 debido a la protesta de los policias de no salir a la calle

Todo eso golpeo fuerte al kirchnerismo dejando la imagen de cristina bailando con moria mientras habia muertos por los saqueos en todo el pais. Siempre investigo la corrupcion en pequeñas camaras ocultas, pequeños casos y entrevistas, no empezo en c5n.

Ademas pensas que a barrick gold le conviene que no este macri y por eso le paga a mendez? si macri le elimino las retenciones a las mineras ni bien asumio.

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Nota del 2012

El periodista obsesivo[/b]

Desde hace 10 temporadas conduce en la televisión cordobesa ADN, un programa de denuncias e investigaciones que hace foco en la corrupción política. Dice que está cansado del periodismo y que a veces piensa en abandonarlo. Cómo maneja las presiones políticas y la relación con los anunciantes. Retrato de un emprendedor irrespetuoso.

Por Sergio Carreras

“¡Metele para adelante, Tomás!”, le grita al pasar un automovilista mientras posa para las fotos parado en el medio de una avenida de la ciudad de Córdoba. El rostro de Tomás Méndez es uno de los más conocidos de la televisión de la provincia mediterránea. Lleva 10 temporadas al frente de ADN, un programa de denuncias sobre corrupción política, que actualmente se emite los domingos a la noche por Canal 10 de Córdoba, y que lleva todos esos años acompañado por buenos números de audiencia.
Méndez también conduce otros dos programas por el mismo canal, que lo mantienen al aire durante numerosas horas a la semana. Dirigió por un breve lapso el diario ADN, que intentó ser la versión papel de su programa, y ha conducido varios programas de radio.
Lo que intentó ser una entrevista más formal, acabó siendo una conversación con mucha risa, a tono con el personaje. Conocí a Tomás hace varios años cuando me invitó a co-conducir un informativo de tres horas de duración que hacíamos de lunes a viernes. Era un programa en el que hablábamos de temas serios pero siempre a las carcajadas. Ese fue el clima que se coló en esta entrevista que se desarrolló en la mesa de un bar.
-Bueno, antes de comenzar a hablar, tirame unos datos personales tuyos, decime dónde naciste, tu signo en el horóscopo chino y tu color favorito…
-Ja, ja, sos un culiado, vos. Nací en Córdoba, en la clínica Santa Rosa y viví toda mi infancia en el barrio Juan XXIII hasta los 15 años, ahí cerca de barrio Alto Alberdi.
-¿Edad?
-36
-Y al final, te casaste hace poco.
-Sí, hace tres años.
-Además sos padre.
-De una nena de seis meses, Trinidad.
-Ahá, qué bien…
-¿De qué te reís?

-Es que me acuerdo de tus opiniones anteriores sobre la paternidad, sobre que no querías tener chicos…
-No, ¿cómo no iba a querer? La verdad que es jodido tener hijos, porque en este trabajo donde pasás todo el día fuera de la casa es como irresponsable tener hijos, después te das cuenta que es medio irresponsable, porque no los ves casi, y ese no contacto con ellos es peor que si no estuvieras…
-Los chicos de hoy sobreviven a eso…
-¿Sí? Pero a los padres les da mucha culpa, ja, ja.
-Hoy todos los laburos te hacen estar fuera de la casa un montón de tiempo.
-Sí, es verdad.
-Chico que no sobrevive a eso, después tiene al terapeuta.
-Ja, ja ¿es así nomás?
-Contame cómo caíste al periodismo. ¿Eras de esos chicos insoportables que andaban entrevistando a las tías con un grabador?
-No, mis tías no me daban bola con o sin grabador, ja, ja. El tema del periodismo fue casual. En realidad, nunca… yo tenía proyectada mi vida para ser jugador de fútbol, así que había destinado mi vida a eso. Desde los 11 años que jugué en Talleres casi a un nivel profesional, siempre, porque era una conducta. Soy muy obsesivo pero también me contagiaba de mis compañeros, porque no había quien no fuera obsesivo en esas divisiones inferiores, todos querían llegar.
-¿Y tenías un padre que cuando jugabas iba a putear desde el alambrado?
-No, al contrario, mi viejo me desalentaba, no me iba a ver nunca, ja.
-Ja, ja.
-Porque yo era un futbolista malo…
-“No te esforcés que vas a fracasar igual”, te decía, ja, ja.
-Sí, se dio cuenta, ja, ja. Mi vieja me acompañaba más, pero yo dedicaba seis días de la semana al fútbol. Salía de la escuela, comía algo y me iba a la cancha.
-¿Eras uno de esos defensores raspadores?
-No, jugaba en el mediocampo. Jugaba más o menos bien, hasta que luego ya se empezaron a ver los pingos y me pasaron de cuatro, pero de cuatro cumplía una buena función.
-¿A qué mediocampista te parecías?
-Hasta los 12, era un muy buen mediocampista como Simeone, y luego, como cuatro, era casi un Craviotto…
-No sé si perdió el futbol o el periodismo…
-Perdió el futbol, totalmente, ja, ja.
-¿Y cómo dejaste de ser un cuatro prometedor y te metiste en esto del periodismo?
-Bueno, como yo había dedicado mi cabeza a eso, era muy obsesivo, en un momento mi vieja me dijo: “Tenés que empezar la facultad”, y vino una prima que había empezado Ciencias de la Comunicación, “mirá que está bueno”, me dijo, y me convenció. Así nomás, fue una cosa muy casual, porque tampoco me interioricé mucho.
-Si tu prima hubiese sido arquitecta, ahora estarías haciendo maquetas de planes de vivienda…
-Sí, hubiese sido arquitecto, totalmente, ja, ja, porque mi vieja no me dejaba ser psicólogo porque ella es psicóloga y dice que sufre. Y mi tío es médico y dice que sufre… ¿viste que todos dicen que sufren?
-Y también tienen chicos a los que ven poco tiempo…. Ja, ja.
-Sí, todos.
-Bueno, entonces te metiste en Ciencias de la Comunicación.
-Sí, y le agarré el gusto creo que en tercer año, cuando vi Semiótica, Teoría de la Comunicación, que fue lo que más me entusiasmó. Me gustaba estudiar los comportamientos de la gente, cómo se podían llegar a modificar. Ver los estratos sociales, cómo uno se interrelacionaba con el otro, y descubrir una parte muy humana. La verdad que te da mucha humanidad. Para mí la preparación principal fueron las inferiores de Talleres, porque eso te da mucha humanidad, te da ganas de ponerte en el lugar del otro. Nosotros en casa éramos clase media baja, vivíamos en la casa de mi abuelo, pero en las inferiores había chicos que tenían mucho menos, había hijos de empleadas domésticas, de albañiles, me daba culpa comprar zapatillas nuevas y prefería andar con las rotas.
-¿Para que no te vieran?
-Sí, para andar integrado. Empecé a entender por qué. Uno antes lo hacía sin pensar, pero en ese momento empecé a racionalizar los comportamientos humanos y ahí fue mi primer entusiasmo por la carrera.
-Y la terminaste.
-En la universidad Blas Pascal. Hice la licenciatura, y el segundo gran entusiasmo fue la tesis. Hicimos un análisis de los mensajes humorísticos en distintos niveles, y eso me pegó muchísimo.
-¿Ya tirabas para el lado de la televisión?
-No, yo quería hacer radio. Lo que pasa es que cuando yo egresé los mensajes humorísticos que analizamos eran de televisión y egresé en un ambiente de gente que había estudiado televisión. Y para empezar a emprender, por la desesperación de uno cuando deja de a estudiar, la facu nos prestó el estudio y largamos un programa en Canal 2 que se llamaba Sociedad Anónima, con Diego Tabachnik, Lucas Germán, un grupo interesante con profesores. Era un programa muy copia de CQC, queríamos tratar los temas con humor, y lo que pasó es que ya cuando pasamos a Canal 10, la gente nos creyó que éramos periodistas…
-La gente comete ese tipo de errores.
-Ja, ja, sí, pero era real. Y la gente empezó a confiar. Veía que decíamos cosas que no decía nadie. Pero lo hacíamos porque no teníamos publicidad, yo trabajé cinco años gratis.
-O sea, no lo hacían por valientes sino por ignorancia.
-Ja, ja, sí, pero esa ignorancia nos llevaba también a retroalimentarnos y querer conocer más. Yo me formé ahí en el medio y a los golpes, y por eso ahora cuando hacemos investigaciones lo hacemos con el rigor de las fiscalías, porque me he comido varios garrones.
-¿Cuánto tiempo seguiste con Sociedad Anónima y cómo llegaste a tu actual programa ADN?
-Con Sociedad Anónima estuvimos en el 2001 con Lucas Germán, en 2002 con Carlos Hairabedian, ya lo integramos. Él había sido un invitado nuestro, mirá vos, y en 2002 ya nos levantó el programa el gobierno de De la Sota por el tema de los ganchos (N.del R: tendido eléctrico ilegal en su vivienda, al que se vinculó al ex ministro de la provincia de Córdoba Herman)
Olivero. Entonces en 2003 inventamos ADN para irnos a Canal 8, que era un programa totalmente diferente, de entrevistas. En el 2004 nos recibe de nuevo Canal 10, pasamos la nota de de los ganchos de (el ex secretario de la Gobernación de Córdoba, Marcelo) Falo y por eso nos levantan de nuevo en el 2005.
-Tenías un problema con las notas sobre suministro eléctrico…
-Ja, ja, sí, bah, no éramos nosotros quién teníamos un problema en realidad, pero bueno. Quedamos dos años afuera, pero ya había quedado bien instalado el nombre de ADN y volvimos en el 2006.
-¿Cuántas temporadas de ADN has hecho?
-Deben ir como 10 temporadas.
-Con el abogado Hairabedian conforman una pareja algo bizarra. ¿Cómo lo elegiste?
-Por el nivel histriónico que tiene, por la forma de comunicarse y porque es un referente en su materia, un tipo inteligente que maneja muy bien el léxico y me da un respaldo jurídico increíble.
-O sea que pusiste a tu abogado de cabecera, al aire con vos.
-Sí, ja, ja, cumple una función doble, la de poner la cara, de hacer análisis que están buenos, aunque (bromea) ya está un poco viejo y empieza a ser un lastre…
-Ja, ja.
-Pero uno todavía ve la parte positiva, es un amigo, ja, ja.
-Tuviste dos levantamientos de programas por presiones del Gobierno, ¿cómo llevas eso?
-En su momento yo estaba trabajando también en radio LV2. Era un momento en que se solicitaban operadores políticos más que periodistas. Por ejemplo, (el empresario del grupo Uno, Daniel) Vila me pidió hacer un programa contra Luis Juez, así de la nada. Lo rechacé.

-¿Esa era la idea general y la línea editorial del programa?
-Sí, había que hacer un programa en contra de Luis Juez una vez por semana.
-¿Y se iba a llamar Todos contra Luis?, ja ja.
-No, ja ja, era repasar todas las promesas de campaña de Juez y ver cómo no se habían cumplido. Pero sólo había que hacer eso con Juez, no con las promesas de De la Sota. Rechacé esa operación, así como rechacé otras. Una vez me llevaron una carpeta sobre la internación psiquiátrica de (nombra a un conocido político cordobés), porque querían instalar que había sido adicto y terminó internado en un loquero. Era mucho.
-No has sido empleado de un medio periodístico, sino que trabajás aportando contenidos de modo independiente.
-Nunca tuve la chance de trabajar como empleado de los medios, nadie me lo ofreció ni me dijo “loco, vení a trabajar acá”. Hubiera sido algo más descansado. Yo tuve problemas físicos muy graves. También mastico lo que le pasa a la gente. Hoy había una chica cuadripléjica que me quería conocer y tengo tres trabajos, pero aun así me hice tiempo y la fui a ver. Me involucro mucho con eso.
-Supiste convertir una debilidad en fortaleza. Para muchos periodistas estar adentro de un medio es lo deseado, pero vos convertiste en virtud el hecho de permanecer afuera, pudiste seguir haciendo cosas interesantes sin estar adentro del medio.
-Sí, puede ser. Es mucho más exigente porque dependés de vos. Por ejemplo hoy hago otros dos programas que dependen del canal y eso lo tomo más relajado. En cambio con ADN me importa absolutamente todo: si se pasan promos o no, si se lo menciona en el canal o no. ADN soy yo, como que soy yo mismo, no tengo otra red de contención, si no tengo eso, no puedo vivir.
-¿Cómo es tu relación con los auspiciantes del programa? No contar con la presencia que te da un medio ¿te obligó a construir un vínculo distinto con anunciantes, con los empresarios?
-Tengo 18 auspiciantes. No acepto como auspiciante a la Municipalidad de Córdoba ni al Gobierno de la Provincia de Córdoba. En general con los anunciantes tengo mucho más trato. Cuando uno se quiere sumar, llama, y eso lo manejo yo directamente, no quiero que haya nadie en el camino. Pero eso no es un condicionante. Por ejemplo tenemos la pauta de CET, casinos del Grupo Roggio, y hemos sacado dos denuncias fuertes que los involucran. El anunciante nunca me llamó para recriminarme por lo que dije. Otra cosa es que la pauta de ADN es muy barata. No me duele si un anunciante se va. Hoy me llamó uno que me decía que el Gobierno provincial va a presionar a los auspiciantes que están en ADN y trabajan para el Gobierno para que dejen de pautar en el programa. La verdad es que si se van cuatro o cinco no me molesta, porque me manejo con auspiciantes chicos y que no me provocan un gran problema cuando se caen y ni hacen una gran diferencia cuando se agregan.
-Eso es algo muy grave: es una extorsión oficial contra tu programa periodístico.
-Absolutamente. No me llamó un funcionario, eh. Me llamó un auspiciante en nombre de.
-Por desgracia, no es algo nuevo ni que haya inventado De la Sota. Lo sufrimos también en Córdoba con los gobiernos anteriores.
-Pasa que yo empecé a trabajar en la época del gobierno de De la Sota. Lo que sucedía antes lo sé por lo que me cuentan otros periodistas sobre los gobiernos radicales.
-¿Por qué rechazás a priori la publicidad de la Municipalidad y de la Provincia de Córdoba?
-Porque si tengo que decidir no tocar un tema por algún motivo, prefiero que sea algo vinculado a una empresa que me auspicia. En el Gobierno son tantas las áreas que uno se puede sentir condicionado. Yo tuve el diario ADN, que llegó a estar bancado publicitariamente en un 45 por ciento por el Gobierno. Habíamos empezado con auspicios privados y cuando vi esa situación le dije a mi socio que no siguiéramos. Él me decía por qué, si estábamos rebien. Pero yo sentía que no era lo que predico. Esto me trajo una discusión grande con mi familia, mi mujer ha llorado varias veces por estas cosas.
-¿Cómo es tu relación con tus colegas periodistas de Córdoba?
-Bueno, la verdad y esto es quizá una deficiencia, el hecho de que uno tenga tres trabajos y no pueda delegar, hace que cuando termine, acabe con la cabeza agotada y no quiero ver más que a la familia y a mi familia porque tengo obligación de verla. Pero terminás cansado y sin ganas de interrelacionarte. La verdad es que con los colegas no tengo mucha relación, no he podido hacer amistades y además en el programa tenemos un bloque donde hablamos de los colegas. Entonces, si no me quieren, los entiendo. Pueden tener razón en no quererme.
-¿Por qué? ¿Qué les criticás, te metés con sus vidas íntimas, hablás mal de sus madres?
-No, ja, ja. La verdad es que son boludeces. Yo grabo el programa en lo de (el productor televisivo Jorge) Zapata, y Zapata me critica sistemáticamente en cada uno de sus programas de una manera no tan cándida como hacemos nosotros con los colegas. Tengo una relación buena con él y sigo grabando ahí. También (el conductor de Canal 10 y Radio Universidad) Max Delupi me ha pegado 800 mil veces en el mismo medio, y a mí eso no me modifica nada.
-¿Por qué te critican?
-Zapata había hecho un promo de su programa este año, en la que decía que yo había hecho un plagio. Esa promo fue rotativa en toda la programación del canal, imaginate eso. Me trajo complicaciones porque aunque a su programa nadie lo vio, a la promo sí la vieron y eso me trajo muchos problemas. Era una estupidez sobre una presentación de mi programa en la que parodiamos un videoclip de Robbie Williams.
-Hacés un programa en el que las cámaras ocultan están en primer plano. ¿Cuál es tu mirada sobre esa herramienta?
-La verdad que las veo bien, muy bien. Desde el momento en que hemos podido meter en cana este año, qué sé yo… 15 personas fueron en cana. Por ejemplo, el caso de los dólares truchos no hay forma de hacerlo sin una cámara oculta para mostrar al tipo. Igual con el tipo que vendía cheques y era un choro importante que había entrado a bancos. Las cámaras ocultas son un instrumento importantísimo que hay que saber manejar, y el mejor manejo es la humanidad, cuando vos te podés poner en el lugar del otro. Yo nunca emitiría algo privado, aunque esté muy mal con (nombra al mismo político que nombró en una respuesta anterior), nunca habría pasado el expediente ese del neuropsiquiátrico, por más que esté muy mal con él, porque es una cuestión ética que yo no rompería.
-Mi impresión como televidente es que en el programa hay un abuso de cámaras ocultas a empleados de ventanilla, porteros, policías de calle, gente que no tiene responsabilidad importante ni decisión sobre los temas que ustedes denuncian, y que quedan expuestas ante miles de personas.
-Pasa que muchas situaciones el Gobierno te las modifica en dos segundos, a la Justicia te la compran en dos segundos. Entonces con la cámara oculta chequeo y marco todo. Nunca ha pasado nada grave con esa gente que ha quedado expuesta. Ahora, ¿expuesta a qué? ¡Si vos sos cómplice! Esto lo hago como modo de vida. Mi primer trabajo fue en un call center de Personal, era una vergüenza cómo la robaban a la gente. Yo era telemarketer y llevaban un pizarrón donde había una tabla de posiciones sobre quién era la persona que más vendía. Uno tenía que engañar a la gente de frente. Una vez hablé con una señora grande y le pregunté si tenía tal servicio. La escuchaba confusa, le preguntaba qué servicios tenía y yo en mi computadora veía todos los servicios que tenía, pagaba mucho, un básico alto y yo le ofrecía más cosas y ella me decía que sí, sin darse cuenta bien lo que le estaba ofreciendo. Me dije, “loco, tengo que dejar esto”. Y eso que estábamos pasando una situación muy mal con mi familia, una pésima situación económica. Cómo será que con lo que cobré en ese trabajo me compré un colchón. Mirá hasta dónde llego, ¿no? Por eso digo, el tipo que es cómplice de una situación irregular y perjudica a otras personas, la verdad que no me importa mostrarlo, si sos cómplice, la verdad que no me importa mostrarte.
-¿Cómo cuidás a los productores que hacen esas cámaras ocultas, que son los que ponen la cara y se exponen en situaciones peligrosas?
-Hay un productor ahora. Depende de qué tipo de cámara sea. Si son de riesgo, estoy yo afuera y estamos en contacto permanente, llevamos alguna seguridad. Si no son de riesgo, no.
-¿O sea que llevan un patovica por si le empiezan a pegar al productor que lleva la cámara oculta?
-Una vez llevamos dos policías retirados a un lugar que era bien complicado y no nos querían dar personal adicional de la Policía. Aprendimos, nos cuidamos.
-¿Cómo elegís los temas para el programa? ¿Cómo equilibrás lo que es espectacularidad televisiva con la importancia de los temas que tratás?, si es que buscás equilibrar.
-No, no equilibramos nada. Es según cómo entran los temas. Yo no busco espectacularidad. Creo que los casos que pasamos al aire no tienen espectacularidad, son pesados inclusive. Por ejemplo ¿qué espectacularidad puede tener decir que policías se han robado cuatro millones de pesos en horas adicionales? Nada, absolutamente nada, pero dediqué un programa a eso.
-Pero sí tiene espectacularidad, por ejemplo, mostrar a los asesinos confesos de alguien que fue muerto hace 10 años, y mostrar las cámaras ocultas a personas que contaban “sí, yo lo asesiné”, “yo partí el cadáver en pedazos para que entrara en el auto”, “yo…”.
-Sí, eso es cierto. En ese caso particular no había otra forma de llegar que no fuera por la cámara oculta. Era un caso denunciado muchas veces en la Policía, de hecho el fiscal no quería que pasáramos el programa. Si la Policía y la fiscalía no habían tomado ningún tipo de intervención ¿por qué no lo voy a hacer yo? La señora que me lo contó estaba con sus dos hijos, cuyo padre era el asesinado. ¿Por qué no lo puedo hacer?
-Creo que sos uno de los periodistas menos citados por los colegas de Córdoba. ¿Creés que no les gusta tu trabajo o el modo en que lo encarás?
-No, pasa porque… bueno, digamos…. vivimos en un mundo donde cada uno se quiere posicionar a su manera. Yo antes era así, un poco, era un poco como egoísta y ahora como que me he abierto más. También estoy con muchas ganas de dejar la profesión.
-¡Con ganas de dejar la profesión! ¿Vas a ser otro de los periodistas que cambie el periodismo por la asesoría a empresas y políticos? ¿O te vas a dedicar a cantar?
-¡Sí, voy a cantar!. Ja, ja. Bueno, cantar, espero que no. Pero muchas veces tengo ganas de dejar la profesión.
-Algunos periodistas sienten que dan la cabeza contra un techo y abandonan la profesión.
-No, para pegar con el techo me falta muchísimo, nunca pegás con el techo, pegás con el techo cuando gobernás, cuando sos gobernador, cuando podés cambiar la vida de la gente. Uno trabaja en esto para poder cambiar algunas realidades. Si las cambiás es una mierda. Siento que el trabajo no me sirve si no cambio alguna realidad.
-¿Y desde cuándo estás pensando en dejar el periodismo?
-Lo pensé un montón de veces. He hablado con empresarios amigos para ver si podemos hacer sociedades, meterme en la venta de algo…
-No me digas que vas a cambiar la televisión por la venta de planes de ahorro para comprar autos…
-Ja, ja. No, podés hacer otras cosas, qué sé yo, construcciones, poner tu nombre para hacer inmobiliarias. Es muy cansadora esta profesión, esta relación. Ya no pido más que los otros medios nos levanten los temas del programa, antes por ahí sí vivía mucho de eso. Ahora vivo más de que hay gente que te lo agradece. Es increíble cuando se te reconoce el trabajo, está muy bueno ir a cualquier lugar, a una clínica, que te atiendan bien porque piensan que hiciste las cosas bien. Si no fuera así, nos hubieran hecho mierda. Yo tengo la confianza de la gente que está al lado mío. Pero siempre hay ganas de dejar. Son muchas responsabilidades. Hace un año hice un tumor en la cabeza, me operaron dos veces en una semana, fue una cirugía mayor.
-¿Qué impresión tenés de la Justicia penal cordobesa a partir de las denuncias que hacen semanalmente en el programa? ¿Ves alguna reacción?
-Ya no me sorprendo tanto, pero es realmente increíble cómo no actúan, pese a lo que cobran. En la primera temporada del programa uno todavía creía, pensaba que los tipos estaban muy…
-Sobrecargados de trabajo…
-Ja, ja. Sí, eso, uno les creía eso, que estaban ocupados con otras cosas importantes.
-Y descubriste que no es así.
-Uno les creía pese a que uno también sabía que podían ser unos acomodados como vos escribiste en un libro, pero pensaba que igual podían hacer cosas, ser objetivos, ponerse a trabajar con estos temas de corrupción. Pero me choco con situaciones más feas. No hay preparación en los fiscales. Por eso rescato actitudes de Hairabedian cuando me dice qué causas tomas y cuáles no. La otra vez un juez federal que actuó en la dictadura le pidió que lo defendiera y se negó, porque eso era un límite para que yo pudiera seguir trabajando con él. Ese juez favoreció a los militares. Mi vieja iba a la Justicia federal cuando a mi viejo lo detuvieron en aquella época. Yo recién conocí a mi viejo a los 2 años, porque desde el 24 de marzo de 1976 había estado tras las rejas.
-¿Por qué estuvo preso tu viejo?
-Trabajaba y militaba en un gremio. Pero no importa el porqué. Estoy absolutamente seguro y convencido de que nunca en su vida tocó un arma, y de que es un tipo honesto. La ha sufrido mucho y nunca habló mucho de sus cosas, y cuando habla, se quiebra.

-Hacés terapia hace mucho. ¿En qué sentís que te ayuda?
-Me ayuda a entender mucho a mi viejo, la situación familiar. Me parece que todos los líos que uno tiene en la cabeza o las cosas del comportamiento con las que uno no se siente cómodo, vienen de su situación familiar. A mí, por lo menos, la terapia me ayuda mucho.

Dije justamente lo contrario. Barrick Gold financio la campaña de Macri, y en ADN este año escracharon que hay varios tipos en (creo que Ministerio Energía y Minería) que directamente salieron de Barrick Gold. Uno de esos dice que el cianuro es “una sal, que no hace mal al ser humano”.

Tomás Méndez me parece uno de los mejores periodistas del momento. Investiga cosas que no salen en muchos otros medios.

20 millones de pesos no es nada, jajaja. Con eso no comprás ni 10 mil votos.

[b]Mirtha Legrand volvió a criticar al Gobierno por la reforma previsional

Implacable, la conductora aseguró que “es muy probable que a Mauricio Macri lo asesore un monje negro”[/b]

Ella suele decirlo: “Hice mucho para que ganara este Gobierno”. Sin embargo, no por eso le esquiva a las críticas. Hoy, una vez más, Mirtha Legrand mostró su descontento con el devenir político de Cambiemos: esta vez con la polémica reforma laboral.

En una entrevista concedida a Crónica, la conductora indicó, refiriéndose al proyecto, que “las medidas que se toman deben ser motivo de riguroso análisis”.

“Hemos vivido en las últimas horas las postales de un país que no queremos que se vuelvan a reiterar. La reforma previsional y el cuadro de situación de los jubilados son temas que nos preocupan y por el que debe de haber una consideración muy especial. Las medidas que se toman, reitero, deben ser motivo de riguroso análisis”, indicó.

Además, se mostró disconforme con la intención del Gobierno de brindar un bono como compensación para las jubilaciones de hasta 10.000 pesos . “Se piensa que con el bono y con cierto beneficio que se establecería a partir de junio, la situación cambiará para ellos de la noche a la mañana. Ahora yo me pregunto, ¿cómo puede un jubilado esperar una mejora en plazos que para ellos las exigencias de los tiempos y del reloj siempre son urgentes? El jubilado no puede demorar su atención, la compra de remedios carísimos, su necesidad de subsistencia y alimentación. Las necesidades para ellos son vitales y urgentes. No dependen de los plazos y de las expresiones de buena voluntad. Dependen de su ciclo biológico y no es precisamente el de una persona joven o de mediana edad”, aseguró.

Sus críticas no quedaron allí. “No piensan cómo determinadas medidas repercuten en la estructura general de la población y esto, por consiguiente, deja un balance totalmente desfavorable para todos”, indicó en otro tramo de la entrevista.

Por eso, su consejo para el Presidente fue claro y conciso. “Es muy probable que a Mauricio Macri lo asesore un monje negro. Debería contar con gente que le haga ver la realidad tal como es. Y si no reparemos en lo que sucedió con los ‘aumentazos’ que se dieron y con los que van a venir. Tarifazos que la población no puede solventar desde sus propios ingresos”.

http://www.lanacion.com.ar/2092080-mirtha-legrand-volvio-a-criticar-al-gobierno-por-la-reforma-previsional

Para una persona no millonaria es bastante (y mucho mas antes de la devaluación). Majul es otro de los que cobraba una cifra similar. “Invertir” en formadores de opinion da mas rédito (y sale mas barato) que comprar votos 1 a 1.

La decisión del juez federal Claudio Bonadio de ordenar el procesamiento y la detención de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (que evitó la prisión efectiva gracias a su inmunidad parlamentaria como senadora), junto a su excanciller, su exasesor legal y tres dirigentes de su partido, produjo una fuerte conmoción en la escena política argentina. El eje de la acusación es el memorándum de entendimiento firmado en 2013 entre el gobierno de Fernández de Kirchner e Irán, que contemplaba la creación de una comisión de la verdad encargada de investigar la responsabilidad de cinco exfuncionarios iraníes acusados de participar en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina en Buenos Aires (AMIA) en 1994, que dejó un saldo de 85 muertos.

La justificación oficial para la firma del acuerdo entre ambos países fue que las leyes argentinas no contemplan el juicio en ausencia y las de Irán no admiten la extradición de sus ciudadanos, por lo que el memorándum permitiría que un juez argentino viajara a Teherán a indagar a los acusados. De este modo se podría destrabar la causa, que se encontraba paralizada.

Sin embargo, en un fallo de 491 páginas, Bonadio sostuvo que el verdadero objetivo era encubrir la responsabilidad de Irán a cambio de una serie de beneficios económicos. Para ello retomó la denuncia que en 2015 había formulado el fiscal encargado de investigar el atentado, Alberto Nisman, que apareció muerto de un tiro en su departamento de Buenos Aires un día antes de su esperada declaración en el Congreso, sin que todavía se sepa si se trató de un suicidio o un asesinato.

La acusación de Bonadio apela a la figura legal de “traición a la patria”, que establece penas severísimas que pueden llegar a la reclusión perpetua. Como el Código Penal contempla este delito para aquellos ciudadanos que se unan o ayuden a los “enemigos” de la nación, lo que supone un contexto bélico, el juez interpretó que el atentado contra la AMIA (y el anterior contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992) fueron “actos de guerra”.
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Foto
Una manifestación para rememorar a las víctimas del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el 18 de julio de 2016 en Buenos Aires Credit Daniel Vides/Agence France-Presse — Getty Images

El fallo, cargado de interpretaciones forzadas y sostenido en pruebas frágiles, es una muestra de la decisión de los jueces federales de desplegar una ofensiva contra exfuncionarios kirchneristas, en una suerte de mani pulite selectivo.

El primer aspecto controvertido del fallo es evidente: Argentina no entró en guerra con Irán, lo que según la Constitución habría implicado una ley del Congreso, y de hecho nunca interrumpió sus relaciones diplomáticas con ese país.

El segundo punto está relacionado con las alertas rojas de Interpol. La forma de lograr la supuesta impunidad de los iraníes era que Interpol levantara los pedidos internacionales de detención librados por la justicia argentina, que en los hechos constituyen el principal elemento de presión sobre Teherán. Sin embargo, tanto cuando se conoció la denuncia de Nisman, en 2015, como la semana pasada, cuando se difundió el fallo de Bonadio, Ronald Noble, secretario general de Interpol de 2000 a 2014, sostuvo que este pedido nunca fue formulado e incluso exhibió una nota enviada por la cancillería argentina tras la firma del memorándum en la que aclaraba que las alertas rojas debían mantenerse vigentes.

La tercera cuestión es el móvil secreto que habría impulsado a Fernández de Kirchner a firmar el acuerdo. La denuncia de Nisman la acusaba de buscar mejorar las relaciones comerciales. Pero en este punto la realidad se mezcla con la fantasía. El comercio bilateral con Irán, en efecto, arrojaba un superávit de más mil millones de dólares, que ayudaba a reducir el déficit comercial argentino. Sin embargo, las exportaciones argentinas hacia ese país se concentran básicamente en commodities (trigo y soja) y están a cargo de compañías multinacionales, que difícilmente requieren de un acuerdo secreto para concretar sus operaciones. Por otra parte, no se comprobó un aumento significativo de los intercambios comerciales desde la firma del memorándum.

Otras versiones, que no se incluyeron en la denuncia pero que han sido difundidas, aludían a motivos más oscuros: un préstamo financiero e incluso un tratado nuclear. Cuando se firmó el memorándum, Argentina atravesaba una etapa de vulnerabilidad macroeconómica, que la llevó a concretar acuerdos de intercambio de monedas con potencias no occidentales como China y Rusia. Sin embargo, nunca hubo ningún indicio de que se explorara una opción semejante con Irán. La hipótesis nuclear es la más improbable: aunque es cierto que Argentina es una potencia atómica, se trata de un desarrollo pacífico que incluye un complejo sistema de inspecciones cruzadas con Brasil, lo que hubiera hecho muy difícil avanzar en un tratado secreto en esta materia.

En suma, la calidad de las pruebas pone en cuestión el fallo de Bonadio, tal como reconocieron incluso analistas críticos del kirchnerismo. Esto, por supuesto, no convierte al memorándum en una decisión política acertada. El acuerdo generó el rechazo de la comunidad judía local y profundizó la distancia diplomática entre el gobierno argentino y Estados Unidos: recordemos que el pacto fue suscrito dos años antes del tratado entre Irán y las grandes potencias, en un contexto de temor ante la amenaza nuclear iraní. Por otra parte, los resultados del memorándum fueron nulos: la justicia argentina lo declaró inconstitucional, por lo que nunca entró en vigencia.

Además, contribuyó a acentuar la debilidad política del gobierno de Fernández de Kirchner. Las dudas por la muerte del fiscal Nisman nublaron el tramo final de la presidencia de Cristina y crearon un estado de sospecha general en la opinión pública que dos años después, con Mauricio Macri en la Casa Rosada, habilitó al juez Bonadio, que tiene una larga historia de enfrentamiento con el kirchnerismo, a procesar y detener a los exfuncionarios.

Lejos de tratarse de un hecho aislado, el fallo se inscribe en el marco de una ofensiva del fuero federal contra el kirchnerismo, en algunos casos con pruebas sólidas relacionadas con episodios de corrupción y, en otros casos, juzgando decisiones políticamente objetables pero que no necesariamente constituyen delitos. La decisión de Bonadio es una muestra particularmente tosca de este segundo tipo de fallos y una confirmación del enorme poder de los jueces federales, que constituye uno de los grandes dramas de la democracia argentina.

Los jueces federales están a cargo de los delitos que afectan al Estado nacional, desde las denuncias de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura a los desbordes represivos de las fuerzas de seguridad y, sobre todo, el contrabando, el narcotráfico y la corrupción. Al ser pocos (solo doce en la ciudad de Buenos Aires), acumulan cientos de causas cada uno y, por lo tanto, un importante peso político. El diseño institucional les concede además una amplia libertad (o arbitrariedad) para utilizar los recursos de las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, dictar medidas y decidir los tiempos de los procesos.

El resultado es que los sucesivos presidentes han descartado los proyectos destinados a ampliar el número de juzgados federales y reducir la cantidad de causas a cargo de cada uno, diluir el poder del fuero fusionándolo con otros o establecer reglas procesales más estrictas, todas medidas que podrían limitar su espacio de maniobra. Advertidos de los riesgos, los gobiernos prefieren llegar a acuerdos implícitos de convivencia antes que enfrentar a un puñado de jueces poderosos que acostumbran dormir con el dedo en el gatillo.

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Que grande hasta Mirtha ya lo sabe. Lo asesora el monje negro. :mrgreen:

Ya me imagino quien le metió esa idea loca en la cabecita. :twisted:

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Yo pense lo mismo. :lol:

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Es muy fuerte que haya dicho monje negro.

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Es mucho, estaba 3 millones con cristina, en dos años aumento un 700%, 454% en un año ni bien asumio.

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“Advertidos de los riesgos, los gobiernos prefieren llegar a acuerdos implícitos de convivencia antes que enfrentar a un puñado de jueces poderosos que acostumbran dormir con el dedo en el gatillo.”

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