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No engancho
La Selección local perdió la primera oportunidad de enamorar a la gente. Jugó mal, sintió la falta de un Riquelme y se fue silbada.
ADRIAN PIEDRABUENA apiedrabuena@ole.com.ar
Si el mejor habilitador del primer tiempo es el arquero, algo no funciona. Juan Pablo Carrizo, con dos salidas perfectas para Palacio, marcó un camino. Tampoco es cuestión de hacer leña del fútbol caído, pero fue elocuente que Argentina no tuvo el juego que su técnico pregona, alimenta y sostiene.
Chile se juntó apenas horas antes del partido, pero pareció más un equipo que ése que Basile preparó, más allá de las ausencias por Copa, durante varios días en Ezeiza. La idea del Coco se vio en la permanente intención de ir por abajo y, a partir del toque, generar espacios y desequilibrio. Para eso necesita un organizador, un estratega, un dueño del equipo, un Riquelme. Iba a ser Verón, pero la Brujita se lesionó y vio el estreno de la Selección local por TV. Y su ausencia se notó.
Argentina tuvo la actitud y la decisión de jugar, pero no lo consiguió. Le faltó elaboración de juego, desequilibrio colectivo e individual, esas sociedades tan necesarias en cualquier formación. No hay que culpar sólo a Montenegro, el enganche que nunca fue tal. Además, es mejor que pase ahora, en un amistoso, y no en la Copa América o mucho menos en el Mundial. El Rolfi estuvo más en la finalización de las jugadas que en la creación y casi la mete con uno de sus típicos teledirigidos. Esta falencia creativa se vio reflejada en lo que le costó a la Selección pisar el área chilena. Entonces, pateó desde afuera o esperó las pelotas paradas para generar miedo. Bottinelli fue el mejor arma en ese sentido y el travesaño le impidió un gol de zurda.
El conductor del partido estuvo vestido de rojo, juega en Brasil y se llama Jorge Valdivia. Un estratega combativo y con gran lectura del desarrollo. Así, se movió a los costados de Cristian Ledesma, a quien dejó al borde de la expulsión. El capitán chileno aprovechó que a Belluschi y a Sosa les cuesta ser volantes externos si no los contiene un doble cinco como sucede en sus equipos.
Igual, Argentina pudo ganar. Ese tiro en el palo de Belluschi, en el verano era gol. Ese centro de Lavezzi, en el torneo pasado lo metía Pavone. Ese tiro libre del Cata, con el Coco en Boca iba adentro. Esos cabezazos de Bottinelli, con Ramón son grito desaforado. No ligó en al arco rival y sí en el propio a partir de su mejor jugador: Carrizo. Es cierto que Fierros, en el mano a mano del primer tiempo, pateó al cuerpo. Pero a cuántos arqueros igual le hacen goles cuando les patean al cuerpo. Como después del primer minuto del superclásico, Juan Pablo parece invulnerable.
Para cerrar el partido y sin dejar de ir al frente, Basile apostó por un 4-4-2, con Ponzio, los Ledesma y Neri en el medio. Fue, tuvo ganas de ganar hasta el último minuto, ilusionó con las arranques de Lavezzi, pero un dato es concluyente: los silbidos del final actuaron como sentencia. Igual, hay tiempo para engancharse…
http://www.ole.com.ar/notas/2007/04/19/01402879.html
ESTE DIARIO CADA DIA ME TIENE LAS PELOTAS MAS LLENAS. A LA SELECCION LE FALTO TRISTELME? POR DIOS, CUALQUIERA ESTOS PERIODISTAS…