00:00 | COLON 1 - RIVER 2: OSCAR AHUMADA
“Quiero a esta camiseta y cada día la siento más”
El volante central fue figura como en el 0-0 con Independiente y su juego ya reclama el perdón. Próxima parada: Monumental. FEDERICO ROZENBAUM | frozenbaum@ole.com.ar
[](javascript:Popup(‘http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1608891&mtmTipo=Imagen&mostrar=891786’,‘fotos’,‘920’,‘650’,‘yes’,'yes’)
1 de 1
PICCOLI NO LO VIO LLEGAR, Y EL 5, OTRA VEZ, SE QUEDARÁ CON LA PELOTA. ROMERO, RESIGNADO.
Sergio Pezzotta pegó el último vistazo antes de iniciar el partido y entendió, aún con la imposibilidad de la confirmación, lo que muchos verían después: que ese pibe, el de la barba guevarista, con la 5 atrás, se iba a comer la cancha. El frío golpeaba fuerte, insistente, en Santa Fe, y el juez se quedó unos segundos mirando la estampa de Oscar Ahumada: el jugador de River era el único hombre del equipo de Diego Simeone que se mostraba arremangado. Desde el minuto cero, sí. Así arrancó. Arremangado, ansioso de otra gesta, el volante ganó un partido más en la pelea por la reivindicación. ¿Ganó? Goleó.
“Quiero a esta camiseta y cada día la siento más. Siempre lo dije. Quiero mucho a River, y siempre di todo. A veces mejor, a veces peor, entrega no me faltó nunca”, se plantó el 5, ya desahogado, tras el 2-1, dos semanas después del silencio atroz y la silbatina de los hinchas en el 0-0 contra Independiente. “Jugué con el corazón”, había dicho entonces Ahumada, figura del clásico para Olé (también para los hinchas en la página oficial del club) y reincidente en la tarde de ayer en Santa Fe. “Creo que se me ve tranquilo. En aquel momento había dicho lo que sentía y creo que, al desahogarme, después me sentí más relajado. Y así juego”, se explicó el cinco del Cholo Simeone, quien también se ocupó de halagarlo: “Ahumada fue muy importante con su entrega, su carácter. La gente se había molestado por una palabra de más, pero también es cierto que los hechos hablan. Y Ahumada habló, y habla, en la cancha”.
El partido se le complicó al volante, como a River, sólo en el comienzo. El Rengo Díaz le ganó la espalda hasta que Ponzio vio la doble amarilla, la roja, y entonces el equipo se paró cerca del área de Carrizo. Desde ahí hasta el final, Ahumada fue el rey de ese embudo en el que Colón cayó constantemente, cortando, saliendo y tocando. “Sí, la verdad que las cosas me salieron bien -admitió, aún sereno, el volante-. Nos cerramos bien atrás y pese a que no tuvimos mucho la pelota tampoco nos generaron chances. El equipo estuvo metido, enchufado, y aprovechó todo lo que generó de contraataque”.
Figura en los dos choques posteriores a su pelea con los hinchas, Ahumada todavía no rindió el peor examen: el Monumental. Lesionado en el 1-0 a Huracán, recién con Olimpo se lo verá alzarse otra vez ante su gente, y quizás hasta consagrarse junto con todo River en este Clausura. “Jugar en Núñez es el segundo paso”, había dicho Oscar. El paso, también, que más se espera: el paso del perdón.
santa fe (env. ESPECIAL).
</SPAN>