Estimados, lamento pero recién lo termino.
Dado que soy abogado, le hice algunos pequeños retoques (frutos de la abogacía y la vejez).
Por medio de la presente exposición, los firmantes queremos manifestar nuestro repudio frente a la muy dolorosa actual situación que atraviesa el club de nuestros amores, River Plate, cuyo “grato nombre” viene siendo desvalorizado reiteradamente por una mala conducción política, administrativa y deportiva.
Al Presidente, José María Aguilar le queremos pedir SU INMEDIATA RENUNCIA. Junto con él, pedimos que se retire el señor Mario Ernesto Israel, quien desde el año 1983 forma parte de la dirigencia de River como vicepresidente, vocal o integrante del Consejo de Fútbol. El Sr. Israel sería el principal inspirador de los “pases de la disconformidad” que se continúan año tras año: últimamente, por su gestión, habían llegado jugadores como Escalona, Del Campo, Lucas, Rivas, Jersson González, Oberman, Loeschbor, sólo por citar algunos nombres. Lamentablemente, la llegada de algunos jugadores con muy pobres resultados habría sido una de las principales causas que terminaron comprometiendo los recursos de una institución que debería haber ser un ejemplo de prosperidad si hubiera canalizado a favor del socio e hincha esos millonarios recursos.
Nos llaman la atención las acusaciones de obras sobrefacturadas con empresas “fantasmas” (MCI, Carlos Contreras o Constructora Americana); nos sorprenden y alarman las noticias de la aparición de grupos empresarios de poco conocidos orígenes aportando financiamiento en el contexto de decisiones que parece llevar al club a una irremediable debacle. Se menciona a R. Hardoy, quien estaría procesado por quiebra fraudulenta en los tribunales de San Isidro. Se menciona, también, al grupo empresario ligado a los Sres. Hidalgo-Arribas-Zahavi, quienes aportaron fondos que permitieron cerrar contablemente con resultado positivo un año contable (que de otro modo hubiese arrojado un escandaloso resultado económico negativo) en el contexto de una operación de venta de altos porcentajes de figuras y promesas juveniles, aprobada por la actual dirigencia de River, fijada en un monto discutible.
Señalamos con enorme preocupación el escándalo que manchó el nombre del club, desatado por la violencia interna desatada dentro de sus instalaciones, y las denuncias sobre financiamiento y empleo de miembros de la barra brava (la cual es hoy calificada por el Dr. Aguilar como “50 vándalos”), cuestiones todas que derivaron de pésimas decisiones dirigenciales que están afectando a nuestra institución.
Párrafo aparte para el Sr. Daniel Alberto Passarella, que escudado detrás de su traje de ídolo que merecidamente se ganó en su tiempo de jugador, sería hoy ante nuestros ojos el principal responsable del pésimo estado futbolístico de River, agravado por los desaciertos desde su condición de DT. Expresamos nuestra absoluta perplejidad y desagrado por la decisión de renovarle su contrato por 3 años, triplicando sus ingresos, a pesar de no haber peleado ningún torneo en un año y medio de gestión, mientras se gastaban alrededor de 20 millones de dólares en refuerzos.
River es una fuente inagotable de recursos. Una de sus usinas históricas son las divisiones inferiores. Las mismas que Aguilar desmembró despidiendo a Delem en circunstancias que nunca aclaró, generando un período de 4 años sin que apareciera ninguna figura importante.
Expresamos nuestro hartazgo frente al ida y vuelta de extrañas compras de jugadores. Jugadores que si rinden, son vendidos inmediatamente; si no lo hacen, quedan libres o pasan a ser una carga más para el club. Parece ese ser el grueso del déficit operativo mensual que actualmente asola a River, el que debió haber sido uno de los objetivos a subsanar por esta dirigencia. Este problema no sólo no se solucionó si no que, por el contrario, parece cada vez más interminable (como la deuda del club, la cual se modificó de manera inversamente proporcional a los méritos de gestión de los que se jacta verborrágicamente el Presidente de turno)
Por último, exigimos que no nos acusen de ser el fruto de una maniobra política, no tapen el sol con un dedo: somos legítimos hinchas de River y legítimos socios del club a los que se le agotó la paciencia, que no se puede decir que haya sido escasa.
POR EL BIEN DE RIVER, DEL CUAL TAN VERBORRÁGICA Y GRANDILOCUENTEMENTE DICEN AMAR, TENGAN POR UNA VEZ UN GESTO DE GRANDEZA.
RENUNCIA Y ELECCIONES ANTICIPADAS YA. SERÁ JUSTICIA.