Pepe Eliaschev, enfermo de odio

Patriotismo

Lejos de la pompa acosadora, mutantes y buscas patrullan con displicencia la “Ciudad Bicentenarizada”. El estruendo hiriente que envuelve al Centro suscita la respuesta despreciativa de un sarcasmo sordo.

    [b][Ver Comentarios (60)](http://www.perfil.com/contenidos/2010/05/22/noticia_0042.html#comentarios)[/b]

 [b]Por Pepe Eliaschev |   22.05.2010    |            22:59                                      [/b]

           Lejos de la pompa acosadora, mutantes y buscas patrullan con  displicencia la “Ciudad Bicentenarizada”. El estruendo hiriente que envuelve al Centro suscita  la respuesta despreciativa de un sarcasmo sordo. Las gentes van y vienen, rodeadas de  un pronunciado aire de ajenidad. Los fastos encarados a alto costo para celebrar los famosos  doscientos años del país no los afectan, ni tampoco interpelan.

En varios sentidos, las muchedumbres porteñas miran de reojo y con fastidio el desparramo en una ciudad colapsada por preparativos de gruesa teatralidad. Se nos informa que estamos de fiesta.
Con la 9 de Julio literalmente intervenida, las laterales son corredores de pintoresco existencialismo, patrullados por merodeadores de todo pelaje. Al mediodía del jueves, camino por Lima desde Avenida de Mayo, y paso junto al sobredimensionado stand de las Madres de Bonafini convertidas en estatuas. Por la acera, innumerables tarjeteros, uno cada diez metros, reparten una folletería reveladora de un país envilecido donde innumerables desocupados rasguñan el fondo de la olla. Entregan unas pequeñas octavillas de 8x5, las mismas que decoran las derruidas cabinas telefónicas, vergonzosamente subsistentes.
En Buenos Aires la explosión incontenible de la promoción de servicios sexuales es llamativa. Las pequeñas tarjetas incluyen dirección formal y teléfono de línea de los burdeles. Sus apelaciones son pedestres. Completita, dulce y atrevida. Cumplimos todas tus fantasías. Sólo para exigentes. Sensual y atrevida. Ambiente climatizado. Solita en mi departamento. Te espero. Firman Candela, Pamela, Sofía, Aby, Brisa, Abril.
Ruidosos, beligerantes, invasivos, los bondis marchan a paso de hombre, paragolpe contra paragolpe. Nadie entiende por qué, ni para qué tamaño desbarajuste, pero por todas partes un patrioterismo banderillero y desfachatado pretende justificar el desorden, como si esta gestualidad callejera tan desaforada fuese equivalente a la exaltación de nobles ideas nacionales.
Esas gentes caminan a mi lado, rozan o chocan sus cuerpos, enajenados y miran sin ver nada. Habitan este tablado nacional de fines de la segunda centuria. ¿Estamos molestos? Claro que sí, pero nuestra reacción encarna la irritación arquetípica de esta época argentina, ya que nuestro prurito de fastidio no sale de un intrínseco aislamiento. No cambia nada.
El Teatro Colón muestra su formidable estampa recuperada, puesta en valor tan impresionante que sólo será debidamente valorizada dentro de algunos años, pero hasta en su propio entorno no se han podido evitar las radiografías más elocuentes de la rispidez social. En una Plaza Lavalle embellecida a fuerza de rejas para acotar el vandalismo galopante que barbariza los espacios públicos de este país, y cuya impronta de destructividad más furiosa se hace ver en Buenos Aires, césped, arbustos, canteros y árboles coexisten con grupos de indigentes que duermen al sereno, bajo tolderías vergonzosas. Hay que ser necio o deshonesto para no advertir la ostensible degradación humana patentizada en las calles de esta ciudad.
En una metrópolis donde había por lo menos diez espacios abiertos, enormes y propicios para montar la gran exhibición del patrioterismo gubernamental sin asfixiar a la gente, el Gobierno exhibe su desaforada espectacularidad en torno del Obelisco, para enloquecer aún más la vida cotidiana de decenas de millares de personas durante un mes, antes y después de este 25 de Mayo. No optaron por la Costanera Sur, el Parque Indoamericano, el Autódromo, o el Parque de la Memoria en la Costanera Norte. No. La idea es de un populismo primitivo y rutilante, para enfadar a la mayor cantidad de gente, la mayor cantidad de tiempo posible y al mayor costo.
Supuestamente “autónoma” desde 1994, la Ciudad de Buenos Aires padece impotente la trituradora estatal, que cierra calles, desvía tránsito y destruye espacios oportunamente reparados. En muchos sentidos, todo lo que acontece pareciera sugerir que hay en curso un “máster plan” perverso, indómito e imparable, destinado a cambiar la sustancia y espíritu de una ciudad a la que el poder nacional desdeña, por demasiado burguesa.
Sentadas en cuclillas, a la manera andina, personas ataviadas como indígenas del Altiplano venden objetos, supuestamente artesanales, exhibidos en sus mantas en la esquina, supuestamente peatonal, de Avenida de Mayo y Perú. Para acentuar su apariencia de habitantes legítimamente originarios, beben mate y fuman unas imponentes pipas, junto a la legendaria confitería London eternizada por Julio Cortázar en Los premios, sitio otrora encantado en apasionantes tiempos ya idos.
Recorrer la ciudad observando sus intersticios con morosa y atenta prolijidad revela existencias sorprendentes. ¿Qué tienen que ver esas estampas de derrota y abatimiento con la prepotente y grosera exhibición nacionalista que se agiganta este 25 de Mayo?
Cerca del Congreso, los que viven y duermen en la calle dejan sus colchones sobre los altos alfeizares del edificio del Senado, en la esquina de Solís y Rivadavia. Cuando anochece los bajan, se acurrucan en ellos y ahí se quedan hasta la madrugada. No menos de 50 seres duermen en esos huecos, alimentados de noche desde camionetas del Gobierno de la Ciudad que reparten comida caliente en la Plaza del Congreso. Pocas cuadras más al sur, en la esquina de Solís y Belgrano, a cien metros del Departamento de Policia, un chico está casi todo el día echado al piso junto a una boca de respiración desde la que sale el aire caliente de la cocina de una pizzería.
Mutantes, ambulantes, resignados, alelados, gente desorientada y condenada, sobrevive malamente en una impávida ciudad emborrachada de banderas argentinas y Bicentenarios pretenciosos.
Si me despojo, por un breve instante, de los efectos anestesiantes del brebaje patriotero, percibo de modo rotundo, las imágenes de una puesta en escena indecorosa, como si una gruesa capa de maquillaje intentara tenazmente vestir de tersura y belleza un rostro descompuesto y surcado de arrugas.

*Visite el blog de Pepe Eliaschev en www.perfil.com


Ya lo había posteado, pero lo vuelvo a leer y no lo puedo creer. ¿Qué le pasó a este tipo?


Algunos de los mensajes que dejaron debajo de su nota:

28-05-2010 13:26:09 hs | Eledu escribió:

	Pepe, yo era un oyente tuyo que te seguí durante mucho tiempo. Te  admiraba... ¡Hasta junté los diarios con tus editoriales! Hoy siento  vergüenza ajena de vos, pues tenés el tupé de insultar e insultarme como  lo haces en este artículo. Me siento agraviado por tu intolerancia y tu  falta de sentido democrático. Sos un autócrata y me extraña, pues  padeciste persecuciones hasta personales y supiste bregar por causas  justas. No te voy a agraviar, pero no me trates de ¨mutante¨: pude ver  mucho este fin de semana de lo que vos precisamente no sabes aportar  como periodista para analizar la realidad que compartimos. Para mi,  simplemente sos un traidor moral y ético. Sos un indecente. Eduardo  Fernández.

28-05-2010 13:03:01 hs | VikCorleone escribió:

	estas enfermo !!! superaste el nivel normal del garca argentino  tipo, tirate un cable a tierrao hacete amar por un burro bien dotado

27-05-2010 21:40:51 hs | ernestomda escribió:

	Sr Eliaschev: Yo soy parte de ese ¨pueblo popular¨ que festejó  y  lo que usted dice no me identifica absolutamente para nada.Hay necesidad  de tanto desprecio? tanto recelo? tanta mala onda?La verdad que desde  mi perspectiva, su comentario deja mucho que desear.Creo que las  palabras más adecuadas para describir lo que produce leer su escrito es  ¨totalmente desagradable e hiriente¨.Espero reflexione y deje de lado su  partidismo absurdo para poder esbozar una opinión un poco mas cercana a  la realidad.Realmente estas son cosas que duelen y hacen que la gente  se siga dividiendo.Con este tipo de cosas Señor Eliaschev, contribuye a  generar climas poco felices. Cosa que en la semana de mayo no se vivió,  porque realmente el pueblo estaba feliz, menos usted.

28-05-2010 06:43:31 hs | josepzamp escribió:

	¿TODOS LOS SIONISTAS SON TAN GORILAS? (:lol:)

                         					 	 		 		[b]27-05-2010 21:36:17 hs | [b]fersf[/b] escribió:[/b]

	¨Esas gentes caminan a mi lado, rozan o chocan sus cuerpos,  enajenados y miran sin ver nada.¨

El que me parece que mira sin ver nada es usted…cuanta soberbia!!!,que de palabras vacías,rimbombantes,sin sentido.

Patriotismo

Lejos de la pompa acosadora, mutantes y buscas patrullan con displicencia la “Ciudad Bicentenarizada”. El estruendo hiriente que envuelve al Centro suscita la respuesta despreciativa de un sarcasmo sordo.

    [b][Ver Comentarios (60)](http://www.perfil.com/contenidos/2010/05/22/noticia_0042.html#comentarios)[/b]

 [b]Por Pepe Eliaschev |   22.05.2010    |            22:59                                      [/b]

           Lejos de la pompa acosadora, mutantes y buscas patrullan con  displicencia la “Ciudad Bicentenarizada”. El estruendo hiriente que envuelve al Centro suscita  la respuesta despreciativa de un sarcasmo sordo. Las gentes van y vienen, rodeadas de  un pronunciado aire de ajenidad. Los fastos encarados a alto costo para celebrar los famosos  doscientos años del país no los afectan, ni tampoco interpelan.

En varios sentidos, las muchedumbres porteñas miran de reojo y con fastidio el desparramo en una ciudad colapsada por preparativos de gruesa teatralidad. Se nos informa que estamos de fiesta.
Con la 9 de Julio literalmente intervenida, las laterales son corredores de pintoresco existencialismo, patrullados por merodeadores de todo pelaje. Al mediodía del jueves, camino por Lima desde Avenida de Mayo, y paso junto al sobredimensionado stand de las Madres de Bonafini convertidas en estatuas. Por la acera, innumerables tarjeteros, uno cada diez metros, reparten una folletería reveladora de un país envilecido donde innumerables desocupados rasguñan el fondo de la olla. Entregan unas pequeñas octavillas de 8x5, las mismas que decoran las derruidas cabinas telefónicas, vergonzosamente subsistentes.
En Buenos Aires la explosión incontenible de la promoción de servicios sexuales es llamativa. Las pequeñas tarjetas incluyen dirección formal y teléfono de línea de los burdeles. Sus apelaciones son pedestres. Completita, dulce y atrevida. Cumplimos todas tus fantasías. Sólo para exigentes. Sensual y atrevida. Ambiente climatizado. Solita en mi departamento. Te espero. Firman Candela, Pamela, Sofía, Aby, Brisa, Abril.
Ruidosos, beligerantes, invasivos, los bondis marchan a paso de hombre, paragolpe contra paragolpe. Nadie entiende por qué, ni para qué tamaño desbarajuste, pero por todas partes un patrioterismo banderillero y desfachatado pretende justificar el desorden, como si esta gestualidad callejera tan desaforada fuese equivalente a la exaltación de nobles ideas nacionales.
Esas gentes caminan a mi lado, rozan o chocan sus cuerpos, enajenados y miran sin ver nada. Habitan este tablado nacional de fines de la segunda centuria. ¿Estamos molestos? Claro que sí, pero nuestra reacción encarna la irritación arquetípica de esta época argentina, ya que nuestro prurito de fastidio no sale de un intrínseco aislamiento. No cambia nada.
El Teatro Colón muestra su formidable estampa recuperada, puesta en valor tan impresionante que sólo será debidamente valorizada dentro de algunos años, pero hasta en su propio entorno no se han podido evitar las radiografías más elocuentes de la rispidez social. En una Plaza Lavalle embellecida a fuerza de rejas para acotar el vandalismo galopante que barbariza los espacios públicos de este país, y cuya impronta de destructividad más furiosa se hace ver en Buenos Aires, césped, arbustos, canteros y árboles coexisten con grupos de indigentes que duermen al sereno, bajo tolderías vergonzosas. Hay que ser necio o deshonesto para no advertir la ostensible degradación humana patentizada en las calles de esta ciudad.
En una metrópolis donde había por lo menos diez espacios abiertos, enormes y propicios para montar la gran exhibición del patrioterismo gubernamental sin asfixiar a la gente, el Gobierno exhibe su desaforada espectacularidad en torno del Obelisco, para enloquecer aún más la vida cotidiana de decenas de millares de personas durante un mes, antes y después de este 25 de Mayo. No optaron por la Costanera Sur, el Parque Indoamericano, el Autódromo, o el Parque de la Memoria en la Costanera Norte. No. La idea es de un populismo primitivo y rutilante, para enfadar a la mayor cantidad de gente, la mayor cantidad de tiempo posible y al mayor costo.
Supuestamente “autónoma” desde 1994, la Ciudad de Buenos Aires padece impotente la trituradora estatal, que cierra calles, desvía tránsito y destruye espacios oportunamente reparados. En muchos sentidos, todo lo que acontece pareciera sugerir que hay en curso un “máster plan” perverso, indómito e imparable, destinado a cambiar la sustancia y espíritu de una ciudad a la que el poder nacional desdeña, por demasiado burguesa.
Sentadas en cuclillas, a la manera andina, personas ataviadas como indígenas del Altiplano venden objetos, supuestamente artesanales, exhibidos en sus mantas en la esquina, supuestamente peatonal, de Avenida de Mayo y Perú. Para acentuar su apariencia de habitantes legítimamente originarios, beben mate y fuman unas imponentes pipas, junto a la legendaria confitería London eternizada por Julio Cortázar en Los premios, sitio otrora encantado en apasionantes tiempos ya idos.
Recorrer la ciudad observando sus intersticios con morosa y atenta prolijidad revela existencias sorprendentes. ¿Qué tienen que ver esas estampas de derrota y abatimiento con la prepotente y grosera exhibición nacionalista que se agiganta este 25 de Mayo?
Cerca del Congreso, los que viven y duermen en la calle dejan sus colchones sobre los altos alfeizares del edificio del Senado, en la esquina de Solís y Rivadavia. Cuando anochece los bajan, se acurrucan en ellos y ahí se quedan hasta la madrugada. No menos de 50 seres duermen en esos huecos, alimentados de noche desde camionetas del Gobierno de la Ciudad que reparten comida caliente en la Plaza del Congreso. Pocas cuadras más al sur, en la esquina de Solís y Belgrano, a cien metros del Departamento de Policia, un chico está casi todo el día echado al piso junto a una boca de respiración desde la que sale el aire caliente de la cocina de una pizzería.
Mutantes, ambulantes, resignados, alelados, gente desorientada y condenada, sobrevive malamente en una impávida ciudad emborrachada de banderas argentinas y Bicentenarios pretenciosos.
Si me despojo, por un breve instante, de los efectos anestesiantes del brebaje patriotero, percibo de modo rotundo, las imágenes de una puesta en escena indecorosa, como si una gruesa capa de maquillaje intentara tenazmente vestir de tersura y belleza un rostro descompuesto y surcado de arrugas.

*Visite el blog de Pepe Eliaschev en www.perfil.com


Ya lo había posteado, pero lo vuelvo a leer y no lo puedo creer. ¿Qué le pasó a este tipo?


Algunos de los mensajes que dejaron debajo de su nota:

28-05-2010 13:26:09 hs | Eledu escribió:

	Pepe, yo era un oyente tuyo que te seguí durante mucho tiempo. Te  admiraba... ¡Hasta junté los diarios con tus editoriales! Hoy siento  vergüenza ajena de vos, pues tenés el tupé de insultar e insultarme como  lo haces en este artículo. Me siento agraviado por tu intolerancia y tu  falta de sentido democrático. Sos un autócrata y me extraña, pues  padeciste persecuciones hasta personales y supiste bregar por causas  justas. No te voy a agraviar, pero no me trates de ¨mutante¨: pude ver  mucho este fin de semana de lo que vos precisamente no sabes aportar  como periodista para analizar la realidad que compartimos. Para mi,  simplemente sos un traidor moral y ético. Sos un indecente. Eduardo  Fernández.

28-05-2010 13:03:01 hs | VikCorleone escribió:

	estas enfermo !!! superaste el nivel normal del garca argentino  tipo, tirate un cable a tierrao hacete amar por un burro bien dotado

27-05-2010 21:40:51 hs | ernestomda escribió:

	Sr Eliaschev: Yo soy parte de ese ¨pueblo popular¨ que festejó  y  lo que usted dice no me identifica absolutamente para nada.Hay necesidad  de tanto desprecio? tanto recelo? tanta mala onda?La verdad que desde  mi perspectiva, su comentario deja mucho que desear.Creo que las  palabras más adecuadas para describir lo que produce leer su escrito es  ¨totalmente desagradable e hiriente¨.Espero reflexione y deje de lado su  partidismo absurdo para poder esbozar una opinión un poco mas cercana a  la realidad.Realmente estas son cosas que duelen y hacen que la gente  se siga dividiendo.Con este tipo de cosas Señor Eliaschev, contribuye a  generar climas poco felices. Cosa que en la semana de mayo no se vivió,  porque realmente el pueblo estaba feliz, menos usted.

28-05-2010 06:43:31 hs | josepzamp escribió:

	¿TODOS LOS SIONISTAS SON TAN GORILAS? (:lol:)

                         					 	 		 		[b]27-05-2010 21:36:17 hs | [b]fersf[/b] escribió:[/b]

	¨Esas gentes caminan a mi lado, rozan o chocan sus cuerpos,  enajenados y miran sin ver nada.¨

El que me parece que mira sin ver nada es usted…cuanta soberbia!!!,que de palabras vacías,rimbombantes,sin sentido.

“hacete amar por un burro bien dotado”:lol:

era necesario?

Sos sionista Eze?

No solo Gorila

Bueno pero no te enojes, puse el iconito porque me dio gracia…

Yo lo putearía por lo aburrido.

ok

Gorila,ignorante,soberbio,elitista,sorete,cuasi-oligarca(no le da para ser oligarca),racista,altanero,bruto,ciego,hueco,tragaleche,garca y fronterizo,son las hermosas cualidades de el hijo de mil puta de eliaschev.

Hay cosas en las que concuerdo, pero me parecen exageradas sus afirmaciones