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El vértigo se le cortó de golpe
Lucas Orban, lateral de la Quinta, salió ayer de terapia intensiva luego de que lo golpearan en un asalto. Había pasado del intercountry a la Reserva en apenas 8 meses.
FEDERICO ROZENBAUM frozenbaum@ole.com.ar
[](javascript:Popup(‘http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v4/galeria/galeria.jsp?notaId=1415142&mtmTipo=Imagen’,‘fotos’,‘850’,‘600’,‘yes’,'yes’);)Orban, el rubio de rulos de la derecha, había sido titular de la Quinta en el clásico con Boca.
Una caída le arruinó el año, acaso el mejor de su vida. Lucas Orban, el tres que el sábado a la mañana la rompió en el partido de la Quinta, esa misma noche fue víctima de un intento de asalto que terminó con una lesión en su columna como producto del choque de su cabeza contra el asfalto.
El pibe, que salía de bailar de un boliche de la Costanera junto con su compañero de equipo Nicolás Castro, fue interceptado por tres delincuentes, se resistió, lo empujaron y quedó en estado de shock. Al ser trasladado al Hospital Fernández, recibió los primeros auxilios: le dieron puntos de sutura en la nuca y lo mantuvieron en observación. Más tarde, su familia pidió el traslado a la Clínica Suizo Argentina, donde ayer lo sacaron de terapia intensiva luego de que las tomografías computadas descartaran lesiones.
La desgracia no tuvo carácter trágico por milímetros. Su columna podría haber comprometido mucho más su motricidad. Los médicos fueron optimistas en los diagnósticos y, según les avisaron a los padres, sólo deberá pasar dos meses con cuello ortopédico y sin actividad física.
Orban fue víctima de la inseguridad callejera en el cenit de su carrera. Hasta el año pasado, el fútbol era un hobby, un pasatiempo de fin de semana. Era el partidito de los sábados en el torneo intercountry. Era su fina estampa con la camiseta de Los Cardales. Pero su historia, que emula a la de Diego Latorre, tuvo un giro trascendental una tarde en su country. “Me habían hablado bien del pibe, pero cuando lo vi dije ‘‘éste es para River’’. Le pregunté si quería hacer una prueba, y tardó un segundo en contestar”, recuerda el Puma Carlos Morete, su representante. Su zurda cautivó al staff de técnicos dirigido por Gabriel Rodríguez, en febrero se incorporó y dos meses después ya era titular de la Quinta.
Tan rápida fue su adaptación al fútbol semiprofesional de las Inferiores (la única experiencia que traía había sido un paso fugaz por Ferro en el 2004), que un mes atrás pegó otro salto de calidad: jugó un amistoso en la Reserva ante Colegiales. ¿Más? Lo que faltaba para pulir su potencial quedó entre los signos de interrogación que se abrieron el sábado. “Sólo esperamos que el chico se ponga bien —afirma el DT de la Quinta, Ricardo Valiño—. Había sido increíble su evolución en este corto tiempo. Confiamos en que esta recuperación será igual”.
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