Este chabón cada día escribe mejor!!!
Che alguien tiene el mail del Diario Perfilll, ahí se mandó la nota??? y a Página 12 ???
Digo porque en esos lugares siempre les dieron con un canio a estos…
Lo que no se ve en nuestro fùtbol
Las otras patadas
Sale la televisión, como Sessa, con los tapones de punta. En su camino, los clubes de fútbol entran al área de la discusión, como Palacio, angelicales, mansos, sabiendo que la pelota no será suya. Por las dudas, nada más, acuden.
Por Victor Hugo Morales06.05.2007 | 05:07 Sale la televisión, como Sessa, con los tapones de punta. En su camino, los clubes de fútbol entran al área de la discusión, como Palacio, angelicales, mansos, sabiendo que la pelota no será suya. Por las dudas, nada más, acuden. Lanzada, la tele del fútbol, impune, grosera, estira su pata -esa bajo la que yacen todas las dignidades de los clubes, los dirigentes y los consumidores- y cae sobre el rostro de todos. Una patada multimediática, monopólica, mafiosa. Sin piedad, sin culpa. Sin vergüenza. En Francia, la televisión paga por el fútbol más de 2 mil quinientos millones de pesos por año, y sabe que dentro de tres, deberá licitar nuevamente. En la Argentina, los clubes reciben 90 millones, unas 30 veces menos, y habrían llegado a un nuevo acuerdo por 180 millones de pesos por año. Y no habrá licitación hasta 2014, por lo menos, si es que la hay… Pidieron 273, les dan 180. Esos 180 están en el primer año financiado ya por el tiempo que llevó la discusión. El resto de 2007 se paga solo. Es notable la confianza que los dirigentes tienen en la buena fe de la opinión pública. Cualquiera advierte que entre 180 y 273, hay una diferencia de casi 800 millones al final del contrato. ¿Sería capaz esta televisión de comprar las voluntades de algunos dirigentes con 20 o 30 millones, que les ahorren 800 de sus ganancias futuras, y que al mismo tiempo, no le exigen una parte del brutal negociado que supieron urdir hasta el presente? Es extraordinario sentirse como Grondona, por encima del bien y del mal. La mayoría de las personas que uno conoce no estarían dispuestas a que los mal pensados los imaginen llevándosela en pala. El sabe que no lo anima otro ideal que la vocación de servicio. Y con saberlo él, le basta. ¿Quién audita cuál es la consultora a la que recurren para la fijación de las tarifas? Noooo!, se la juegan en una mesa de póker, un chinchón. Almuerzo, eructos, café y servilletas para poner los numeros. ¿Quedamo’ así? Qué bien la hicieron ustedes, eh! Nos metieron la mano esta vez… Dejá de embromar que les estamos regalando cien billetes de lotería premiados. Noche, ahí tenés la lista de gastos, te quiero ver de este lado… Como Palacio, al fútbol le dan por la cabeza. Pero luce más la patada de Sessa. Decenas de periodistas del conglomerado televisivo se lanzan como lobos a la manada a expiar culpas, a exorcizar la vergüenza de quienes jamás podrán mencionar siquiera la gran estafa, la patada en el rostro del fútbol.
Entonces, Sessa, que acelerado como está, se las deja picando para que exhiban sus principios, adjetivicen, se rasguen las vestiduras. Sessa es una papita, una pelota picando en la línea del arco. Y le dan sin asco. En cámara lenta, morbosamente, concentrados como catadores. El vino pasa entre los dientes, bajo la lengua, se queda entre labios y encías. La pierna de Sessa se estira cada vez más, parece que el pie fuera la cabeza de una serpiente que va directamente a la presa. ¡Hay tantas patadas en la cara! Los partidos a cualquier hora, los descansos de 25 minutos o más, la mugre de algunas canchas que venden el alma al diablo del desorden por unos pesos más y luego dicen que tienen las finanzas ejemplarmente saneadas, la venta de Higuaín, los grupos inversores, los contratos ya acordados y puestos a la firma para compromisos de la Selección. Pero ahí lo tenemos al arquero de Vélez en la inmensidad del área solitaria. No se precisa más. El patadón en el rostro de todos aplicado por Muñoz, el de Gimnasia –¿cuánto se diferencia del técnico de 9 de Julio, al que le darán una sanción por el resto de su vida por acordar un resultado?–, la violencia de los barras apañada por los dirigentes, la futura venta de Belluschi, de juveniles, las ganancias escandalosas de los grupos inversores que son grupo y no invierten un corno, de esas voladoras, ¿cuándo se habla? ¡Sessa! ¡Sessa! Cesa todo cuando levanta su pie que quizá quiso ser una amenaza estúpida, infantil, ante la que colabora la inesperada temeridad de Palacio. Hay que echar a Sessa, hay que colgarlo en la plaza pública. ¿De qué psicoanalista hablan? ¡Cuélguenlo! Que los dirigentes de Vélez lo echen como a un perro. Que en este mundo limpio del fútbol, donde no se ven codazos, fingimientos, ventajeadas, ni corruptos, ni vendidos, ni mafiosos, Sessa nos ofende a todos.