Pablo Desimone, El Pity Alvarez del CARP

Esto subió en su cuenta:

[b]“EL UNICO PERIODISTA AL QUE CENSURE” (AÑO 2006) LO DIJO AGUILAR, 4 AÑOS DESPUES. UNA TARDE QUE LO CRUCE EN EL ANILLO. ANTE LA IRONIA DE MI PREGUNTA: ¿TE ACORDAS DE MI?. RAPIDAMENTE SE UFANO CON ESA RESPUESTA TAMBIEN IRONICA Y CARGADA DE PERVERSA INDULGENCIA PARA EL RESTO DE LOS PERIODISTAS. HOY ME SIENTO ORGULLOSO DE HABER DEFENDIDO A RAMON, A DELEM Y AQUEL EL CAMPEON DEL SIGLO QUE AQUELLOS GESTOS DE GUAZON GOTICO NOS EMPEZARO A EMPUJAR HACIA LA “B”

PABLO DESIMONE: “EL UNICO PERIODISTA AL QUE CENSURE” - LO DIJO EN TONO JACTANCIOSO FRENTE A SU SEQUITO DE ALCAHUETES. FUE EN EL 2006, 4 AÑOS MAS TARDE DE QUE SUS TIJERAS PODARON MIS CRITICAS SOBRE EL ALEJAMIENTO DE RAMON Y DELEM. EL COMIENZO DEL FIN…

Hernan Dardes Dice “único periodista” porque al menos (aunque sea como fallido) te reconoce como profesional. A los otros los llamaba por el nombre: Leo, Gastón, etc

Pablo Desimone Perfecta acotación. ¡Qué fallido, tan revelador!. Más allá que su cinsimo psicopático no pudiera evitar palmearme el hombro como felicitándome por la rebeldía. Claro, era bueno mostrar “la cabeza” de lo que le podía pasar a Los leo, Gastón, Néstor, si pateban el tablero. No son muchas las voces. para rescatar. Apenas la de Victor Hugo, entre los pesos pesados. La corporación del silencio fue muy grande y solo ese último puesto con Simeone precipitó su caída. ¿ Siempre los “resultados” serán más importantes que la ética ?.[/b]

En Mendoza, River hace caer el muro de la AFA

¡Hey you! ¿Oyes el estrépito? Es el ruido de los ladrillos del muro que acabamos de derribar. Nos apartamos de la perniciosa influencia de tu presencia. Ya no necesitamos ningún control del pensamiento. Ya no podés ponerle límites a nuestra pasión. Escapamos de tu control, no pudiste con nosotros. Volvemos a fundar el fútbol desde abajo, como hace 110 años. No necesitamos tu conducción.

No necesitamos control mental. Nada de tu oscuro chanchullo en nuestra cancha. ¡Fuiste cabecilla! ¡Quedamos sólo los hinchas! ¡Cabecillas, ya fueron! Todo ese ruido que martilla en tu cabeza no es otra cosa que la caída de tu muro, que acabamos de derribar. Claro, con bandera o sin bandera, en Mendoza vamos a estar igual.

River comienza a ser una encrucijada en cada partido para esta endeble AFA. Era obvio que esta medida era inaplicable con River y mucho menos en Mendoza, donde se sabe que es una provincia Millonaria. Voy a usar un vocablo que viene del budismo: Transvasamiento, que es romper paradigmas. Los paradigmas del negocio de unos vivillos amigos que saquearon a los clubes con la TV. Los del “vale todo” de una inseguridad espeluznante. La de las entradas en los mundiales para las ONG de barras amigas. Las de los jueces designados a dedo. La de hijos y entenados a quienes había que darles una manito o soltársela. La de la falta de proyectos a nivel selección. La del resultadismo por encima de los procesos. La de los castigos para que aquéllos que se animan a golpear la mesa.

Cometieron la estupidez jurídica de castigar en retro. Habilitaron Núñez cuando ya se sabía que se venía la sanción. Si hubiera pasado algo, ¿de quién era la responsabilidad? ¿Habría que meter preso al Comité de Seguridad? Antes fue insegura, un día no y ahora de vuelta sí. Están locos. No saben qué hacer con River. Había que revolucionarse. Sin hacer campaña. Y con River en la B, un fenómeno que ya está sucediendo naturalmente. Sin que deba ser interpretado como la pelea de dos zares Grondona- Vila. Sino como un desenlace de algo que iba a caer por su propio peso. La presencia de River en una categoría que se prestigiará, indudablemente, los ha dejado al desnudo, sin reacción. Los arrasa.

La gente de River ya estaba dispuesta a copar medio estadio sin que medie la anuencia del presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza. Comienza la fiesta de River en el Interior del país, que espera con los brazos abiertos al equipo de Matías y quieren ver de cerquita al Chori y al Cavegol. ¿Es que no se dan cuenta? No piensan tampoco en los 100.000 dólares extras que ingresarán en las arcas de los cuyanos, como en la de tantos otros equipos.

Grondona duerme, mientras Roger Waters agotó todas las entradas para que la ópera más importante de la historia del rock, “The Wall”, sea puesta en escena en el Monumental. No escucha los martillazos de la puesta en escena que se está produciendo en Mendoza. No importa, ya los va escuchar cuando los ladrillos caigan sobre su cabeza. “El Muro “ de la AFA comienza a desmoronarse. Transvasar, trascender con rebeldía. Este recién es el comienzo. Veremos cómo sigue la sanción de la no concurrencia de público.

Todo ese ruido que hay es el de los bloques que caen. Y otro, el silencioso, es el que llega. ¡Hey tú! Ya lo cantó una y cien veces Pink Floyd. ¿No puedes sentirnos? Te estás haciendo viejo y quedándote solo en el frío. Es que no te das cuenta de la refundación. Sé que no te vas a dar por vencido tan fácil. Te quedarás sentado en el teléfono con tu odio contra el muro. Pero ya nadie llama. Enterraste demasiado la luz. Secuestraron la sensatez y los dineros de los clubes durante años. ¡Hey, tú! Abre tu corazón. Vamos a cargar los nuevos bloques. Ya no necesitamos su control, ni el de su fantasía, los gusanos comieron demasiado su cerebro y “el muro” era demasiado alto.

¡Hey tú! Allí, fuera del camino, siempre aceptando lo que te dicen. ¿Puedes ayudarme? No me digas que no hay ninguna esperanza. Allá, más atrás del muro donde juntos resistimos y divididos caímos.

¡Cuánto desean ellos que River esté allí, en cada pueblito! Y volver a distinguir el cielo del infierno, el dolor de un cielo azul, sepamos distinguir un campo verde de rieles de acero. Consiguieron hacernos cambiar nuestros héroes por fantasmas, una brisa fresca por aire caliente, un papel protagónico en la guerra por otro en la cárcel. Hay un volcán en nuestras cabezas. Un volcán de lava roja y blanca y un montón de gente con un martillo. ¡Hey tú! ¿Todavía estás ahí? ¡Contesta! ¿Cómo se para tu mente ahora? ¿No querían ver a River cuando le llegue la mala? No es un muro. Hay una muralla humana pegada a la cordillera, que canta: ¡siempre vamo’ a estar!

:mrgreen:

Apenas lei el titulo me di cuenta quien la habia escrito.

Por ende, ni la lei. No tengo ganas de leer esas metaforas. Flasheo un muro de berlin, no se que.

Otra mas jaja


Rapsodia millonaria al Bohemio

¡Oh Mamma mía, Mamma mía…Cavenaghi la picó…ooohhh! ¡Qué golazo, Fer! ¡Qué manera de definir! Una actuación sobresaliente del 9 de River con tres goles magistrales y dos asistencias de crack, de quien guarda el manual del centrodelantero intacto. Un Cavegol superlativo dentro de un equipo que al fin halló la “estación del gol” y la de un rendimiento arrasador. Sin caer en triunfalismos engañosos, dada la chiquita actuación del rival, este River nos devolvió el alma al cuerpo.

¡Jugando bien o jugando mal ohhhh! Claro, si hasta daban ganas de cantar hasta el infinito. Así despidió el pueblo de River a su equipo luego de la Rapsodia al Bohemio. ¡Qué baile! !Scaramouche, Sacaramouche, fandango! ¡Oh, Galileo, Galileo… magníficoooo! ¡Ohhhh yo te quiero! ¿Quién puede moderar esta alegría? Déjela salir. Que explote. Que se convierta en un epitafio a esos colores que tanto nos motivan. Parecían La 12. ¡Hola! Atlanta. ¿Tantos años? Si desde octubre del 84 le veíamos la cara. Una eternidad. ¿Qué se le va a ser? Y sí… estamos en la B Nacional, pero la chapa lo aplastó. Hubo tiebreak. La cuenta llegó a siete y debieron ser más. Tarde de semana y otra vez coro a full.

River llegaba con dudas y muchos cambios. Sin embargo, Almeyda acertó. Y el Millo lo pisó, lo humilló y le hizo precio a aquel equipo por el que pasó Pedernera, el Indio
Espinoza, que tuvo a Cano, a Landau, a Gómez Voglino, a Mastrángelo, al Pichón Rodríguez, en fin… Esto es lo que quedó. Una obra maestra del terror. Sin plan B, cuando se arranca perdiendo a los dos minutos. Cayó en un pozo del que no pudo salir nunca. A Atlanta se lo vio miedoso e impotente durante y entregado después del 3-0. Con infantilismos inaceptables como el del segundo gol. El lateral derecho que intenta salir por adentro y pierde la pelota ante la presión del yorugua Sánchez.

Pelota que posibilita la primera obra de arte del Torito. Tres dedos desde la derecha sin mirar el arco. Magistral. Decía del bohemio la complicada falta de medida en la que coloca este baile. Puede pasar que uno pueda llamarse a engaño. Porque más errores no se pueden cometer como los que mostró el desorientado elenco de Vitrola Ghiso. Hizo todo tan mal que no acertó ni un pase a un compañero, ni se animó a meter un poquito, por amor propio. Todo puede ser. Pero, ¿cuánto hace que River no hace siete goles? ¿Cuánto que no hace tres en la primera mitad? ¿Cuánto que no se ve una actuación individual perfecta como la del Torito?

Por eso no voy a ser yo quien le ponga objeciones a esta ilusión que desató el equipo de Almeyda cuando hace unos días nomás le pedíamos mayor agresividad, presencia en el área, concentración y actitud. Y River armó una fiesta. Con un funcionamiento colectivo e individual como hacía años no veíamos. Y a su favor cuenta que sea como sea, en el fútbol argentino actual no cualquiera hace siete goles que pudieron ser una docena con tanta autoridad y justicia. Ninguna exageración. Si Ríos se serena y convierte algún gol más del que hizo -marró cuatro mano a mano-. Si el Torito en esa otra virtud que lo hace tan grande se decide a definir alguna más personalmente y no cederles tantos goles a sus compañeros. El primero de Aguirre y el sexto de Bordagaray, demuestran esa solidaridad.

Pero hubo otras, que se fueron por muy poquito. Todas las que River se propuso. Como si en el azul y oro, Pajón le hiciera honor a su nombre, Cherro y Soriano no supieran que portan apellidos ilustres y Aparicio, nunca “Aparició”.

Renglón aparte para los tres pelados. Sanchez, en primer lugar, Scirigliano y Aguirre que le pasaron “la acero” a la mediacancha que junto a Ocampos, tan volante como delantero, anticiparon todo. Tampoco voy a repetir la remanida frase en la que cae todo el periodismo. “Estos son los mejores 20 minutos de River del campeonato”. Lo vengo escuchando cada vez que River hace esa alguna diferencia. Le temo a la desmesura. No voy a caer en lo que parece una “obviedad”. Que este fue mejor partido de River. No. Cada rival es diferente.

Y este “bohemio” fue una lágrima, algo lastimoso, casi que dio vergüenza ajena. Y este River fue un equipo que aprovechó todas las ventajas que le dieron. No da para soñar, todavía, con el “We are the Champion” de Freddie Mercury. Pero sí para disfrutar de este reencuentro con la música del fútbol que es el gol. Romper la racha de empates, gracias a un acopio de correcciones y fundamentalmente al retorno del bailarín del área. Ese que pibe de O´Brien que volvió con su arte a River cuando más lo necesitaba. Tres dedos, cara interna o cucharita. Los pasos que Cavenaghi se venía guardando para hacer bailar a toda una tribuna. Rapsodia del Millonario. ¡Ohhh Mamma…mía, Mamma mía! Volvió River. Volvió el goleador. ¡Galileo, Galileo…magníficooooo! ¡ Ohhhh, no me importa nada te vengo alentar…!

Rapsodia millonaria al Bohemio - River Plate - La Pagina Millonaria - Sitio 100% No Oficial

coincido con los demas… :evil:

Leí solo el primer renglón, emocionadísimo por hacerle 7 a Atlanta en la “B”. :roll:

Lo mismo que vos.

Donde hay fuego quemeros quedan en el camino


Otra vez el hincha de River se fue feliz. Ganando un clásico antiquísimo. De primera, para esta categoría. Demasiado grande por historia. Con dos cabeceras repletas. Con más de 10.000 hinchas que coparon la visitante. ¿Vieron que se puede?.
Con dos técnicos surgidos del semillero de Nuñez. Almeyda y Diego Cocca, dos a los que les interesa ser protagonistas. Con estilos diferentes pero que no se guardaron nada. Hubo marco, color, barrio, recuerdos, y un partido que necesitó que River soplara como un Pampero para arrebatarle tres puntos a un Huracán que salió a consolidar su levantada. Sin embargo, el millo sacó a relucir su fuego sagrado, se encendió en pasajes de alto nivel y mandó al quemero al crematorio. Y se fue con el pecho inflado otra vez, por varios motivos. Porque ganó, mantiene el invicto y la punta pero más porque el funcionamiento se va afianzando. Porque lo de Atlanta no fue casualidad. Porque dio muestras que tiene recambio. Gran partido de Ríos, por ejemplo. Porque supó reaccionar rapidamente ante un gol adverso, mañanero. Y fundamentalmente, porque jugó treinta y cinco minutos brillantes. Los que fueron desde el gol de Machín, a los 10 minutos, hasta el final de la primera etapa. Pero vamos por partes…
River arrancó con el pie izquierdo y medio dormido. Sorprendido, tal vez, ni corto ni perezozo, el globo salió a mojarle la oreja de entrada. A asfixiarlo y atacarlo. Al punto que al minuto casi se lesionan Aguirre y Ferrero en la misma jugada. A los siete, Ferrero hizo la siesta frente a Oviedo y a pesar del cierre heroico del Chiche Arano, Machín, el rubio volante por derecha de Huracán de rebote sacudió la red de Chichizola -otro de gran actuación-. Uno a cero y no estaba mal. Entre Battaglia, López y Villegas se arreglaban para manejar la posesión del balón. Hasta que de pronto River se enojó. Pareció sonar el gong de la verdadera pelea y el equipo de Jorge Newbery se asustó.
De a poquito River le sacó la pelota mediante la presión de “los pelados” y esa promesa que es el homónimo del mediocampista de Boca se quedó tan solo como el boxeador cuando le sacan el banquito, como decía el inefable Ringo Bonavena. Ya no le alcanzó ni siquiera con Monzón para defenderse. Cirigliano se afirmó, Sanchez calentó turbinas y fue una topadora, Ocampos resultó imparable, Ríos comenzó a demostrar porque está donde está y Aguirre tuvo su tarde soñada.
El segundo gol, fue de colección. Una pelota impecable abierta por Sanchez a Vella quien tiró un centro a media altura entre el área chica y la grande que el “Luigi” conectó en una especie de media chilena y tijera, estirando el cuerpo hacia abajo y hacia atrás:¡Belleza!- diría el Bambino. Tremenda jugada, por la velocidad, la precisión y la contundencia. Todo era de River. Se sucedieron una cadena de situaciones que parecía que el cuarto llegaría antes que el tercero. Antes, hubo un sombrero de Sanchez –otro para la galería- con un zurdazo de sobrepique que si era gol cerraban la cancha. Después otra de Ríos en el palo, y dos más clarísimas del uruguayo y nuevamente Ocampos que se fueron por milímetros. En fin, la diferencia en el marcador fue exigua pero River dejó una imagen inmejorable. Fue ancho en Arano y Vella, volvieron los “packman” en la mitad y tuvo talento en las pisadas de Andy Rios y ese nueve media punta que me cada vez me gusta más que es el Torito. A falta de enganche, claro.
El punto era: ¿qué pasaría en la segunda parte?. Preocupaban tantas ocasiones no concretadas en un juego tan caprichoso. Y quedaba por ver si era posible mantener el ritmo y el nivel de lo hecho hasta ahí. De hecho, lo que corrió River en ese lapso fue conmovedor. Es más si pecó de algo, fue de vértigo. Ese pasarse de vueltas, le quita un poco de precisión. Lo dicho, la segunda pintaba para otro partido. River intentó regular y se paró un poco más retrasado. Ya no tan a lo Tyson que es lo que mejor hace. Sino a lo Nicolino Locche. Esperando que se hagan los espacios para ganar por demolición.
Sin embargo, El Globo no se entregó y tuvo un par de chances. Los equipos se estiraron. El juego se enredó un poco, pero nuncafaltaron oportunidades de marcar. Este River tuvo chances en Ríos, que se hizo conductor, el Cavegol que no acertó el arco, pero que siempre buscó espacios y receptores y en un tiro de Afranchino. La jirafa Maglio pareció ver el partido desde su atalaya, altísimo y obvió demasiados golpes.
Ante la falta del knockaut final, aquello que se presagiaba como una abultada diferencia, terminó devolviéndole la vida al rival . El final encontró a un River un poco apurado pero Vella hizo gala de su hombría y salvó el empate sobre la hora jugándose la vida. El Tano no es un jugador metrosexual, pero que está para robarle ”la cátedra del macho” al Coco Silly – conspicuo hincha del globo- quien había prometido cuatro al hilo. A esta altura me pregunto si el compañero de Fantino no se habrá querido dirigir a esa “intrusa” con los colores de Boca y una “B” grandota que apareció en la Platea Sur.
Dos cortitas. Una para el Chori. Este equipo espera su recuperación sin ansiedad. Achicar el pánico que lo suyo es pura calidad y sensibildad. Otro, para el castigado Chiche Arano. Si me permiten exagerar, ayer, pareció Roberto Carlos. Excelente en los cierres, certero con los pases y mejor buscando el arco desde media distancia.
Triunfo corto en el resultado pero al que no le faltaron túneles, sombreros y situaciones. Acorde a la historia de estos dos grandes. De Distefano, de Masantonio, del Flaco Menotti, del River campeón del 77 en Patricios. De aquel Ortiz exultante, de Marchetti, de René y tantos otros.
En fin, una fiesta del fútbol, que se deslució un poco al final. Pero que sirve como para ir entonados al Chateau a por “La Gloria” . Allá en la Docta, contra Instituto 30.000 almas riverplatenses van decir presente para defender el invicto y la punta la próxima semana. Sobran los motivos para estar felices. Ayer cuando hubo fuego “Quemeros” quedaron… hechos cenizas.

ese pibe esta mal de hace un tiempo

Pablo Desimone | Facebook

Me tomo el atrevimiento de revivir para ganarme unos merecidos No me gusta.

Al “LONCHO” FERRARI, SIEMPRE LE SOBRO ALTURA

El sábado Paulo Ferrari se sentirá extraño. Tal vez incómodo. Deberá enfrentar a River. la camiseta que defendió 227 veces, desde 2006 hasta Junio del 2011. Nunca explotó como la máquina Testarossa que todos soñamos. Pero fue uno de los mejores en su puesto y tuvo un plus que lo distinguió. Ferrari fue un deportista cabal. Socio del silencio. Respetuoso. Un lider positivo. Compañero, con todas las letras. Quizás por su carácter “antitribunero” nunca buscó cámara para posicionarse como el lateral derecho de la selección frente a la orfandad que dejó Zanetti. Para quien escribe, el querido “loncho” fue un señor. Un tipo respetuoso que nunca se guardó nada dentro de la cancha y jamás se lo vió enredado en entremeses del “botinerismo” de época. Fue campeón y también formó parte del plantel que se fue al descenso. Le tocó la mejor y la peor. Habrá quien se quede con la mitad del vaso llene o la mitad del vacío. Paulo Ferrari dignificó la profesión de futbolista. Bajito como su perfil. Gigante como cuando le tocó ser capitán, antes que vuelva Matías. Entregó todo. Fue cuatro u ocho mentiroso indistintamente. Cuando estaba encendido desbordaba como pocos y hacía un surco con sus diagonales (tuvo noches inolvidables de Copa). Conquistó 17 goles, cifra no menor para un defensor. Siempre intentó por abajo y quizás alguna vez lo perdió su vocación ofensiva o tal vez, algún relevo, mal realizado por los tantos zagueros que fracasaron en los últimos cinco años.
El sábado Paulo, de barba, vuelve a pisar el Monumental. Esta vez con los colores que lo vieron nacer como futbolista, los del “canalla” No será facil, para él. En River le tocó despedirse de la peor manera. No se lo merecía. Si alguién busca sangre, no sería justo caerle al “loncho”. “Chivos expiatorios” son los que sobran. Pero los verdaderos mariscales del 26 J, habría que buscarlos más fuera que dentro de la cancha.
Paulo no fue el “Cavallino de Maranello”. Siempre me quedará la duda si no le dio la nafta o falló su equipo técnico. Se quedó en la mitad, como tantos jugadores que pintaban para más. Pero tuvo estilo, hombría y don de gente. Honró la gloriosa banda roja y merece un reconocimiento – un aplauso cerrado, quizás – para alguién que trasciende la “lógica del resultadismo”. Bienvenido, Paulo. ¡Siempre te sobró altura!..

No puedo creer la nota del pibe éste, menos aún puedo creer el título de ésta: “Cometimos muchos errores pero no hay nada para reprocharse”

“Logica del resultadismo”.Asique este hijo de puta,junto con otros hijos de puta,nos mando a la B y encima lo tengo que aplaudir?

Pablo Desimone te invito cortesmente a lamerme el escroto derecho.

jajaja…

Lei la nota en lpm y dije “naaahhh, este pibe se pasa…” Y le di mis bardeadas en los comments… :lol:

A no dormirse, chamamé, a no dormirse

Serpentea una banda roja, camaloteando río arriba. Allá va como el dorado buscando su norte de aguas cálidas. Es época de desove y veda y River quiere hacer su migración a la A, no se puede detener.

River nada hacia la conquista de Corrientes. Gambetea espineles, elude mallones, se entrega al fin a su gente. Desembarca en la provincia “República” donde el chamamé enloquece, los musiqueros no duermen, el verde parece una mandrágora por su exhuberancia y la siesta tiene su reino. Halla en la líquida remontada el juego amigo de las mojarras, bailarinas del agua, tanto como el Chori y el Cavegol aguardan su momento para asociarse y escurrirse ante los tozudos centrales, gigantes como palmeras, de Boca Unidos, gallardo defensor de la soberanía taragüi.

Ha llegado el “histórico” River de Labruna. No es cosa de todos los días. Los esteros rebalsan sus arterias. El irupé un plácida platea. La emoción parece a punto de estallar. Ahí están las venas abiertas del hincha millonario litoraleño derramando sangre como tanino, sobre el género de algodón y arroz que flamea sobre su tierra. Viene amaneciendo con el griterío de los teros, el vuelo de la Garza Mora y el canto cardenal. La noche estrellada resucita la vida en el silencio fresco y sepulcral que la habita. El aguará Guazú se hunde la espesura del monte.

El brillo de sus ojitos, como al máximo goleador millonario lo descubrirán en su hora de matar. Ocampos pica como el tábano. Cirigliano cuida su territorio, como la yarará. El mosquito molesta como Aguirre. Si a River se lo deja presionar y venir te deja ronchas impensables como el “polvorín”.

Está River en Corrientes, chamigo. Se siente conmovida como nunca la tierra del Padre de la Patria. De liberales y autónomos. De guaraníes y gringos polqueros. De cintas rojas y altares que en cada rincón saludan al santo pagano “el Gauchito Gil”. Hay un viento norte que seca el aliento. Sin embargo, miles de sapucay se preparan. Hay una última reserva que proviene de la humedad de la última gota de sus vísceras, para recibir al equipo del Pelado en la cancha. Un sapucay es algo así como un orgasmo sin sexo gritado a los cuatro vientos. Ya los gurises patean descalzos en los arenales que abrasan. Ya oyeron de sus hermanos que llega el Miyo y ¿si vamos? Trepemos a los naranjos, escalemos palmeras, hagámonos bicherío o empujemos el viento norte. Hay que entrar, vamos a entrar. El río da vueltas y se esconde bajo los sauces. Se calla en los remansos. Ronronea su correntada frente a las barrancas. Así queremos ver a la pelota en los pies del Millonario. Que Sánchez recupere el empuje de un cimarrón.
Falta poco. Para que retumben los tamboriles de las comparsas carnavaleras, con sus sones de guerra. Listos para el combate. Mientras las esposas custodian, las armas para la bailanta. Las guainitas velan ansiosas la fiesta. Reposan el arpa, la viola y hasta el acordeón. Pero eso vendrá más tarde…

Bien temprano despunta el amarillo que anuncia calcinarse. Todavía aúllan los carayas y abren sus ojos los yacarés. Despierta la fauna que conduce el “Pelado”. Despierta deberá estar, está en tierra de “soldados que regaron su bravura en el Atlántico Sur”. Hay que matizar la espera… los mates son bien amargos y largos… bien largos. Eso que no queremos de River tácticamente. Más vale cortito y ancho, profundo como un porrón bien frío. Como el biotipo de un guraní…Cortita y al pie, River.

Se acerca la hora. Se oye un murmullo muy raro. No es tormenta, crecida, cañaveral ni maleza desmontada. Hay un trinar de pelota, que anda revoloteando. Jilgueritos que andan silbando sus sueños de pisar el césped del Monumental. Llegan de todos lados, orilleros, pueblerinos o del campo. Que River vuelva a ser River. Que se renueve el orgullo del piberío, en el glorioso potrero de la escuelita de campo. Sube River, remonta aguas que se presentan embravecidas. La virgencita de Itatí no atiende en Corrientes nada más. Sabe de nuestros respetos y devoción. Se respirá en el aire el respeto a sus tradiciones y la naturaleza. Se olvidan del “Rey León”. Así es “la República” del sentimiento exarcebado. A tenerlo en cuenta. Nunca aflojan. Muchos andarán diciendo: “angá (de lástima) están viniendo de allá ité (de lejos) para hacerlos morder el polvo. Se olvidan también de que River viene del agua, del Plata, y que su juego históricamente hizo brillitos como el Parana cuando parece envidriado. Hay un duelo de “payé”. Dicen que los dos enamoran. Por las dudas: ¡A no dormirse, chamamé, a no dormirse!

EL porro se debe fumar antes de hacer esos textos. Vendría bien para estos lares: http://www.turiver.com/foros/el-rincon-de-la-pavada/48379-el-chat-del-porro.html

Uhhh esta mal eh.

el verde parece una mandrágora por su exhuberancia

Boca Unidos, gallardo defensor de la soberanía taragüi.

Mamadera.

Ni siquiera es bueno escribiendo. O sea, si se fumara un faso y al menos escribiera bien, dale que va, pero el tipo es grandilocuente al reverendo pedo. No dice absolutamente nada de nada.

Pablo Desimone o “cómo hilvanar palabras lindas sin decir un carajo”.